RetroAnálisis de la Semana: Alex Kidd in Miracle World

"El visionado de la carátula original puede herir la sensibilidad estética de la gente, utilicen Google si de verdad creen tener agallas"

Retomamos, tras un par de meses de merecido descanso, la sección de RetroAnálisis, donde seguiremos revisando aquellos grandes clásicos que en mayor o menor medida, marcaron las vidas de muchos videojugadores. Hoy es el turno de un título que surgió con la idea de arrebatar la corona al mismísimo Super Mario Bros. Obviamente, no lo consiguió, pero en el camino se hizo con el corazón de multitud de jugones, que a día de hoy, aún recuerdan con un cariño especial a aquel muchacho que comía sin parar y partía piedras con sus puños.

Remontémonos a 1986, año en el que se publicó el juego. La Famicom de Nintendo estaba más que consolidada en Japón, y arrasaba en los Estados Unidos desde hacía un año. Super Mario era el juego predilecto de todos los niños y parecía no tener rival que le hiciese sombra. Uno de sus más directos competidores, SEGA, apenas había conseguido colocar a su Mark III en el mercado nipón, a pesar de ser ligeramente más potente y contar con una paleta de colores más viva y variada. Al ver que no podía competir con la NES en su tierra natal,  Sega decidió distribuir la Mark III(a partir de ahora Master System)por el resto del mundo, obteniendo dispares resultados de ventas dependiendo de la zona. Estados Unidos siguió prefiriendo Nintendo, pero en Europa, Sudámerica y Oceanía, la Master System pegó fuerte, y una de las principales razones del éxito, fue el juego que nos ocupa.

 

Odisea en el planeta Aries

¿Ranas o cabras montesas? El debate interminable...

La historia del juego, lejos del plano argumento al que nos tenían acostumbrados los juegos de la época, contaba las aventuras y desventuras de Alex Kidd, un habitante del Planeta Aries que, tras pasar la mayor parte de su vida estudiando el arte del Shellcore(ya sabéis, agrandar el puño y sacudir a «cascoporro«), decide dar por terminado su entrenamiento y regresar a su hogar. En el camino, descubre que la otrora pacífica ciudad de Radaxian ha sido arrasada, y el Rey y toda su familia han sido raptados por el malvado lider del Planeta Janbarik, Janken el Grande.

Ni corto ni perezoso, nuestro personaje no duda ni un minuto en ir a esclarecer la historia, y a través de una serie de giros de guión,sencillos, pero a los que como ya dije antes, no estabamos acostumbrados, acompañaríamos a Alex a conocer su verdadero linaje.

 

Gráficos y Música

Pese a ser uno de los primeros títulos lanzados por Sega para formar parte del plantel de la Master System, Alex Kidd poseía unos gráficos que alcanzaban un nivel realmente sorprendente para lo que se podía ver en aquellos tiempos. El diseño del personaje principal era muy bueno, así como el de los enemigos principales, aunque no se puede decir lo mismo de los enemigos comunes, que pecaban de repetitivos, simplones, y deslucían el acabado general. Por otro lado, los decorados sí que cumplían, y con creces. A lo largo de los 17 niveles de los que estaba compuesto el juego, podíamos encontrar entornos de todo tipo;cavernas, bosques, selvas, rutas submarinas, aéreas, castillos, palacios…la variedad era amplia, el colorido era vistoso y bonito, y la amplitud de las fases estaba bien, aunque si que es cierto que las zonas al aire libre pecaban de ser un pelín repetitivas, por el gran parecido entre ellas, en lo que a la paleta de color se refiere(no así en su jugabilidad).
La música era otro de los puntos fuertes del juego. A pesar de contar con un número reducido de composiciones, la calidad de las mismas era bastante alta, y lejos de hacerse tediosas, las canciones sentaban como un guante al deambular de Alex por el Planeta Aries. De hecho, aun hoy, casi 20 años después, el que suscribe es capaz de recordar, con gran cariño, por cierto, la mayoría de las melodías. Minipunto positivo.

Pinchad en la foto si queréis ver una muestra del despliegue visual del juego

Jugabilidad

La IA en las partidas de janken no eran precisamente dignas de Deep Blue

Si tuviesemos que definir el primer juego de Alex Kidd con una sola palabra, sin duda me quedaría con divertido, pero como lo estamos definiendo con muchas más, vamos a matizar y ampliar el concepto. Vuelvo a poner de manifiesto el año de producción del videojuego, 1986. Muy pocos, por no decir ningún otro juego, ofrecía la variedad y frescura de la que hacía gala el título de SEGA. Aparte de las consabidas fases de plataformas clásicas, en las que Alex se ayudaba de sus puños crecientes para continuar su camino, a lo largo del juego encontrabamos un original acercamiento a los Final Bosses, a los que debíamos derrotar mediante el juego de piedra-papel-tijera. Pero lo más sorprendente que nos dejó Alex Kidd para la posteridad fue la posibilidad de afrontar muchas de sus fases de distinta manera, dependiendo de los objetos que hubiésemos adquirido en las tiendas que encontrabamos a lo largo de algunos niveles. Muchas pantallas podíamos hacerlas andando o buceando, o bien, previo paso por caja, cabía la posibilidad de completarlas utilizando un monocóptero, una moto, u otros útiles gadgets, a los que se accedía mediante el «nada engorroso» botón de pausa de la consola.
El único punto negativo del juego, es su elevada dificultad, sobre todo en los exigentes castillos de la parte final, aunque, como más adelante os contaré, había truquillos para poder continuar desde la última fase jugada. A día de hoy, el juego puede ser rejugado sin achacar en demasía el paso del tiempo, ofreciendo unas horas de diversión nostálgica a la altura de muy pocos.

 

Conclusión

Alex Kidd in Miracle World supo, en su momento, encontrar una fórmula para innovar y abrir nuevos caminos que le hicieran convertirse en un rival digno de Mario. Para muchos, entre los que me incluyo, Alex Kidd fue un pasito más allá que el fontanero en el aspecto gráfico y de innovación,aunque no consiguió alcanzar el carisma del italiano, hecho que a la postre, junto a unas olvidables secuelas, fue lo que hizo que Alex cayese en el ostracismo. Si no habéis podido jugar a este título, os recomiendo encarecidamente que le déis una oportunidad(podéis encontrarlo actualmente en la consola virtual de Wii). A los que lo jugastéis en su momento, solo os pido que desempolvéis vuestras Masters y le rindáis un pequeño homenaje al juego que se atrevió a plantarle cara a Super Mario Bros.

LO MEJOR

– Largo y divertido.
– Tararearás sus melodías hasta el fin de tus días.
– El apartado gráfico aún sigue siendo «resultón»

LO PEOR

– La dificultad exaspera en determinados momentos.
– Las secuelas de este gran título, sin duda para el olvido.

NOTA: 9

 

¿Sabías que…?

– El juego contaba con fases secretas, a las que podías acceder acabando con algunos pulpos de las fases submarinas.

– Era posible realizar un truco para continuar desde la fase en la que habías muerto. En la pantalla de Game Over, había que pulsar arriba y apretar el botón 2 ocho veces.

– Según la versión del juego que tuvieses(cartucho, o dentro de la memoria de la Master) Alex salía comiendo un pastelito de arroz o una hamburguesa.

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