Summer in Mara. Análisis de esta aventura familiar en PC

Los estudios españoles comienzan a enseñarnos poco a poco qué es lo que son capaces de hacer, y más últimamente ya que estos meses se van a ir lanzando juegos que hemos estado esperando con bastantes ganas. Summer in Mara, del estudio valenciano Chibig, es un buen ejemplo de esto.

Hemos podido probarlo estos días y la verdad es que la aventura ha sido bastante entretenida. Pero no vamos a adelantarnos a las conclusiones y vayamos poco a poco.

Koa y la historia de su vida

Si por algo destaca Summer in Mara es por lo entrañable y familiar que es esta aventura. Koa es nuestra protagonista, una pequeña que es encontrada por Haku en medio de un naufragio cuando era solo un bebé. El prólogo nos enseñará a una joven Koa quien, en forma de tutorial y a las órdenes de su yaya Haku, iremos aprendiendo a realizar las tareas de la isla y a conocer un poco más de la historia de Mara.

Tras un salto en el tiempo, Koa tendrá ya 11 años y deberá valerse por sí misma, teniendo toda la isla para ella sola y, lo que es peor, todo estará poco menos que en estado de ruinas, por lo que tendremos que empezar de cero pero con todos los conocimientos que tenemos.

summer in mara

Ahí es cuando Koa saldrá al mundo y comenzará a expandir su universo, y es que hay que tener en cuenta que ha sido una niña que se ha criado tan solo con su yaya, por lo que sus modales y el contacto con la sociedad es algo prácticamente inexistente. Seremos testigos de cómo la niña va conociendo cómo funciona todo, lo que son los modales y todo lo que nos hace falta para ir avanzando en la historia.

Sí, Summer in Mara es principalmente una historia, y una muy bonita de vivir. La perspectiva del juego es totalmente la de la propia Koa, por lo que lo veremos todo desde los ojos de una niña inocente que está descubriendo tanto las cosas buenas como las malas. Summer in Mara es, ante todo, una historia familiar, pacífica y que nos enseñará bastantes valores sobre la naturaleza, la importancia de la educación y el respeto a los mayores y, lo que es más importante, la familia.

En este sentido, y es algo que el propio estudio Chibig ya ha declarado que es una coincidencia, podríamos decir que se parece mucho a la película de Disney Vaiana (Moana), pero casi ningún miembro de la compañía había visto la película antes de su desarrollo y ha sido curioso cómo ese amor por la familia, la sabiduría y la naturaleza se parecen tanto por pura coincidencia.

Según avancemos la historia se irá tornando algo más seria y es que hay una amenaza que pondrá en jaque a todos los habitantes del planeta. Es por esto que si esperabais un juego más enfocado a lo Animal Crossing, en ese sentido no va a ser así y es que tendrá fin, el cual podremos alargar cuanto queramos y es que la jugabilidad de Summer in Mara es realmente gigantesca, dejándonos siempre a nuestro ritmo y pudiendo disfrutar de la exploración, sus animales y lo que es la agricultura tanto como queramos. En general, el juego se puede completar en unas 25-30 horas, pero después nos quedará un modo abierto para poder seguir disfrutando de él, completando las misiones secundarias que no hayamos finalizado o simplemente cuidando de nuestra isla y disfrutando de sus mecánicas.

Una inmensidad de cosas por hacer y construir

El universo creado por el estudio Chibig, y que ya dio inicio con Deiland, se vuelve todavía más grande con Summer in Mara, viendo guiños al primero en este título de la compañía que nos permitirá descubrir que estamos ante una historia anterior a Deiland (nos encontraremos a Brram por ejemplo, quien tan solo será un aprendiz de cocinero, antes de tener su propia nave restaurante).

Las posibilidades en sus mecánicas jugables son realmente inmensas y es que podremos hacer prácticamente todo lo que existe en títulos como Animal Crossing, Harvest Moon, Stardew Valley… Comenzando con nuestra isla hogar, la cual podremos ir mejorando con la plantación de cultivos, árboles frutales, arbustos… también debemos añadirle utensilios y construcciones para albergar a nuestros animales. Entre los que encontramos durante nuestros viajes (una vez que tenemos el hábitat construido nos los encontraremos perdidos en los mares), tenemos pollos, cerdos y ovejas. En los distintos escenarios hay más, pero por ahora solo podremos «domesticar» a estos, pudiendo entonces recolectar huevos, trufas y leche.

Además podremos construir utensilios como hornos, pozos de varias clases, un molino para moler nuestro trigo y hacer harina, depósitos de agua… Una serie de cosas que iremos descubriendo con el tiempo y las misiones secundarias y que nos ayudarán a hacer la vida más sencilla. Mención especial para la cantidad de cultivos y frutas que tenemos a nuestra disposición y es que solamente en frutas encontraremos 15, contando además con otros tantos cultivos. En nuestra isla, la cantidad de plantas (que no cultivos) y árboles que podremos plantar lo dictaminarán los pozos que tengamos, por lo que deberemos ir haciendo sitio para poder tenerlos todos. Además, cada uno tendrá sus especificaciones, unos necesitando altura, otros estar cerca del mar… Los únicos árboles que podremos cortar serán los de nuestra propia isla, pero cuando vayamos de viaje y encontremos fruta tirada nadie nos impedirá cogerla para poder plantarla en nuestra isla y conseguir mayor variedad.

Qälis es la isla ciudad principal en Summer in Mara y donde nos encontraremos la mayor parte de habitantes con los que interactuaremos. Casi todos ellos tendrán peticiones que hacernos y, aquí, quizás se ha explotado un poco demasiado el efecto recadero, y es que por momentos vamos a tener que llevar, y mucho, unas cosas de unos a otros, llegando a entrar incluso en el terreno de bromas entre ellos. Esto sobre todo ocurre al principio, pero una vez que vamos avanzando pasaremos a realizar tareas más serias y que requerirán encontrar componentes cada vez más complicados. Muchas de ellas no podremos resolverlas hasta que avancemos en otras, o bien porque directamente el juego así nos lo dice o porque no tenemos ingredientes que podamos comprar a crear hasta que tengamos el utensilio adecuado, como por ejemplo la harina.

Hablando de utensilios, a nuestra disposición tendremos una pala, una azada, un hacha, caña y martillo, las cuales podremos ir mejorando durante nuestras aventuras para ir añadiendo funciones, poder recoger mejores minerales, destruir rocas más grandes… Esto hace que se nos permita explorar y realizar misiones casi a nuestro ritmo, pero teniendo en cuenta que algunas veces vamos a tener que esperar hasta mejorar las herramientas, algo que no sabremos cuándo ocurrirá, solo que lo hará en algún momento. Por cierto, una vez hagamos una herramienta estas no tienen durabilidad ni pueden destruirse, así que no debemos preocuparnos de volver a fabricarla.

Summer in Mara es un gigantesco ecosistema, y como tal Chibig ha querido darle una vida lo más realista posible. Tendremos ciclos de día y de noche, con Koa teniendo dos barras que cuidar: la de cansancio y la del hambre. La primera la recuperaremos comiendo y durmiendo, y es que todas las noches, a partir de las 00.00 comenzaremos a ver como nuestro cansancio aumenta rápidamente. Si llegamos a cero se quedará dormida y descansará muy poco, pasando a ser el día siguiente (algo que nos ocurrirá si dan las 00.00 mientras navegamos). La otra barra se llenará exclusivamente con comida, y cada alimento que tengamos nos dirá cuántas manzanas rellena (así se mide el hambre).

Estos ciclos de día y de noche son importantes no solamente para nuestro sueño y descanso, tan importantes, sino también para los habitantes de las islas. Los animales se pondrán a dormir a partir de las 20.00, no dejándonos darles de comer aunque sí que los acariciemos, mientras que los negocios de los isleños algunos tendrán horarios que se respetarán a rajatabla. Si queremos visitar la tienda de Noho tendrá que ser a partir de las 10.00 de la mañana, y así ocurre con muchos, como el banquero, la herrera, el restaurante… cada uno con sus propios horarios.

También tendremos días donde la lluvia llegará hasta nuestra isla, algo muy importante y es que es la única manera de que nuestros pozos estén llenos. Regar un cultivo eliminará un día de espera (si los abonamos ganaremos un 50% más de producto final) y dependiendo del tamaño del pozo tendremos 3, 5 o 10 cubos a nuestra disposición hasta que vuelva a llover. No suele ocurrir muy a menudo por lo que tener una buena provisión de agua es importante si queremos acortar tiempos en nuestros sembrados.

El barco de Koa, herencia de la yaya, es uno de los principales métodos de exploración, el cual al principio solo nos permitirá viajar entre dos islas, pero que a medida que vayamos avanzando en la historia se irá mejorando con nuevos motores, remos e incluso combustible, haciendo que podamos viajar a un número inmenso de cuadrantes, un total de 36.

No solo de material orgánico vive Summer in Mara y también hay una buena cantidad de rocas a nuestra disposición, las cuales las encontraremos dispuestas en forma de minas, al más puro estilo World of Warcraft, repartidas por el mundo. Así encontraremos metal, piedra, cobre, plata, oro… y alguna cosilla más que no os queremos desvelar.

Las monedas de oro son la economía principal en Summer in Mara, y lo cierto es que al principio lo vamos a pasar bastante mal en este sentido y es que hasta que podamos explorar más mar a dentro, necesitaremos contar cada moneda que tengamos para poder comprar materiales necesarios para crear los objetos que nos piden en cada misión. Una vez llegamos a más islas nos encontramos fragmentos de naufragios flotando por ahí, en forma de barriles y cajas, que nos darán bastantes materiales y nos ayudarán a ganar más dinero. De todas maneras, el dinero, una vez que tengamos los cerdos, se volverá inmensamente más sencillo de conseguir gracias a las trufas y a lo que nos pagarán por ellas.

En nuestros viajes vamos a encontrar de todo tirado por el suelo, desde barriles y cajas que abrir, hasta fruta y minerales… pero también basura. El mensaje que nos ofrece Summer in Mara en este sentido es claro y es que en Qälis vamos a ver distintos contenedores rana que se pondrán muy contentos cada vez que les demos basura para reciclar, un maravilloso mensaje que agradecemos y mucho.

También ha sido curioso ver cómo han utilizado los mensajes de los que apoyaron el proyecto en Kickstarter, y es que debemos recordar que este título ha sido posible gracias a los casi 234.000€ que recaudaron de algo más de 9.500 patrocinadores. En casi cualquier lugar del juego nos encontraremos cangrejos del servicio postal (sí, son los carteros de Summer in Mara), que llevarán mensajes creados por ellos. Hasta 91 podremos encontrar ocultos entre las islas, terrenos, mares… ¡Se ha abierto la veda del cangrejo cartero!

Los minijuegos estarán presentes en el juego, aunque no hay demasiados. La pesca será bastante sencilla, aunque dependiendo del pez que vayamos a capturar será más o menos fácil de conseguirlo. También habrá distintos puntos de buceo repartidos por el mar donde podremos sumergirnos para conseguir cofres del tesoro y también más de algún objetivo de misión. Como decimos no es mucho, pero ayuda a aportar algo de variedad y de darle otro punto de vista y habilidad sin ser demasiado complicado.

Como no podía ser de otra forma, en Summer in Mara tenemos piratas, y no podía faltar la caza del tesoro sin estos personajes. Otra de las mecánicas que encontraremos, una vez podamos explorar a nuestro gusto, es que podremos comprar mapas del tesoro que nos señalarán una localización donde podremos cavar y ver qué se esconde en su interior. Para algunos necesitaremos llaves de distintos metales, pero siempre tendremos una buena recompensa. ¿Quién no ha querido alguna vez jugar a la caza del tesoro?

En general, la jugabilidad de Summer in Mara está pensada para que sea apacible para los adultos, pudiendo disfrutarla de una manera totalmente relajada, y una delicia para los peques, por lo que nos parece un juego realmente ideal para disfrutar en familia durante largas horas.

Amable de ver pero sin ningún tipo de alardes

Summer in Mara no es un juego con un poderío gráfico que nos vaya a sorprender y es que estamos hablando de un estudio independiente con todo lo que ello conlleva, y uno realmente pequeño que ha contado con poco más de 5 integrantes sin contar las compañías externas. No obstante, debemos decir que nos ha parecido de lo más interesante lo que han hecho con Unity, teniendo unas imágenes de lo más resultonas, apoyadas en las conversaciones con dibujos en 2D, y un aspecto animado que nos ha recordado mucho a Disney o Ghibli, con animales realmente monos y un aspecto cuqui constante. Tendremos varias cinemáticas a nuestra disposición, para las que se ha contado con el estudio Ciervo Alto, trayéndonosla al más puro estilo animación, un esfuerzo que se agradece y mucho. Solo podemos decir que es una pena que no se hayan podido ver más animaciones de este estilo durante el juego.

Los escenarios no son demasiado variados, ni vamos a encontrar muchos elementos que les den vida, pero sabiendo los recursos con los que ha contado el estudio y el tamaño de la empresa en la que se han embarcado (realmente es un juego muy grande), el resultado final es de sobresaliente, especialmente si tenemos en cuenta que no hemos encontrado bugs, ni fallos en las animaciones dignos de mención. Tendremos posibilidad de cambiar nuestra ropa e incluso nuestra mochila (lo de la pulpochila es la cosa más mona que hemos visto en mucho tiempo), haciendo que los diseñadores hayan dado rienda suelta a sus estilos.

En cuanto al apartado sonoro, las melodías que podemos escuchar son bastante interesantes, trayéndonos un poco de todo como melodías tropicales, algunas un poco épicas, momentos vocales en valenciano (como tira la tierra), de piano… Tiene una buena variedad y en más de una ocasión vamos a encontrarnos a nosotros mismos escuchando y tarareando la música mientras surcamos los mares.

En cuanto al trabajo de traducción poco podemos decir, viniendo de un equipo español. El doblaje es algo que no vamos a ver, y es que este es un apartado que se salía del presupuesto, teniendo un par de voces y ruidos para cada personaje y poco más.

Conclusiones de Summer in Mara

Estamos ante un juego que destila amor por cada uno de sus poros, y es que el título de Chibig nos demuestra una vez más lo que un estudio independiente puede llegar a conseguir con el presupuesto y la dedicación necesarias. Summer in Mara nos trae un juego de lo más divertido, con una historia tierna y enriquecedora que entretiene a los más adultos y sirve que los peques tengan unos valores de lo más positivos, siendo uno de esos juegos que nos parecen perfectos para jugar en familia.

No toda la experiencia es perfecta, pero tampoco se le puede pedir mucho más a un juego que ha sido desarrollado por un estudio pequeño y que ha intentando abarcar tanto como lo ha hecho Chibig. Esperamos que este sea la continuación de la expansión de su universo y que no tardemos en conocer más sobre su próximo proyecto.

Nota: 8,5

Lo mejor:

  • Una historia entrañable y maravillosa de vivir.
  • Enseña unos valores familiares magníficos.
  • Magníficas animaciones y un apartado técnico de lo más agradable.
  • La BSO es muy buena.

Lo peor:

  • En algunas ocasiones utiliza en exceso el efecto «recadero» en las misiones.

Salir de la versión móvil