Reflexiones Gamer: El amargo final

Se acabó, mi vida ya no tiene sentido...

Nos encantan los videojuegos, son nuestra pasión. Hay títulos que nos mantienen horas pegados a la pantalla de nuestro televisor (o monitor). De esos juegos en los que piensas cuando estás en clase, el curro, o allá a donde te lleven tus obligaciones. Tratando de resolver ese puzzle que no nos deja avanzar, o simplemente deseando llegar a casa y jugar por la satisfacción que nos proporciona el seguir descubriendo su historia… Seguro que todos hemos jugado a este tipo de juegos que nos cautivan, lo hicimos, lo hacemos, y muy posiblemente lo seguiremos haciendo. Pero todos y cada uno tienen una grave losa imposible de evitar, se acaban.

¿Cuántas veces os ha pasado eso de estar disfrutando tanto un juego que llega un punto en el que empiezas a temer que termine? Seguro que más de una. Momento en el que los portales de desplazamiento rápido se convierten en vuestros enemigos (prefiero caminar, así me da el aire fresco…). Llega un momento en el que incluso el botón de correr lo miramos con recelo, queremos recrearnos en cada esquina, disfrutar de cada nube, efecto de luz e incluso de una mancha en la pared con la que acabaremos presentando a nuestros amigos como si fuese nuestra novia (mientras la de verdad nos fulmina con la mirada). Pero siempre llega el inevitable final, dejándonos con esa sensación entre satisfacción y pena…

Ante esta psicosis sufrida por muchos jugadores, temerosos de encontrarse los amargos créditos que ponen punto y final a su aventura, parece que muchas desarrolladoras se han propuesto evitar este mal trago a más de uno. Y para alcanzar este cometido han tomado dos caminos bien diferenciados:

  1. No quieres que el título se acabe, ¿no? Pues vas a jugar cientos de horas hasta que no desees otra cosa más en la vida…
  2. Lo mejor para que un jugador no sufra con el fin de una campaña, es evitar que el jugador le coja cariño a ésta. Así que mejor no sobrepasen las 5 horas para que no les de tiempo a cogerles cariño…
Instante exacto en el que vemos aparecer los créditos.

Por lo que solo podemos deducir una cosa, todos los caminos llevan a Roma, y Roma la sufriremos en nuestras carnes. Así que lo mejor será disfrutar de nuestras campañas para un jugador hasta que duren, guardar ese gran recuerdo, y pasar al siguiente título con la esperanza de que sea capaz de satisfacer nuestra sed de aventuras.

Salir de la versión móvil