Crítica: Caza al Asesino (The Gunman)

El próximo viernes de la mano de la distribuidora DeAPlaneta llega a las carteleras españolas The Gunman, aquí conocida como Caza al Asesino, título poco afortunado ya que nos recuerda a cientos de películas de acción que pueblan las parrillas televisivas de sobremesa sin destacar ninguna sobre las demás. La película está dirigida por Pierre Morel, el primero en creer que Liam Neeson sería esa perfecta máquina de venganza en Taken (Venganza), y protagonizado por Sean Penn, Javier Bardem, Ray Winstone, Idris Elba y Jasmine Trinca entre otros. Además de este atractivo reparto formado por grandes actores de la pequeña y de la gran pantalla, el film, co-producido por la productora española Nostromo Pictures (Grand Piano, Luces Rojas) decide situar gran parte de la acción en la ciudad de Barcelona.

La producción nos cuenta como Terrier, un mercenario que trabaja en operaciones paramilitares en el Congo, es el elegido para matar al ministro de minería del Congo. Como consecuencia tiene que dejar el continente inmediatamente sin poder despedirse de su pareja, Annie quien trabaja en una ONG. Ocho años más tarde, sufre un intento de asesinato. A partir de ese momento, mientras busca a la persona que lo ha intentado matar, deberá volver a contactar con lo que dejó atrás para descubrir la verdad.

La película busca una crítica al poder capitalista en los países africanos, cuya intromisión prohibe que salgan de esa situación tercermundista. Un reproche con poca fuerza y bastante desdibujado que solo sirve para justificar algunas decisiones de los personajes y humanizarlos para que éstos puedan empatizar con el espectador, pero está lejos de meter el dedo en la llaga sobre la diferencia de dos mundos cuyos intereses los aleja cada vez más. Por contra, el film se convierte en una disputa por el amor de una mujer, que funciona como recompensa, y casi no tiene personalidad propia, entre dos personajes tan arquetipados como vistos en infinidad de títulos de acción. Un héroe con pasado oscuro contra un empresario con negocios secretos.

A nivel más estructural, el film está planteado como una búsqueda a contracorriente de la verdad y del culpable de que nuestro protagonista sea perseguido. Eso provoca que a pesar de tener algunos altibajos, cuando la trama más sensible y romántica quita importancia a esa búsqueda, sea una obra con el suficiente ritmo como para no aburrir a un espectador que busque escenas de acción y peleas correctamente coreografiadas y grabadas.

Destacar también, más a nivel anecdótico, el uso de la ciudad de Barcelona como escenario de gran parte de la acción de la obra cinematográfica. Así como Woody Allen se dedicaba a fotografiarla como un panfleto turístico en Vicky Cristina Barcelona, y Alejandro G. Iñárritu sacaba los sitios más oscuros y degradantes de la ciudad en su durísima Biutiful, Pierre Morel apuesta por mezclar alguno de los lugares más turísticos como son la Plaça Reial o La Monumental con calles y barrios residenciales.

Sean Penn, que últimamente destaca más por sus comentarios polémicos que por sus trabajos, es el amo y señor de la película. Con una interpretación quizás excesivamente intensa se pone en la piel de Terrier. El ganador de dos Oscars consigue meterse en el héroe de acción, cosa que no estamos demasiado acostumbrados. Aun así no consigue tener el carisma que tienen otros actores recientemente reconvertidos como Liam Neeson. Al actor estadounidense le acompañan Bardem en el papel de Félix, un excéntrico y egoísta villano que lo hemos visto muchas veces con la cara del actor español en otras películas; Ray Winstone como fiel compañero de Penn como Stanley, Jasmine Trinca como personaje femenino, y por último Idris Elba, bastante desaprovechado, con muy pocos minutos en pantalla interpreta a un agente de la ley.

Conclusión

Caza al Asesino (The Gunman) intenta ser un producto de acción inteligente, y se queda meramente en un  film ya visto. El intento de hacer una crítica a las duras consecuencias del capitalismo en los países africanos queda totalmente desperdiciado y desdibujado para hacer una película sobre un hombre enamorado que hará todo lo que esté en sus manos para recuperar una mujer, que sin demasiada personalidad se dejará llevar.

NOTA 4’5

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