Tan solo queda un mes para volver a tener en nuestras manos el nuevo título de From Software. El esperadísimo Bloodborne está a la vuelta de la esquina, y ahora más que nunca Sony necesita la fuerza de sus exclusivos, sobre todo después del varapalo sufrido por The Order 1886, uno de sus buques insignia para 2015.

Los creadores de Demon Souls y el gran Dark Souls vuelven una vez a más a la carga tras 25 años en el sector. No suelen defraudar, sus títulos siempre suponen un duro reto incluso para los jugadores más hábiles. Otra vez volveremos a sentir el peligro tras nosotros, en menos de 30 días volverá el miedo y la muerte, pero por el momento podéis abrir boca con nuestro avance, aquí, en Game It.

La muerte victoriana

El que más y el que menos recuerda aquellas primeras imágenes que se filtraron de un juego llamado «Project Beast». Este título que llegaba de la mano de From Software, vino acompañado del rumor de que funcionaría como secuela de Demon Souls, el mítico exclusivo de PS3, aunque esto pronto se desmentiría, quedando únicamente como un hipotético sucesor espiritual de la saga. Sin embargo, finalmente no fue así, y hoy por hoy ya conocemos que se trata de un juego totalmente independiente, que únicamente comparte ciertas mecánicas jugables y una ambientación bastante oscura, pero con una personalidad propia y muy potente.

Bloodborne nos lleva a una oscura tierra de ambientación victoriana. Nuestra aventura se desarrollará en el siglo XIX en Yharnam, una ciudad de grandilocuente aspecto gótico dentro de cuyas paredes se encuentra un importante y poderoso remedio médico. Por supuesto, nos tocará a nosotros entrar aquí y descubrir como todos los ciudadanos se han convertido en extrañas y peligrosas criaturas, a las cuales nos tendremos que enfrentar.

En este título todo es lúgubre y oscuro, desde el entorno hasta nuestro personaje. Cada paso que damos lo hacemos en una eterna noche. Las sombras y la sangre formarán parte inseparable de nuestra aventura, y como asegura el propio creador del título, Hidetaka Miyazaki, “os enfrentaréis constantemente al terror y al horror”.

Nuevo combate, misma esencia

Sin ninguna duda, uno de los puntos fuertes de los títulos de From Software es el combate. Tanto en Demon Souls como en ambos Dark Souls este se fundamenta mucho en el concepto de ataque y parada, aunque según nuestro estilo también podíamos optar por dedicarnos a esquivar. Pues bien, en Bloodborne lo primero prácticamente desaparece, fundamentando su jugabilidad en la combinación de golpes y el «dash», una forma ágil de alejarse del enemigo saltando hacia atrás, y rodar para defenderse.

Como de costumbre uno de los aspectos más peliagudos es el de la salud, aunque todo jugador de los títulos de la compañía conoce sobradamente la frustración de morir una y otra vez. Eso sí, además de las clásicas y escasas pociones, en esta ocasión tendremos a nuestra disposición un sistema que nos permitirá recuperar parte de nuestra vida si golpeamos a nuestros rivales tras recibir un ataque.

Tras todo esto es lógico pensar en un título que, aunque mantiene la esencia de sus “predecesores”, está mucho más enfocado al ataque directo y al contrataque, siendo esencial el uso de dos armas, con su mayor velocidad y agilidad, y dejando de lado el combate más pasivo de espada y escudo.

Una nueva generación de potencia

From Software se enseña por primera vez en la nueva generación de consolas, y por supuesto el nivel de exigencia al que se verá sometido es realmente alto. Si por algo se han caracterizado los títulos de la compañía es por combinar una gran jugabilidad con un apartado gráfico sobresaliente, y evidentemente su llegada a PlayStation 4 debe implicar un salto técnico importante.

Pues bien, Bloodborne ha reabierto el debate del número de FPS, ya que los desarrolladores han decido que el juego se mueva a 30 imágenes por segundo y no a 60 como podría parecer el mínimo exigible en pleno 2015. El hecho de que 30fps muestren un juego más cinematográficos o que sea lo mejor para la acción es el argumento más utilizado por las compañías, algo que el jugador de a pie cuestiona culpando a problemas técnicos. Sea como sea esto seguramente no desluzca a un título que llegará con resolución 1080p a la consola de Sony, además de un trabajo muy cuidado en los detalles y en la iluminación tanto del entorno como de los monstruos, haciendo especial mención en los jefes finales, más aterradores y realistas que nunca.

La banda sonora es otro de los puntos fuertes de un juego que ha depositado mucho peso en la ambientación. Como es de esperar tendremos composiciones que combinarán temas de corte lúgubre con otros de estilo más épico, elegidos concienzudamente para cada ocasión.

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Apostar por este Bloodborne parece hacerlo por el caballo ganador. Estamos ante una de las grandes apuestas y esperanzas de Sony para los próximos meses, y más después del reciente descalabro de The Order 1886. No existe motivo para desconfiar del buen hacer de los chicos de From Software, y menos tras el material visto hasta el momento. Un pequeño giro de tuerca a la jugabilidad junto con la potencia que puede ofrecer PlayStation 4, son la llave de entrada a la nueva generación. El entusiasmo parece justificado y en menos de un mes finalmente podremos disfrutar del exclusivo más prometedor de Sony hasta la fecha. Bloodborne está al caer y no dejará indiferente a nadie.