Little Nightmares (Xbox One). Análisis

Quizás os sorprenda esto que voy a decir, pero en mi lista de juegos más esperados para este año, estaba precisamente el juego que hoy nos ocupa Little Nightmares, y es que tengo que confesarlo, cada vez huyo más de los triple A clónicos en favor de la originalidad y el buen gusto artístico de los indies o «semi indies» como los llamo yo. La realidad de la industria actual nos ha llevado a muchos jugadores a estar entre dos aguas al borde del abismo entre el triple A «supra-publicitado» y el resultón indie, como muchos vaticinaron con el cambio generacional la «clase media» del videojuego se ha perdido. Porque os cuento esto estaréis barruntando muchos básicamente porque todo análisis siempre depende del videojuego en cuestión, del analista por supuesto y también claro de las circunstancias.

Creo que Little Nightmares es un proyecto que puede  llamar la atención simplemente por sus artes, su estilo y también por su propuesta jugable. No me hizo falta ni ver un gameplay para que suscitara mi curiosidad, la verdad. Es fácil sentenciar a Little Nightmares como un juego a lo Limbo/Inside a cargo de retorcidos fans de la obra animada de Tim Burton. Ya desde los primeros instantes nos recorrerá unas sensaciones de desamparo y cierto terror quizás mayores que en los juegos anteriormente comentados. Otro detalle curioso y llamativo es su simplicidad en el control, los gatillos superiores no son necesarios (Xbox One), prácticamente utilizaremos solamente tres botones: saltar, correr y agarrarse/agarrar. La ausencia total de interfaz es otro puntito a favor pues, sinceramente, ayuda enormemente a la inmersión.

¿Pero qué es Little Nightmares?

Además de un maravilloso indie creado por los chicos de Tarsier studios  y con el amparo de Bandai Namco, Little Nightmares es un juego de puzles simples basados en el sigilo principalmente, aunque también nos meteremos alguna que otra carrerita, que tiene una ambientación tan tétrica grotesca y disfuncional que te atrapa y sorprende.

Manejamos a una especie de “Caparucita Roja” pero amarilla, de pequeñas dimensiones y que tendrá que sortear a un buen número de deformes y aberrantes sujetos que tratarán de dar con ella. Es curioso como un juego que no tiene ni un solo diálogo, ni un solo momento de lenguaje verbal puede transmitir tanto y puede hacer que tú mismo saques tus propias conclusiones y que divagues. Es cierto que explica poco pero algunos momentos desde luego captarán nuestra atención, sobre todo en la recta final, incluso sorprendiéndonos positivamente.

A vueltas con la duración

Sí hay algo que se le ha criticado a estos juegos y este no iba a ser menos es su duración. Cuatro horas más o menos emplearéis en acabaros el juego. La duración también depende, evidentemente, de la soltura que tengáis con los puzles, la mayoría fáciles aunque a veces ni el más avispado se librará de una sorprendente muerte. Ahora bien, ¿es un juego corto?, pues a mí no me lo pareció, es un juego que te deja con ganas de más y eso es mejor que acabar aburriendo y encima puedes revisitar los capítulos para rememorar algunos momentos chulos y acceder a alguna que otra zona que por las prisas hayas obviado. Soy consciente del valor de los juegos y el coste de estos y al igual que os digo lo anterior he de ser sincero y aún teniendo el juego un precio reducido (25 euros la edición básica física), hay que decir que a nivel de contenido es muy justito, pero aquí lo que pagamos no es eso, sino la originalidad, la experiencia, la diversión. Estoy convencido que la mayoría de jugadores una vez acabado el juego no pensarán en si les debía haber costado 20 euros en lugar de 25.

Conclusiones

Como pasa con muchas de nuestras pesadillas, Little Nightmares es difícil de olvidar, y eso es un cumplido y además algo complicado hoy en día en esta industria tan prolífera. Se le notan las bases, sus influencias e inspiraciones (Limbo/Inside) pero acaba por tener una personalidad propia por ambientación y por un inspiradísimo apartado audiovisual. La saga The Witcher son excelentes juegos de rol y muy largos, casi interminables, The Journey por ejemplo no llega a las dos horas y no por ello deja de ser un gran juego, Little Nightmares es brillante y ya es cada uno el que debe de valorar si esas 4 horas son realmente suficientes o no.

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