Entwined. Análisis PS4

Érase una vez… un juego llamado Journey. Estaba creado por Thatgamecompany y consiguió un número de ventas incalculable. Era increíble, un estudio indie bajo la protección de Sony que conseguía más éxito día tras día. No hemos venido a hablar de Journey sino de Entwined. Os he contado esta minihistoria porque luego Sony decidió apostar por estos proyectos. Así fue que fueron buscando por EEUU hasta que un día encontraron a unos chavales universitarios que estudiaban Desarrollo de videojuegos.

Una idea invadió su mente y se pusieron manos a la obra. Días, semanas, meses… el tiempo pasaba y ellos iban avanzando. Era un buen equipo, fresco, con grandes propuestas y además tenían con ellos a Dominic Robilliard, director artístico del fallido proyecto Star Wars 1313. Se decidieron llamar Pixel Opus. La compañía estaba unida a Sony World Wide Studios y estos le dieron la oportunidad de dar a conocer su juego.

Era en el E3, la feria de videojuegos más importante del mundo. Todos los grandes estudios y aquellos que se lo podían permitir iban a ver lo que anunciaban estos titanes. Allí estaban ellos, Pixel Opus apadrinado por Sony. Sabían que llevaban algo grande y lo iban a demostrar. Era una historia de amor, era Entwined.

Entwined se adentra en el género del art game, un género muy pocas veces visto (casos como The Unfinished Swan o Journey entre otros). Acción, aventura, musical… no hay una palabra concreta para definirlo. Entwined es poesía también. Seguramente no entenderéis muy bien por qué es todo esto, me explico. Me voy a basar en unas palabras que dijo el director artístico para empezar:

La historia inspiró el arte del juego… nos recordó a un libro de la antigua china llamado Zhuangzi. Es la historia de Peng un pájaro gigante que nace de Kun que es un pez gigante. Uniendo varios conceptos como la reencarnación en el folclore chino nació la historia de Entwined. El pájaro y el pez representan dos almas que están enamoradas pero no pueden estar juntas. Una vive en el océano, la otra en el cielo, siempre separados por el destino, la realidad y la distancia.

Pues con el pez y el pájaro jugaremos. A la izquierda estaremos con el pez manejándolo con el joystick izquierdo y en el lado derecho al pájaro con su respectivo stick. Ambos intentarán juntarse pero su destino se lo impide. Sin embargo, hay una forma de que lleguen a estar juntos. Si consiguen rellenar su energía, se fusionarán en un dragón que vagará por páramos mágicos. Esto solo pasará nueve veces, a las que el juego les llamará “nueve vidas”.

El opening es algo que hay que remarcar, nos resume en un minuto esa leyenda y da paso al título del juego. Veremos esa historia de cómo quieren darse un beso delante del sol y algo de repente les separa. Uno persigue al otro y allí emprenden la fantástica odisea que es Entwined. Cada nivel seguirá una misma estructura, un largo pasillo a recorrer y un lugar al final en el que vivirás una especie de “nirvana”.

En la dificultad experimentamos una curva de crecimiento y eso que las primeras “vidas” ya cuestan lo suyo. Los pasillos se compondrán de un lado izquierdo y un lado derecho, naranja y azul respectivamente. Encontraremos unas placas de cada color en las que habrá que meter al pez y al pájaro, siempre haciendo coincidir el color del animal con el de la placa. Habrá momentos en los que estas plataformas se unan y se conviertan en verdes y que por lo tanto habrá que dirigir nuestros joysticks de forma que nuestros héroes se junten para luego volverse a separar. La dificultad no reside ahí sino que tendremos una barra en las esquinas superiores que habrá que rellenar. Unas bolitas de luz plagarán el lugar y habrá que cogerlas, obligatoriamente, para avanzar en esa barra.

Si fallamos en el recorrido que se nos pone en las placas, la barra baja. La mecánica parece fácil pero al final resulta ser de lo más complicado. La velocidad sube, la música se vuelve más animada, las placas se colocan de forma muy difícil para cruzar… La media para pasarse una vida es de 15 minutos y de ahí podremos hacerlo en menos tiempo o más. Cuando has llenado toda la barra de energía, hay que apretar L1+R1 y… ¡PREPÁRATE! El pez y el pájaro se van juntando e irás a una velocidad comparada a la de la luz. Si fallas varias veces en ese momento, la energía disminuirá y tendrás que volver a coger bolitas. Por otro lado, si aciertas en todo, entras en un mundo donde se supone que debería reinar la armonía y en cambio no es así. Se nos representan los problemas con tornados, parones en el tiempo, laberintos, etc. y nuestro deber será coger las bolitas (azules y naranjas intercaladas) para volver a rellenar la barra y esta vez de forma más rápida. Una vez que ha sucedido esto, volveremos a pulsar L1+R1 para ir por donde queramos con nuestro dragón y que cuando se vacíe la energía se cree un portal. Entra en él y verás lo que pasa.

Puede parecer un poco repetitivo y seguro que algunos que no capten la idea lo creerán. Hay que pensar en cada nivel como una fase de la vida, un proceso por el cual cada pareja pasa. No os vamos a hacer spoilers pero para que entendáis todo tenéis que llegar hasta el final y ver lo que pasa. Si se os queda corto, también cuenta con un modo desafío en el que podrás poner a prueba tus habilidades y superar tu puntuación.

La estética se mueve en dos colores diferentes: el azul y el naranja. A partir de ahí el fondo puede variar en ver verdes, blanco, negro, rojos… todo con líneas curvas que se entrelazan (de ahí ENTWINED = entrelazar en inglés). Los gráficos por lo tanto no son algo para comentar con profundidad, se nota mucho el efecto digital pero le da un cierto toque futurístico que queda bien. Sí que es cierto que hemos experimentado un poco de lag, cosa que no ayuda en momentos en los que vas muy rápido. Suele durar dos segundos pero molesta. El indie no consta de un Game Over al terminarse la barra, si te quedas a cero vuelves a coger bolas hasta que rellenar.

Sam Marshall es el artista encargado de hacer la magnífica banda sonora. Mezcla melodías tranquilas con un ritmo frenético (casi techno) con una maestría que pocos tienen. Volar mientras escuchas las notas que envuelven el juego puede provocar todo tipo de efectos, desde adormilarse hasta querer levantarse y saltar. En nuestro caso, un éxtasis profundo del que no podíamos separarnos. La droga de la música nos cautivó de nuevo…

El juego hay que verlo desde una perspectiva narrativa. Se puede sacar mucho de esa leyenda y Pixel Opus lo ha conseguido. No es fácil resumir la literatura china (y la oriental en general) pues está llena de filosofía y detalles. Esta experiencia podemos vivirla en PS4 y desde hace poco en PS3 y PS Vita. Si jugáis en Vita recomendamos el uso de auriculares.

En definitiva, una obra de arte para los amantes de este género. Lo disfrutaréis si lo hicisteis con Flower o Journey, por ejemplo. Thatgamecompany ha sido una clara influencia para Pixel Opus y no lo esconden. Lo bueno es que Sony apoye estas iniciativas, a nosotros nos encantan este tipo de juegos y yo personalmente creo que es el futuro de la portátil de Sony. Y vosotros ¿qué creéis?

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