A Golden Wake. Análisis PC

Viajamos por negocios al Miami en auge de los años 20 a hacernos un nombre en los negocios. Pronto sabremos que en la carrera del éxito todo vale, así que saca tu labia y tus artimañas de vendedor y ponte manos a la obra en A Golden Wake.

Tiburones con traje y corbata

Nos ponemos en la piel de Alfred Banks, el típico americano que se ha hecho a sí mismo: vendedor de éxito y ambicioso agente de ventas. Por circunstancias del destino nos movemos a Miami, una ciudad en total crecimiento debido al boom inmobiliario, y como otros, trataremos de subirnos a la ola del éxito y llegar al lugar que nos corresponde; Pero este es un camino peligroso e ingrato, donde los amigos no lo son tanto y es fácil atravesar la línea de la justicia. A lo largo de la historia nos veremos envuelto en una trama de trabajo duro, ingratitud, crecimiento y corrupción. ¿Hasta dónde seremos capaces de llegar en nuestra escalada?

El título nos presenta una historia atractiva y adulta, que va ganando en peso e interés a medida que vamos avanzando en el juego, y de la misma manera, nos muestra una visión histórica que bien refleja la época, ya sea tanto en cuanto a los hechos que presenta, como las personalidades de los personajes que nos vamos encontrando, haciendo que de verdad captemos la esencia de aquellos años.

Caballero sin pistola

A Golden Wake es una aventura gráfica de point and click clásica. Como vendedor que es, Alfred posee un pico de oro que le permite salir de cualquier situación, pero para las situaciones que se le presentarán necesitará algo más. El juego nos presentará un buen número de pruebas de varios tipos: los típicos de recolección y empleo de objetos o charla con personas, conversacionales, en los que gracias a cierta habilidad de vendedor seremos capaces de convencer a la gente para beneficiarnos eligiendo entre diversas líneas de diálogo según su personalidad. Por último, también nos enfrentaremos a ciertos puzles que pondrán a prueba nuestra atención a lo que se ve en pantalla, a nuestros reflejos o incluso dotes de conducción.

Podemos decir que en su gran mayoría las pruebas presentan soluciones bastante lógicas. No por ello decimos que sean muy sencillos,si no que una vez pensados se suelen superar a buen ritmo. Quizá, eso sí se puede echar en falta que ciertas situaciones se resuelvan con una simple charla, en vez de algún contratiempo que nos enrevesara más las cosas.

Los dorados años 20

El juego se mueve con gráficos de estilo pixelado, que le visten perfectamente y no desentonan en absoluto para que la buena historia que se nos narra, nos entre también por los ojos. Escenarios y personajes están bien dibujados y lucen bien, verdaderamente bien podríamos situar al conjunto en aquella ciudad de Florida de la época.

La atención a los detalles como miniaturas de la cara de los personajes al hablar, el movimiento de elementos en los escenarios o el reflejo de expresiones faciales en la cara de los personajes en las partes conversacionales hablan bien del trabajo realizado por el equipo.Para acabar con este punto, comentar que uno de los enemigos naturales de este estilo gráfico, los momentos en los que no estamos seguro de con que podemos interaccionar o de caza al píxel no son relevantes.

En cuanto al sonido, nos deja otra alegría. Todas aquellas estupendas líneas de diálogo que conforman la historia cuentan con un buen reparto de voces que las ilustran aún mejor y que quedan como anillo al dedo. En cuanto al otros aspectos de sonido, los efectos son correctos y las composiciones musicales , totalmente de época, aportan también de forma eficiente para la creación de la atmósfera. Como nota negativa, el juego no cuenta ni con voces ni con textos adaptados a nuestro idioma, por lo que a pesar de no perdernos, sí que podemos quedarnos sin cierta información a causa de términos concretos.

En conclusión, Wadjet Eye Games presenta aquí una nueva aventura gráfica de calidad, que cuenta con una gran narrativa, diálogos y giros que nos lleva de pleno a ese Miami de principios del siglo XX con su sol, su crecimiento y su codicia, todo ello bien acompañado con un apartado de sonido y gráfico a la altura, y sólo echamos más de menos que nos pusiera en algún aprieto más que permitiera retrasar nuestra llegada a la pantalla de The end.

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