Gráficos de altísima definición, potencia necesaria tan bestial que eleva el rendimiento de las tarjetas gráficas de tal forma que las subidas de temperatura hacen peligrar las garantías, DirectX 10, 720p de resolución mínima en los ordenadores de desarrollo… sí, hablo de Crysis. ¿Cuántos de nosotros íbamos a saber que tanto ATI como Nvidia estaban conjurados con EA para hacernos cambiar de máquina si queríamos jugarlo?
Eso parece que queda en el pasado, porque 2007 no es 2010. En 2007 primaba la evolución, primaba el hacer cosas nuevas, primaba la originalidad. Hoy en día lo que hace más importante a una cosa frente a las demás, es el mercado, y ahora mismo, éste se encuentra en las consolas Xbox 360 y PlayStation 3.
Es por ello que la principal meta para Crytek es conseguir meter, aunque sea con calzador, el motor CryEngine 3 con Crysis 2 dentro de éstas plataformas, pero a la vez, dejarnos la misma sensación que causó Crysis en su estreno, esa expresión de «no hay nada tan real».
Al hilo de lo dicho, Nathan Camarillo, productor ejecutivo del nuevo título, asegura que podemos ir dejando de lado God of War 3, Uncharted 2 o Halo Reach, ya que lo que vamos a ver con Crysis 2 va a ser la ecatombe. En sus palabras:
«Nuestro objetivo es establecer una referencia gráfica. ¿Por qué alguien no quiere jugar un juego con los mejores gráficos que he visto, gran jugabilidad, una ficción atractiva, desafiante IA, armas asesinas y una experiencia de juego como ningún otro?»
Así que, bienvenido seas Crysis 2, ya empieza a salirme baba de la boca y aún no se nada de tí.