Xbox One analizada por ChipWorks. Sorpresas en su interior

Mucho se ha especulado sobre que es lo que tenía cada máquina en «sus tripas», y el debate por la consola más potente-eficiente ha durado meses. Finalmente era de esperar que hasta que las consolas no estuvieran entre nosotros no sabríamos a ciencia cierta cual de las dos máquinas es la que mejor resultado mostraría en pantalla. Si bien los primeros juegos multiplataforma nos hacen ver que el resultado es mejor en PlayStation 4, desde ChipWorks nos aseguran que con los meses el resultado será parejo, pues ambas consolas, tanto PS4 como Xbox One, llegan al mismo sitio pero por caminos diferentes. Es más, los mismos responsables de ChipWorks han escudriñado minuciosamente los componentes de Xbox One y han visto algunas características bastante interesantes.Desde Chipworks se ha realizado el desmontaje de Xbox One y nos han dado algunas respuestas muy deseadas por muchos.

El procesador. ¿El tamaño importa?

El tamaño del procesador de Xbox One es más grande que el de la nueva consola de Sony, siendo este de unos 363 milímetros cuadrados frente los 348 mm cuadrados de PS4. ¿A qué se debe esta diferencia? Este espacio extra se debe a la susodicha memoria SRAM de la que hace gala la consola de Microsoft. Xbox One posee un total de 47MB SRAM en el procesador otorgándole un gran potencial, de ahí al tamaño de la pastilla.
Resuelta la duda del tamaño del procesador, también nos resuelven desde ChipWorks muchas cuestiones, de hecho hay algunas que aun no sabemos responder. Por ejemplo, tanto Xbox One como PS4 poseen dos bloques de CPU Jaguar. En ambas consolas existen dos chips de cuatro núcleos, pero en el caso de Xbox One podemos ver una diferencia, existen unos circuitos adicionales en la CPU que PS4 no posee. Sabemos que la CPU de Xbox One es custom, lo que no conocemos son las diferencias reales frente la consola de Sony. Se pensó que podría ser el nuevo bloque de audio, pero en este caso sería demasiado grande que el HSA requiere teóricamente. Tal y como se menciona por parte del equipo que ha estudiado la consola:

«No hay nada similar en cualquiera de los planos de planta Kabini que hemos visto nunca».

(También es posible que esto sea un truco de Photoshop o una ofuscación deliberada. Las empresas a menudo enmascaran detalles sobre los tiros de troqueles).

CUs activas e inactivas

Como ya publicamos en este medio ayer, Xbox One contiene más CUs de las que están realmente activas en la consola. El chip tiene 14 CUs pero son 12 las que estarán encendidas, mientras que PS4 posee 18 CUs activas de un troquel de 20. Estas están deshabilitadas para mejorar el rendimiento. Tanto si Sony como Microsoft algún día deciden elegir activar estas CUs en futuras versiones de la consola es un desconocido, ya que aunque no sea algo frecuente, en el mundo de las consolas hemos visto la capacidad de actualización de las mismas. No sería algo imposible por parte de ninguna de las compañías pero si poco probable.

La famosa SRAM

La disposición de la memoria SRAM en Xbox One no ha sido nada sencilla. Xbox One realmente no tiene una memoria caché de 32 MB contigua, pero si cuatro bloques de caché de 8 MB en su lugar. Hay dos bloques de caché a la derecha de la GPU y un bloque más pequeño a la izquierda . Este bloque más pequeño está ahí posiblemente para una comunicación existente entre la CPU.

Sabemos que las CPUs en cuestión contienen un total de 512 KB de L1 y L2 de 4MB . Si los dos bloques a la derecha son ESRAM, cada bloque deberá ser de 16 MB, para un total de 32 MB de caché. La GPU debe contener 512K de 1.5MB de L2 (512K siendo estándar para un chip de GCN de este tamaño, con más L2 si Microsoft eligió impulsar esa capacidad), y alrededor de 224K de L1 en total. Esto deja aproximadamente 10 MB de memoria caché libre. Si el bloque de SRAM entre las dos CPU es tan grande, significa que es mucho más densa que la SRAM de la derecha de la GPU.

Diferentes diseños conducen a lugares similares

Llegado a este punto y con las consolas en el mercado, los chicos de Chipworks están en disposición de asegurar algo que muchos esperaban desde antes de conocer las nuevas máquinas y es que ambas empresas han llegado al mismo punto a través de enfoques bastante diferentes. Cada fabricante se ha decantado por una arquitectura que les ha dado mayor facilidad y eficacia en su desarrollo. Microsoft invirtió su potencial en un hardware con muy baja latencia, mientras Sony se decantó por el ancho de banda bruto. Por lo que si hablamos en términos de rendimiento, estamos básicamente en un empate, teniendo por un lado a Xbox One capaz de acceder a los datos con mayor rapidez, mientras que PS4 puede transmitir datos sostenidos con mucha más eficacia. Por lo que, como los desarrolladores de juegos pueden aprovechar esas dos características según la máquina, el resultado final podría ser equivalente. Eso sí, es ahí donde veremos que estudios de desarrollo se adaptan mejor a una plataforma u otra. Evidentemente aquellos que estén familiarizados con la arquitectura de Xbox 360 les será sencillo sacar el potencial de One, y lo mismo ocurre a la inversa. Es cuestión de dejar pasar los meses para que los estudios externos puedan aprender mejor como sacar todo el potencial a cada una de estas nuevas máquinas que seguro darán mucho de que hablar en los próximos años.

Podéis encontrar mucha más información y más detallada en la fuente adjunta.

[Fuente: ChipWorks]

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