Watch Dogs Legion – Análisis PS4. La desunión de una supuesta legión

La evolución de los títulos de Ubisoft ha sido notable en los últimos años. La libertad y la apertura de sus mundos han ido creciendo exponencialmente hasta llegar al culmen de su obra con el nuevo Watch Dogs Legion.

Tras una primera edición que traía buenas ideas pero que se quedaba limitada, y una segunda que mejoraba a la anterior en casi todos los aspectos, con esta han querido dar un giro toda la fórmula. Ahora más que nunca, estamos ante una revolución.

Este es sin duda uno de los títulos más pretenciosos de la compañía. No solo en lo que a su premisa se refiere, sino, y sobre todo, en lo que han prometido con su jugabilidad y sus infinitas posibilidades.

A partir de aquí, y con las palabras de Ubisoft en la mano, toca que sea cada uno el que juzgue hasta donde hay revolución, expansión, o si simplemente estamos ante un “quiero y no puedo”. Por nuestra parte, os traemos nuestra opinión sobre Watch Dogs Legion.

We are Annonymous, We are Legion

Londres, la gran capital económica europea bajo nuestros pies. El futuro ha llegado a esta magnífica urbe, y nosotros tenemos la suerte de vivirlo. Sin embargo, nadie ha dicho que vivir en esa época fuera fácil, y es que la capital británica todavía no ha recuperado su alma.

Watch Dogs Legion

En una época post BREXIT, pocos años antes de cuando nos sitúa el título, Londres tuvo la desgracia de vivir el llamado DÍA CERO. Un ataque terrorista destruyó gran parte de los lugares emblemáticos de la capital y mató a cientos de civiles. Ese día comenzó una nueva era para el mundo, y para DedSec.

Nuestra querida asociación de hackers fue inculpada injustamente por aquellos ataques, por lo que la orden de busca y captura se cierne sobre los pocos miembros que quedan activos. Sin embargo, Londres no vive precisamente un periodo de tranquilidad.

La ciudad está bajo el mando de Albion, un grupo paramilitar privado que se encarga de mantener la “Paz” en un auténtico gobierno militar. Además, grupos como el Clan Kelley, con el amparo de la “seguridad”, están aprovechando la situación para hacerse fuertes y dar rienda suelta a sus negocios de dudosa ética.

Es en este duro contexto en el que tendremos que salir a la calle a recuperar la confianza de aquella población. Convencer de que no somos quien ellos creen. Para ello tenemos que hacer fuerza, pero ser invisibles, tenemos que ser miles, pero irreconocibles. Es aquí donde empieza el auténtico significado de Watch Dogs Legion.

Antes de entrar en debate sobre la construcción de la historia, lo que sí está claro es que no estamos ante una visión madura ni demasiado realista de la situación. Esto es un juego de hackear, de jugar a ser Dios, y de infiltrarse aprovechando las tecnologías que nos traerá el futuro.

Evidentemente, pensar que por entonar unas cuantas consignas o dejar trapos sucios de la policía al aire una sociedad va a cambiar, es una auténtica utopía (Bienvenidos a nuestro 2020, señores). Un movimiento de hackers, cuyos métodos son cuando menos cuestionables, no parece la mejor herramienta para el 90% de la población. Pero, la pregunta es: ¿Watch Dogs Legion pretende que creamos eso?

Watch Dogs Legion es un videojuego con grandes puntos cómicos y desenfadados (por Dios, podemos controlar a El Rubius…), no busca ser 1984 ni traer más que alguna que otra visión política y tecnológica. No es una obra aleccionadora o con la que sentarse a pensar sobre lo complicado del futuro o la corrupción en el gobierno y en las fuerzas de seguridad.

Lo que ha buscado Ubisoft es traer a su obra ese concepto que hizo famoso a Anmnonyous. Esa legión de seguidores, escondidos en las sombras, donde no importa el individuo, sino el grupo. Ese ataque en múltiples frentes, donde cualquiera puede ser el enemigo. Ese sentimiento de unión, de grupo, de decir: We Are Legion.

Una legión de iguales

Ahora bien, ¿lo consigue? Solo a medias. La estructura de juego, haciendo desaparecer el concepto NPC y permitiéndonos reclutar a cualquiera para DedSec es magnífico sobre el papel. Una libertad absoluta y la capacidad de unir a todos a nuestra causa.

No solo esto, sino que nuestras acciones, y la relación que exista entre los personajes no jugables, afectarán a nuestras capacidades de reclutamiento. Si por ejemplo, le hemos pegado una paliza a un miembro de Kelley, y este alberga relación con otro NPC, ya podemos olvidarnos de que nos tenga cariño alguno, y convencerlo será mucho más difícil, sino imposible.

El problema viene en la falta de pegada de ese mensaje. Nunca llegamos a sentir del todo que nuestros miembros estén remando en una dirección, sino que funcionan como personajes intercambiables que iremos usando según nos venga mejor en cada misión.

Yo soy de la opinión de que no era necesario hacer un planteamiento más cerrado, o darles más importancia a unos personajes que otros para que la historia ganara peso. Se podría haber enfocado más hacia ese sentimiento de grupo, de colectivo… incluso se podrían haber hecho misiones conjuntas más allá del uso de nuestra IA Bagley.

Además, tampoco sentimos esa sensación de equipo. Tenemos miles de NPC con habilidades de lo más variadas, prácticamente únicas, lo que debería de aportar un sinfín de posibilidades. Pues bien, quitando 3 o 4 misiones de la historia principal, en las que se nos obliga a reclutamientos concretos, para todo lo demás nos vale cualquiera.

Todos nuestros miembros disponen de un mínimo de habilidades, acceso a tecnologías y a armas de fuego. Esto implica que una estrategia intensiva es totalmente innecesaria, pudiendo usar a cualquiera para cualquier tarea (o casi).

Al final, esto lo que consigue es que nuestros reclutas sean números intercambiables. Acaban con uno, pues que pase el siguiente. Lo único que cambia un poco esto es la “permadeath”, que al menos nos hará ir con más cuidado si le hemos cogido cariño a alguno de los miembros de nuestra legión.

La idea era excelente, pretenciosa a más no poder, y aunque gusta y resulta impactante durante los primeros compases, acaba por diluirse. Por esto, no podemos valorar el trabajo de Watch Dogs Legion más allá de ser una experiencia piloto en el género. Como decimos, el resultado se queda corto, pero si puede asentar las bases de un gran futuro en la saga.

La piratería te hará libre

Londres a nuestra disposición. Eso es el mensaje más grande, por irónico que parezca, que transmite la aventura de Ubisoft. Porque, si bien la historia principal puedes acabarla en unas 20 horas, hacer todo lo que propone la capital británica bien puede amenizar cada día de espera por la next-gen.

La franquicia ha ido mejorando sus mecánicas y sus posibilidades de hackeo. El primer título plantaba la semilla, pero al fin y al cabo las opciones que teníamos disponibles eran bastante escasas. El segundo mejoró notablemente, aunque de forma más caótica. Ahora en el tercero se ha pulido, y a nivel de jugabilidad es el mejor de los tres.

El problema viene cuando esta mejora no se ve reflejada en las misiones o en las distintas actividades que nos ofrece la ciudad. En realidad no somos tan libres, sino que se nos ha generado sensación de libertad.

Esto no es del todo malo. Es verdad que hay títulos que te lo dan todo más masticado, que te plantan mecánicas satisfactorias sobre el papel, y que gracias al ensayo y error tienes esa capacidad de dominar la situación según avanzas. Sin embargo, esa no es la filosofía pura del Sandbox, y a la decima misión de infiltrarte, evitar alarmas, hackear una máquina y salir, acabamos un poco hasta las narices de DedSec y sus encargos.

Ahora bien, coger tu vehículo, recorrer Londres, reclutar a la gente, volar en tu dron de transporte, ponerte guapo en las decenas de tiendas de ropa… eso no tiene precio. Y si a esto le sumamos el poder hacerlo con cualquier NPC, la diversión está asegurada.

Lo decimos con pena. El simple hecho de darle un poquito más de variedad a las misiones (quitando alguna que otra muy puntual, todas van por el mismo estilo), hubiera dado una frescura increíble al juego. Tenemos un móvil y accesorios que hacen cosas increíbles, se le podía haber sacado partido mucho más allá.

Esto no ocurre solo en la historia principal, sino que se extrapola a las secundarias o a las misiones de conquista o reclutamiento. Se agradece sobre todo ese intento de profundizar con la rebelión de las zonas, y como esto afecta a la opinión pública y a nuestra capacidad de convencer a miembros para que se unan a nosotros. Sin embargo, todo es muy plano, y hay momentos en que liberar un barrio de Londres o ayudar a un obrero es demasiado parecido.

De Camden a Picadilly

Ubisoft siempre será Ubisoft, para lo bueno y para lo malo. Igual que podemos hacer un recopilatorio solo con los bugs en cada título, hay que reconocer que las recreaciones las clavan.

Recorrer Londres es una auténtica maravilla, y después de haberla visto en la vida real, más. Todo es reconocible, sus lugares más emblemáticos, sus zonas… incluso pasear por algunas calles, o barrios como Camden, te evocan a tu paso por la capital británica.

No hay duda, ya sea en Assassins Creed o en Watch Dogs, la sensación de explorar y gozar de una ciudad por tierra, mar y aire está clavada. Como siempre, este es un trabajo sobresaliente, incluso suficiente como para dedicarle unas cuantas horas más al título, dedicándose a pasear, conducir, o con nuestro dron de transporte para tener una magnífica panorámica de la “City”.

Respecto a la BSO, a nuestro parecer es una elección magnífica. Tenemos desde Blur, pasando por Gorillaz, The Prodigy, hasta la mítica “Flight of the Bumblebee” de Nikolai Rimsky-Korsakov. Como veis, la variedad es increíble y para todos los gustos y situaciones.

Eso sí, una de las pocas malas decisiones de diseño que podemos nombrar, es el doblaje al español (aunque las voces tampoco encajan muy bien en V.O.). Entendemos que doblar tantos personajes puede ser abrumador, y no lo tenemos muy en cuenta, pero voces como la de El Rubius encajan igual que a un mono una corbata.

Se le pueden poner pegas al título, pero la ambientación es intachable, consiguiendo aunar ese mundo oscuro, pero a la vez desenfadado del mundo hacker.

Demasiado para esta generación

Ubisoft siempre será Ubisoft, para lo bueno y para lo malo. Igual que podemos hacer un recopilatorio solo con los lugares emblemáticos perfectamente recreados, hay que reconocer que la optimización no es su fuerte.

A la edición primigenia de PS4 le viene muy grande un título de estas características. Si bien es perfectamente jugable, el rendimiento cae hasta el fondo en más de una ocasión. Por tocar fondo, hablamos de que directamente se para, y pasa a ir a tirones de forma exagerada. Todo esto sin hablar de como hace ventilar al aparato o los tres pantallazos azules en las primeras horas de juego.

Como decimos, esto no es la tónica general del título, y menos mal. De hecho, consideramos hasta meritorio que el juego funcione decentemente en una consola con siete años de antigüedad. Evidentemente su versión para PS4 Pro o Xbox One X irá más fluida, y ya no hablemos de cuando llegue a la nueva generación.

Ahora bien, aquellos que sigan con la primera versión de la máquina de Sony tienen que asumir estos problemas. Como decimos, no son graves, pero sí que hay que convivir con ello, y recibir alguna sorpresa desagradable en forma de cuelgue.

Conclusiones Watch Dogs Legion

El caso de este Watch Dogs Legion recuerda vagamente a lo ocurrido en su día con No Man’s Sky (evidentemente salvando las distancias). El juego de Hello Games se ahogo en su lanzamiento por tantas promesas incumplidas. El juego de Ubisoft, simplemente no ha cumplido las expectativas de algunos.

El título es muy divertido, las misiones y la forma de afrontarlas es muy versátil, da una sensación de libertad magnífica y la posibilidad de recorrer Londres es un lujo. Si todo esto lo rodeamos de esa idea de “Be a Legion” y se nos permite ser cualquier NPC, a priori tenemos un juego redondo.

El problema es que la idea no se ha sabido trasladar correctamente a la jugabilidad ni a las sensaciones del jugador. Somos anónimos, somos legión, pero realmente podríamos completar el juego con un solo personaje, y si uno de ellos muere, pasa el siguiente sin ningún problema (eso con la “permadeath” activada, si no la tenemos es detenido y punto).

No estamos ante un mal juego, de hecho, nos va a dar muchas horas de entretenimiento y cosas distintas para hacer y una gran ciudad para descubrir. Ahora bien, se queda cojo en demasiados aspectos como para considerarlo un juego sobresaliente.

Misiones repetitivas, un concepto que no se llega a plasmar y problemas de rendimiento en las consolas originales, alejan a este Watch Dogs Legion del sobresaliente y de ser un referente del género.

Ahora bien, si te han gustado las entregas anteriores, eres fan de los sandbox y el mundo hacker te llama la atención, y a eso le sumas todos los añadidos, más la actualización a consolas next-gen, es una compra muy a tener en cuenta.

Nota: 8.0

Lo Mejor

  • Toda la esencia de la saga, más grande que nunca.
  • Una idea y un concepto sin precedentes.
  • Muy divertido y dinámico.
  • La recreación de Londres.

Lo Peor

  • Misiones repetitivas.
  • Una idea que no se acaba de plasmar del todo.
  • El apartado técnico.

https://www.youtube.com/watch?v=c6nig8h-qoI

Salir de la versión móvil