El online, ¿imprescindible?

Recientemente Square Enix informó cómo iba a ser la nueva entrega de una de sus sagas más importantes. No hablo de Final Fantasy, su gallina de huevos de oro, sino de la saga predilecta de Enix antes de la fusión: Dragon Quest.

Los juegos de Dragon Quest pertenecen al J-RPG en su vertiente más clásica. Personaje principal mudo, mazmorras por explorar, y horas subiendo de nivel para enfrentarse a los jefes finales. Sin embargo, cuando se dio información sobre la décima entrega hubo un cambio en la vertiente de ésta: iba a ser un MMORPG. Ese repentino ambio a multijugador ya lo vimos en algunas entregas de los Final Fantasy (como el XI y el XIV), así como en muchos juegos de rol occidentales. No hay duda de que los modos cooperativos y multijugador venden. Pero, ¿realmente son necesarios?

Hace unos años los juegos propiciaban mayoritariamente la experiencia para un solo jugador. La tendencia online comenzó en los juegos de PC, y poco a poco fue extendiéndose hasta las consolas. Juegos que anteriormente habían sido para un único jugador (como Resident Evil) comenzaron a incorporar un modo múltiple.

Poco a poco el hecho de jugar fue convirtiéndose en una experiencia más social. Desde los shooters cooperativos (como el Counter Strike) hasta los llamados “casual games”, que incluyen títulos como Mario Party, Sing Star, Guitar Hero… pasando por los juegos de lucha y los juegos deportivos. Esos juegos están diseñados especialmente para el multijugador,y en ellos nadie duda que un modo online es imprescindible.

Actualmente esto sigue en aumento, llegando al punto máximo en el apogeo de los MMORPG. Juegos como el World of Warcraft y el League of Legends están entre los más jugados. Yo personalmente no he encontrado todavía el MMO que me enganche, y aunque me guste la experiencia multijugador, en los RPG sigo prefiriendo el modo de juego tradicional, de un solo jugador. Me encanta echar piques al Rock Band, al Street Fighter, al Mario Kart… pero si compro un RPG clásico busco una buena historia, y prefiero disfrutarlo de esta forma. Por eso no acabo de ver con buenos ojos el repentino cambio de Dragon Quest, al igual que me pasó con Final Fantasy XI y XIV. En esos juegos en todo caso añadiría un modo online con misiones extra, pero no me basaría en él.

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