¿Sabemos qué dificultad queremos en los juegos?

¿Qué pasa últimamente con la dificultad de los juegos?, ¿dónde está el problema?, ¿las compañías no aciertan en su nivel o somos los players los que no sabemos qué queremos?

Este es un aspecto que siempre genera muchísima discusión entre el público. Cuando un título nos resulta muy sencillo (Ace Combat: Assault Horizont), nuestras quejas son razonables, no es lógico que un juego por el que has pagado 70 euros, lo termines en 6 – 8 horas de juego, entonces la única esperanza que nos queda, es si al terminar por primera vez el juego, desbloqueamos algún nuevo nivel de dificultad más avanzado.

Por otro lado, si el juego nos parece excesivamente difícil (Dark Soul), las quejas son igual de razonables, puesto que un grado de dificultad tan alto puede llevar a una situación de enfado y malestar y a la posterior alteración y recuerdos de familiares de creadores de estos títulos. Pero claro, de este modo, un título medianamente corto, puede convertirse en un juego que tenga una duración de más de veinte horas, aunque nos peguemos tres horas para conseguir salir de una habitación.

Los usuarios siempre tendemos a querer que los juegos sean lo más reales posibles, pero todo lo que se acerque a la realidad, es sinónimo de una dificultad muy alta. Imaginaos un título de guerra bélica de hoy en día (COD – BF3) totalmente realista, no duraríamos ni 30 segundos con la cantidad de disparos que hay. Pero un título demasiado fácil, es muy irreal, algo que termina por desagradar a todos.

Las compañías buscan soluciones, pero no consiguen dar con la clave, aunque hay veces que se han acercado mucho. Por ejemplo, hay un sistema en el que el propio juego detecta que te has quedado estancado en una misión y te da la opción para que bajes el nivel de esa misión.

También hemos podido ver en algunos títulos cómo Skyrim, que tienen un sistema semi-auto level, y para el que no sepa en qué consiste este sistema, es simple. El mapa del juego engloba diferentes niveles, siempre entre 5 y 10, es decir, por ejemplo en la ciudad que comenzamos el título, los niveles oscilan entre el 0 y el 10, así si nosotros somos level 4, los enemigos no tendrán un nivel superior al 10, lo que nos pondrá una dificultad alta, pero no imposible.

Hace poco supimos que los desarrolladores de Mass Effect 3, aseguraron que su próxima entrega tendría una dificultad mucho más elevada que sus anteriores ediciones, en el lado opuesto encontramos a Dead Space 2, el cual tuvo que ver reducido su nivel. Otro título que ha tomado medidas sobre su dificultad y que todos estamos esperando será la última entrega de Square Enix, Final Fantasy XII-2, en el cual podremos bajar su dificultad en cualquier momento.

Y por último, tenemos que mencionar lo clásico, antes de comenzar el juego, elegir qué nivel de dificultad queremos tener. Este método tiene un inconveniente bastante grande, y es que no somos igual de habilidosos cuando empezamos con un juego, que cuando llevamos 10 horas jugando a él, lo que hace que al cabo del tiempo, el juego pierda gran interés.

Entonces, volvemos a las preguntas del principio, ¿Quién tiene el problema? Pues yo creo que el problema es de nosotros mismos, cada uno tiene un punto de vista y le gusta un nivel de dificultad, lo que quiere decir que las compañías lo tienen muy complicado, por no decir imposible, para acertar por completo en la dificultad de sus títulos.

Teniendo en cuenta todo esto, ¿vosotros quién creéis que tiene el problema, las compañías o los jugadores?

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