Como ocurre muchas semanas, hoy llego a vosotros con una posición crítica y justa para hacer ver que a pesar de que nuestra vida son los videojuegos, seguimos luchando por que este mundillo sea lo más coherente posible y se llene de esa calidad que hace tiempo se extinguió. Sin ánimo de ofender ni elogiar a ninguna empresa, hoy hablaremos del mal temido «hype» y su irrefutable fuerza de hacer que juegos que no llegan al mínimo, se conviertan en algo tan sumamente espectacular como irrisorio.
La definición de hype vista actualmente dicta así: promocionar con exageración, exagerar // Exageración; mensaje comercial en el cual se exagera las descripciones y se distorsiona la verdad.
Pienso que no hay mejor definición para esa palabra que la descrita en líneas anteriores. No me canso de repudiar la nueva moda que muchas compañías desarrolladoras han cogido con el lanzamiento desmesurado de contenido descargable, y como este problema, nos llega otro desde las empresas publicistas encargadas de mostrar a los jugadores una calidad y realidad que realmente no existe.
Pongo el ejemplo más correcto de este año: Grand Theft Auto 5, el nuevo juego de Rockstar Games alabado ya desde todos los puntos del mundo desde la aparición de un tráiler pobre y de poco peso que causó en los jugadores una sensación totalmente falsa de lo que realmente puede llegar a conseguir éste juego. Otro ejemplo más actual nos llega con Mass Effect 3, el nuevo título de Bioware que sigue en la temática de sus antecesores y que, a pesar de mostrarse como un nuevo lanzamiento, no sigue siendo más que una continuación de algo ya visto años atrás mientras se sigue “rizando el rizo”.
Este hype ha sido causado por un único problema: la falta de creatividad vista últimamente en los videojuegos. La llegada de la alta definición a las consolas ha traído tras su espalda una total falta de imaginación para la creación de nuevas entregas, que ha provocado una absurda avalancha de remasterizaciones en HD y continuaciones y más continuaciones de sagas nacidas hace ya más de 20 años. El hype está provocando que muchos jugadores… y lo que es peor, muchos medios analistas, se dejen guiar únicamente por un nombre… por una saga… «Oh, un nuevo Mass Effect… un nuevo GTA… esto tiene que ser bueno», que llega a la imposibilidad de mirar objetivamente ninguna de las características de los mismos.
Vuelvo a lo mismo, a la negatividad que me provoca los videojuegos actuales, los contenidos descargables desmesurados y de ínfima calidad… las remasterizaciones de juegos que hemos pasado hasta la saciedad o las terceras, cuartas y octavas partes de franquicias cuyo jugo hace tiempo fue ya exprimido. El hype provoca que los jugadores sigamos llevándonos las manos a la cabeza cuando observamos la realidad del título que acabamos de adquirir… y provocando que cada día que pase nos desilusionemos más con títulos que a pesar de no llegar a la altura, siguen obteniendo notas «hypeadas» totalmente injustas.