One Dog Story. Análisis PC

One Dog Story

One Dog Story es un juego de plataformas con arte pixelado, al inicio su trama se desarrolla en un laboratorio donde se llevan a cabo experimentos científicos con animales, perros específicamente. Nuestro personaje despierta tras romperse una cápsula donde le mantenían dormido, de primeras, todo indica que el nombre de nuestro protagonista es simplemente “E0 43”. El instinto canino nos lleva a preguntarnos qué es lo que está pasando en el laboratorio, y de ahí en adelante todo se trata de abrirnos camino por medio de saltos, golpes y mucha lectura a lo largo de la partida, al mismo tiempo que vamos descubriendo lo que ha sucedido.

Todo comienza  con una cortísima introducción en la que vemos a un científico cerca de dos cápsulas donde flotan dos perros en un líquido, de pronto algo sucede y la pantalla muestra ambas cápsulas rotas, al reaparecer la luz tras un apagón sólo estamos nosotros, el otro perrito no está, así, nuestra aventura comienza.

Mecánicas y jugabilidad

La jugabilidad de un juego de plataformas es conocida, en One Dog Story vamos saltando o buscando cómo avanzar por los niveles dando brincos y golpes a todo lo que se nos ponga enfrente. Las mecánicas en One Dog Story tampoco son nada fuera de lo común, y la innovación se quedó en el cajón. Aún así, no es un juego de trama que resulte clicheada, la historia capta tu atención lo suficiente como para jugar una o dos horas diarias (si eres de los que no se aburren leyendo a cada cinco minutos).

Nuestro amiguito canino usa armas para golpear a sus enemigos, estas se pueden mejorar recogiendo barras de energía (parecen ser de uranio) que obtenemos cuando un enemigo es abatido, otros arrojan galletitas en forma de hueso que nos suben la vitalidad. A lo largo del juego tenemos que hacer tareas como recoger objetos y dárselos a los NPCs a cambio de algún artículo, debemos encontrar switches que abren puertas o desactivan láseres que cierran el paso a determinadas áreas. Las áreas de guardado, mejoras de armas o curación son cuartos donde encontramos algo parecido a máquinas expendedoras, con las funciones ya mencionadas. El título tiene un inventario (vemos una barra en la parte baja de la pantalla donde podemos cambiar de objeto) para llevar cosas.

Los enemigos son fáciles de eliminar (algunos Jefes son duros), el juego tiene cierto carácter sandbox dándonos libertad de ir de aquí para allá en lugares que ya hayamos visitado, pero no deja de ser un juego lineal. La dificultad del juego es mínima, lo que le hace un juego apto incluso para niños. No tiene sangre, ni monstruos aterradores, es una buena opción para disfrutar con los hijos, sobrinos, etcétera.

Por su parte, visualmente el juego está a la altura media de cualquier título independiente del mismo corte en pixeles, ni destaca ni se queda atrás. Lo mismo podemos decir de su sonido y la banda sonora. Algo que nos gustaría ver, es un poco más de animación en las expresiones del perro, pues se ve un poco sin vida ya que sus expresiones faciales son nulas.

RPG estilo Pixel Art

Hubo un par de cosas que no nos gustaron en nuestra primer partida. El juego no se pausa mientras nos disponemos a leer textos en algún diario o documento que encontramos por ahí, ni en los ordenadores que abundan en este edificio científico. Las criaturas que invadieron el inmueble pueden causarnos daño cuando leemos, para algunos (incluidos nosotros) esto puede ser molesto. Tampoco nos lo callamos, y le cuestionamos dicho tema al desarrollador, quien con mucha cordialidad nos explicó que es algo que ya habían pensado y está hecho adrede, y que además, las áreas donde hay alguna lectura pueden ser »limpiadas» de enemigos antes de leer algo. Cualquier libro o diario puede volverse a leer sin problemas si nos toca salirnos de emergencia en caso de que venga algún monstruo mientras leemos.

También le comentamos sobre cierto fallo en la detección de los botones que presionamos para golpear, a lo que nos respondieron que por defecto el juego tiene esa latencia, así que debemos acostumbrarnos y lograr el timing correcto para evitar recibir daño. En nuestra sesión también nos topamos con un bug ciertamente divertido; nos encontrábamos hablando en una caja y al saltar sobre esta para caer al suelo, el personaje desapareció; resulta que había un «hueco» en las baldosas que fingen como plataforma para colocar el arte del juego y nuestro amado can calló en él, lo divertido era que podíamos movernos dentro de la estructura. Pero no se podía salir por lo que nos tocó cargar partida. Este asunto también se lo comentamos al desarrollador, y al día siguiente ya lo había solucionado.

Por otro lado, One Dog Story es completamente compatible con control de mando convirtiéndolo en un juego perfecto para jugar desde el sillón en un televisor desde el PC. Otro punto muy bueno es la accesibilidad de poder comunicarte con los desarrolladores para poder externarles asuntos como problemas de bugs o darles algunas sugerencias. En Steam, existe la posibilidad de hablar con los desarrolladores y entre algunas cosas que le han pedido a los creadores ha sido la posibilidad de jugar como un gato, a lo cual se han negado en principio, pero leyendo en los comentarios, los dev bromean sobre un posible DLC con un gato como protagonista.

Otro punto a favor son sus niveles rejugables, el poder devolvernos a lugares que ya habíamos explorado da mucho sentido de libertad. Hay muchas locaciones y armas para escoger, con la posibilidad de distintos finales dependiendo de cómo vayamos jugando.

Conclusión One Dog Story

One Dog Story es un juego casual de plataformas, su historia trata de engancharte pero el guion y los personajes no son lo suficientemente fuertes, aun así, es de calidad regular y no decepciona. Al mismo tiempo queda cierta pizca de encanto que logra hacernos querer terminarlo y pasar horas pegado jugando tal y como lo dice el desarrollador en la página de la tienda de Valve. Creado y distribuido por Big Way Games, One Dog Story ya está disponible en Steam desde el pasado 28 de abril.

Salir de la versión móvil