Rekoil – análisis PC

Cuando uno llega a algún producto con las expectativas algo bajas, normalmente solo se pueden dar dos tendencias: que le cojas el gusto y acabes arrepintiéndote de lo que habías pensado, o que el resultado te deje completamente indiferente. El más difícil de los casos es que tus pésimas expectativas acaben siendo demasiado altas para el bodrio que te has tenido que tragar, y esto es más o menos lo que ocurre con Rekoil.

Rekoil es probablemente el shooter multijugador más aburrido que un servidor ha tenido jamás la oportunidad de digerir. Es, precisamente, lo que con su primer trailer dejaba claro que era, un clon más del vasto ejército al mando de Darth Activision, un intento de una compañía sin talento de ganar dinero fácil. Un título de 15€ que aún como Free to Play sería bastante regulero. En definitiva, un videojuego cuyos únicos jugadores hemos sido los analistas de los medios y los cuatro gatos que han caído por error en la trampa de Plastic Piranha.

Rekoil nos sitúa, a modo de trasfondo, en un mundo descontrolado en que las diferentes potencias combaten por los últimos recursos del planeta. Una excusa como otra cualquiera para ponernos a pegar tiros.

Puede sonar algo precipitado, pero antes de continuar desengranando los diferentes apartados del FPS, nos gustaría dejar claro algo que nos parece mínimamente a tener en consideración. Cuando compramos un título  exclusivamente orientado al multijugador online, la primera y única premisa del género es jugar con gente. Pues ya, con esto tan básico, Rekoil debería haber salido de vuestra lista de compras. El juego es tan malo que vamos a encontrar los servidores más vacíos que el catálogo de una next gen. El frustrante sistema de lista de partidas nos permitirá encontrar una o dos oportunidades de, con suerte, batirnos contra uno o dos enemigos. Aunque no es una característica en sí de lo que viene a ser el producto, es el resultado de todas ellas.  Si compramos Rekoil, será para pasearnos tranquilamente por sus escenarios contemplando el ambiente y disfrutando el silencio (y, seguramente, reírnos del pésimo motor de físicas). Y, de hecho, esta experiencia acaba siendo más preferible que encontrarnos con un enemigo.

Jugabilidad

Aunque las capturas mostradas puedan sugerir un resultado no tan decepcionante, bastan treinta, y digo treinta, segundos de gameplay para hacernos una idea de lo injugable del título. Los movimientos de nuestro personaje son exageradamente bruscos, lo que convertirá la tradicional rutina de correr, apuntar y disparar en un auténtico suplicio. El sistema que nos ofrece el juego para cambiar la sensibilidad es como si sencillamente no estuviera, pues no ofrece ningún tipo de indicación y tener que encontrar un número mínimamente aceptable entre 1 e infinito ya es de por sí motivo suficiente para eliminarlo de la biblioteca de Steam. En el remoto caso de que encontremos un jugador en nuestra partida, nos veremos en la situación absurda en que ambos nos ponemos a pegar tiros a todos lados menos al objetivo gracias al triste control y, sobre todo, a un sistema de apuntado que intenta imitar a los grandes (con efecto de retroceso y todo, oye) pero se convierte en un mareo tan molesto que acabaremos jugando como si del Counter se tratase, desde la cadera. No basta esta frustración para los creadores del título que inexplicablemente han creado unos mapas que en su mayoría premian al que más sucio juegue, que es, en resumen, el que deja el teclado de lado y se limita a apuntar con el francotirador (que sí funciona medianamente bien) a unas ratoneras que harán al campero más orgulloso sentirse como en casa. Problemas como el abundante lag no ayudan para nada.

Su arsenal y personalización son bastante decentes, pero el control es una pesadilla (con ratón y teclado, y también con mando)

Un punto positivo, que alguno tendría que haber, es sin duda el arsenal del que disponemos ya desde que instalamos el juego: fusiles, ametralladoras, escopetas, rifles de francotirador, pistolas… Aunque nuestra alegría no duda mucho al comprobar lo desequilibrado que está todo este equipo. Y no solo porque existan una o dos armas que sobresalgan y las demás sirvan para poco más que para barrer (muchos FPS «grandes» siguen sufriendo este problema y muchos ni lo tienen en cuenta) sino porque este desequilibrio no tiene ni pies ni cabeza cuando vemos que una ametralladora pesada inflige casi el mismo daño en distancias largas que un francotirador.

El procedimiento utilizado en el diseño de los mapas es una de mis grandes incógnitas. ¿Cómo es posible que en esos diez mapas que tenemos disponibles no haya ninguno que, o no sea una ratonera exageradamente rebuscada, o no un campo abierto para que los «campers» merienden? Aún así, somos conscientes de que en este género como es el shooter «face off» el diseño es una carencia más bien generalizada y, por tanto, lo tendremos más en cuenta en la valoración.

¡Pero está Steam Workshop! Afortunadamente los chicos de Plastic Piranha han querido dar una oportunidad a los fans de hacer algo con esto para que no quede tan mal, y la comunidad modder tiene a sus pies una aceptable mesa de trabajo en la que exponer sus creaciones. Y, de hecho, de las veinte personas en el mundo que hemos probado el juego hay ocho que han propuesto material en la aplicación de Steam. Ocho mapas, diez contando uno que la propia compañía ha publicado (para engordar la vista) y otro de uno de esos ocho usuarios que se ha dignado a repetir. Eso es lo que tenemos, y no creo que haya muchos más viendo el rumbo de los acontecimientos.

Gráficos

Aunque su apartado visual entre por los ojos, sus desastrosos problemas de rendimiento hacen imposible su disfrute.

El motor gráfico empleado en Rekoil no es malo, de hecho ofrece un aspecto de solidez y una iluminación que incluso llegan a acercarse a obras maestras como Counter Strike. Las sombras y texturas son realmente decentes. La optimización es otro cantar. Sufriremos caídas serias en el framerate cada diez segundos, y por lo general también se nos congelará la pantalla muy habitualmente durante algunas décimas (sobre todo después de hacer una baja). Aunque no sea un aspecto demasiado importante en un shooter, el motor de físicas es bastante cutre: nuestro personaje se mueve como si fuera sobre un patinete cuando corremos, y los elementos del escenario reaccionan como les da la gana a los disparos (una rueda, por ejemplo, puede salir disparada diez kilómetros cuando pasamos por encima y luego acribillarla a tiros y ni inmutarse).

Técnicamente Rekoil no destaca en nada ni por lo bueno ni por lo malo, quedándose en lo mediocre. No hay motivos para explayarse más en un apartado que, siendo compasivos, pasa con un aprobado medio raspado los límites existentes en la conciencia gamer cuando hablamos de títulos de este género que llegan a Steam con estos precios bajo el brazo.

Modos de juego

Siempre podemos echarnos un SimCity en el modo espectador…

El FPS de Plastic Piranha no ha querido arriesgarse tampoco en la inclusión de modos de juego: duelo por equipos, todos contra todos, captura de maletín, etc… Siete modos en total de los cuales cinco no llegaremos ni a ver, pues los pocos jugadores existentes optarán por las variantes más clásicas. También nos aburriremos pronto de probar todas las armas y accesorios al ver que estos se limitan básicamente a un desfile de skins sin lógica ni relevancia en el ámbito jugable (o, simplemente, el control es ya de por sí tan pésimo que no notaremos nada aunque mejoremos el arma). Con esto, y a no ser que apostemos con un colega quién aguanta más tiempo ante este título sin desinstalarlo, Rekoil nos va a durar, a lo sumo, veinte minutos.

Sonido

Queríamos llegar aquí. Y es que una de los principales elementos que juegan a favor de un shooter es la capacidad de sumergirnos en el campo de batalla. Ponernos los cascos y gozar es un privilegio en títulos de la talla de Battlefield o Counter Strike. Rekoil es, desde el punto de vista sonoro, una trituradora de papeles atascada. Los sonidos de las armas no se corresponden con ellas, y están tan mal grabados que en un principio parecerá una broma. Pero, de hecho, Plastic Piranha iba en serio. Es una auténtica TORTURA para nuestros oídos, y será por ello que en menos de lo que canta un gallo hayamos bajado el volumen al mínimo, o directamente silenciado el juego. Por otro lado, las tradicionales voces de la partida cumplen su cometido, en inglés claro.

Conclusión

Rekoil es lo que todo el mundo esperaba, tras ver su primer tráiler, que sería. Estamos ante un FPS que falla desde casi todos los puntos de vista, y que ya desde un primer momento no ofrece más atractivo que el de su condición de shooter (que comparte con otros cientos de títulos más baratos y mejores). Pagaremos 15€ por un juego decepcionante, con un control pésimo, un sistema de servidores mal llevado, numerosos problemas técnicos, un sonido que pone enfermo… Y cuyas únicas virtudes, que tampoco hay que despreciarlas, son un más que decente arsenal de armas y un apartado gráfico que entra por los ojos. Ventajas que, desgraciadamente, el propio juego no nos deja disfrutar. Un título que nos hace pensar en las condiciones de trabajo de esta compañía, ¿habría poca motivación y menos talento? Eso desde luego, pero ¿se buscaba conseguir dinero rápido? ¿o, simplemente, por exigencias de cargos superiores, se tuvo que optar por lanzar el juego a medio hacer y a este precio?

Salir de la versión móvil