Nightmare Boy. Análisis Switch

Nightmareboy cover

Tras su paso por PC, Playstation 4 y Xbox One, Nightmare Boy, lo último de The Vanir Project, llega a Nintendo Switch. La consola híbrida le da una nueva dimensión a todos los títulos gracias a la posibilidad de poder disfrutarlo tanto en su modo sobremesa como de manera portátil. Os contamos como se adapta el juego a estás posibilidades y como responde en cada uno de los formatos que nos permite disfrutar Nintendo Switch.

Buscando su hueco entre indies

Desde su lanzamiento, la última consola de Nintendo ha dejado claro que quiere ser un lugar donde encontrar una buena colección de juegos independientes a los que jugar. Con el paso de los meses la cantidad de juegos de este corte disponibles en la eShop ha crecido. Esta es una gran noticia para los amantes del género, pero provoca que títulos como Nightmare Boy tengan que pelear ferozmente por su pequeña parte del pastel, en un mercado que parece no dejar de crecer.

Una vez iniciamos la aplicación en nuestra consola y arrancamos la partida, lo primero que nos llama la atención es el tiempo que tardamos en tomar el control del personaje. Una narrativa relativamente sencilla de explicar se alarga de manera innecesaria con conversaciones que aportan poca información interesante al jugador.

Nuestro protagonista queda atrapado en un mundo de sueños por un hechizo del antagonista, pero desconocemos sus intenciones, esto hace que sea complicado que la historia nos atrape.

La contrapartida de esta difusa narración la encontramos en el trabajo visual. No es que Nightmare Boy sea un videojuego especialmente bonito, pero es digno de destacar la cantidad de enemigos diferentes que nos encontramos a lo largo de la aventura. Todo el mundo creado, tanto personajes como escenarios, nos ayudan a introducirnos de lleno en esta historia onírica que sin duda nos recuerda a algunas de las obras del cineasta Tim Burton.

Escapando de nuestras pesadillas

Como ya hemos comentado, Nightmare Boy nos lleva hasta un mundo de pesadillas. Seguro que nadie piensa que salir de una pesadilla sea tarea sencilla y así lo entiende el equipo de The Vanir Project.

Desde el primer momento Billy, nuestro protagonista, tiene la posibilidad de realizar un ataque cuerpo a cuerpo y rápidamente se le suma la posibilidad de lanzar proyectiles de manera limitada. Hasta ahí bien, tendremos que controlar los disparos que nos quedan en cada momento para no caer en las garras de los enemigos, pero nada fuera de lo normal. El problema surge con el aspecto más plataformero del juego. Los controles no son del todo precisos lo que nos va a provocar, en más de una ocasión, no aterrizar donde teníamos previsto. Esto hace que algunas de las fases del juego logren sacarnos de quicio, pero ya no por su dificultad, sino debido a los poco precisos controles.

A esto hay que sumarle los puntos de guardado, que tendrán un coste y solo podremos activarlos en lugares específicos. Esto junto a que cada muerte nos supondrá retroceder bastante nos obligará a ser pacientes y muy habilidosos si queremos que Billy logre despertar.

Para terminar, comentaros brevemente que, al contrario que sucede en la mayoría de títulos de Nintendo Switch, en esta ocasión sí que notamos el cambio entre modo sobremesa y portátil. Mientras que todo fluye de manera correcta si estamos viendo la aventura en un televisor, al pasar al modo portátil notamos ciertos bajones de framerate en los momentos en los que hay demasiadas cosas en movimiento en la imagen. Esto hace que el juego sea bastante más incómodo de jugar si lo hacemos en la tableta.

Conclusiones de Nightmare Boy

The Vanir Project lleva su último proyecto a Nintendo Switch con algunos altibajos. Los diálogos parecen artificiales e innecesariamente largos, lo que lastra la narración. La dificultad del juego se debe en gran parte a unos controles no demasiado finos que nos complican la movilidad y el juego no está bien optimizado para el modo portátil de la consola.

Por otro lado, el trabajo realizado con los diferentes personajes que aparecen a lo largo de la aventura es muy remarcable y algunas fases del juego son realmente un reto entretenido de superar.

Unos diálogos menos forzados, unos controles más finos y una experiencia tan agradable en el modo portátil como en sobremesa habrían logrado que este Nightmare Boy fuese un indispensable para los amantes del género.

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