Dishonored. Análisis PS3

En mi humilde opinión, y supongo que en la de muchas otras personas, estamos pasando por una época triste de la historia del videojuego. Desde que la industria se convirtió en un negocio viable, cientos de compañías comenzaron a trabajar en títulos repetitivos y carentes de originalidad con el único objetivo de forrarse a costa de los jugadores que adquiriesen los mismos.

Así estamos hoy, y es que me decepciona decir, cada vez que me preguntan, que contamos con los dedos de una mano los títulos atípicos que hemos visto en lo que llevamos de generación. Las grandes empresas cuentan con sus buques insignia, costosas e interminables sagas que, aunque tengan detrás a una legión de fans, más bien aportan poco a la mecánica que hace años crearon.

Nos movemos en un mundillo en que solo importa el tamaño de tu arma, en que los niños no suelen creecer con un fontanero, crecen con un soldado armado hasta los dientes. Juegos fáciles y cargados de scripts que sus padres compran desinteresadamente sin ni siquiera comprobar de qué tratan.

Siento aburriros con esta introducción tan larga, pero me veo obligado a daros una idea de la situación en que estamos. Necesitamos a alguien valiente de vez en cuando que nos deleite con algo nunca antes visto. Necesitábamos a Arkane, y a Corvo Attano.

Dishonored es un claro ejemplo de que, si tenemos ideas originales, podemos dar una buena alegría a los fans. Ya sabéis que el recurso más utilizado estos años es la primera persona, «gracias» a franquicias que se venden como el pan. Pero dentro de ese inmenso grupo de FPS, hemos distinguido unos cuantos títulos sencillamente geniales y que para muchos son incomparables con el resto de la lista. No hace falta que destaque a una leyenda como fue BioShock, ni a un Adam Jensen que devolvía a los fans de forma sobresaliente una saga que nos había sido arrebatada.

Pues Arkane se ha planteado lo mismo que Ken Levine allá por 2007, o el mismísimo Warren Spector. Querían impresionar a la gente con algo fresco, un insulto a todos sus compañeros de género. Con ese objetivo, han buscado a algunos de los más importantes genios del sector, gente que ya logró en su momento hacer historia y que pretendían repetir la experiencia. Por ese mismo motivo, Dishonored toma lo mejor de obras de arte como Bioshock o Deus Ex para construir un mundo que (no penséis erróneamente) tiene personalidad propia.

Así nació Dunwall, una ciudad que ya tiene un lugar en los corazones de todo jugador que haya tenido el placer de visitarla. Un lugar que, sencillamente, nos ha cautivado. Ahora mismo entraremos en detalles, pero antes de comenzar el análisis en sí, he de decir que me siento orgulloso de haber jugado a un título como este, y analizarlo no es sino un auténtico regocijo.

Argumento

Corvo Attano regresa de un largo viaje, cansado y con malas noticias para la emperatriz. El Lord Protector de Jessamine Caldwin tuvo que abandonar la ciudad de Dunwall, asolada por la peste, por motivos urgentes, pero al tocar tierra las cosas se complicarán mucho para él. Durante su conversación con la emperatriz, unos seres sobrenaturales que no parecen morir asesinan brutalmente a Caldwin y se llevan a la legítima heredera al trono, su hija Emily. Embutidos en máscaras de gas, desaparecen como si nada dejando a Corvo como único sospechoso de su muerte. Inmediatamente, llegan los guardias y lo ven frente a ella, manchado de sangre. Un tipo calvo con una pinta que da miedo lo acusa injustamente de asesinato. Aquí comienza la historia.

Pues «ese tipo calvo» es el responsable de todo esto, y para empeorar las cosas se autoproclama líder de la decadente ciudad de Dunwall. Tras huir de la prisión nuestro único objetivo es acabar con cada uno de los responsables de tal acto, y salvar a la indefensa niña. Contaremos con la ayuda de un grupo de opositores al régimen del Lord Regente, pero nuestro mayor aliado no serán ellos…

El Forastero, un ser de otro mundo, marca a Corvo con un símbolo en su mano izquierda y le concede poderes sobrenaturales para completar su empresa exitosamente. Poderes que más adelante detallaremos. La trama se desarrolla de forma correcta, y aunque solo se base en acabar con un objetivo por misión, está llena de giros y situaciones inesperadas que nos dejarán con ganas de seguir adelante.

Jugabilidad

El plato fuerte. Podría darle un 10 inmediatamente a este apartado, y nadie se quejaría si lo ha jugado. Aquí no nos llevan por pasillos hasta acabar inevitablemente en un mismo punto. Depende exclusivamente de ti cómo afrontes el juego, y también es cosa tuya sacarle provecho o no. Dishonored se presentó como un título en que predominaba el sigilo, y es una verdad como un templo. Pero nadie nos obliga a usarlo, y podemos ir por ahí espada en mano cortando cabezas a toda velocidad. Pero amigo, siento decirte que si haces esto no disfrutarás de él, y al terminar te dejará una sensación bastante fea. Y no es culpa de Arkane, es culpa tuya.

Todo se mueve con una fluidez asombrosa en consolas

Lo mejor es ir muy tranquilo, analizar cada situación y sacar provecho de ella. Es una delicia pararse en un tejado y observar la rutina de los guardias. Cornisas y rincones donde escondernos, callejones oscuros, un entramado de alcantarillas… Tú decides cómo vas a afrontar la situación. Pero tendrás que tener en cuenta un factor muy importante: hay varios finales. Como sabéis, las ratas se guían por el mal olor de los cadáveres, y cuantas más ratas, más peste. Por el contrario, si no hay muertos no hay peste, pero si alguna vez tenemos que volver, la zona estará repleta de los guardias que dejamos dormidos (preocupándose de que no les vuelva a ocurrir lo mismo). De esta forma, tendremos que darnos una vuelta por la zona para buscar un método de entrar a ese sitio que está bloqueado, ya sea encontrando un aliado y pidiéndole ayuda a cambio de algún recadillo, o «tratando» con los guardias de la zona.

¿Y cuál es el principal obstáculo aparte de los enemigos? Los arcos voltaicos alimentados con aceite de ballena. Este líquido es el responsable de todas las máquinas futuristas esparcidas por la urbe. Dunwall es una ciudad pesquera, y la especie de ballena que concede a la ciudad suministros es muy abundante en la zona. Por ello, será frecuente encontrar por ahí todo tipo de cosas alimentadas con esta gasolina. El aceite se guarda en unos bidones que se conectan a una fuente de energía, y activa dispositivos como los arcos voltaicos de los que hablaba. Estas brutales medidas de seguridad están diseñadas para convertir el polvo a todo lo que pase por ahí y no sea un guardia, con lo que una forma de vencerlos es desconectando el bidón. Eso sí, se darán cuenta al instante…

Dishonored no sería el mismo de no ser por las increíbles habilidades con las que contaremos. Como en todo título de este tipo, hay cosas que utilizaremos más frecuentemente que otras. Desde luego, será «guiño» el más usado. Consiste en teletransportarse a un lugar cercano de forma fácil y sencilla. Otra habilidad muy usada será la «visión tenebrosa», un clásico en títulos de sigilo. Activándola podremos ver a través de las paredes, pudiendo neutralizar a los guardias más fácilmente sin hacer saltar las alarmas. De todas formas, hay muchísimos poderes de los que sacar provecho: poseer cualquier animal o incluso guardias, parar el tiempo…

Este ha optado por ir a lo bestia, a ver cómo se le da…

¿Cómo desbloquear estos poderes? Necesitaremos runas, una especie de coleccionables escondidos por toda la zona de juego, y que un corazón mágico nos ayudará a encontrar. También están los talismanes, de menor importancia pero esenciales para hacer evolucionar cada poder. Os advierto que puede llegar a ser muy difícil localizarlos.

Para terminar, no solo nos basta con escondernos y esperar para que nuestra barra de vida se llene. Necesitaremos pociones que hay que encontrar (es complicado dar con alguien que las venda). Igual ocurre con el maná. Cuando usamos mucho nuestros poderes, la barra de maná se agota, teniendo que rellenarla con un remedio que se puede encontrar, esta vez sí, en la mayoría de las tiendas.

Como sabéis, Bethesda ha distribuido el juego, y la verdad es que hemos notado un olorcillo a Skyrim muy interesante en este apartado. El sistema de combate con espadas es muy parecido, y en cuanto a exploración y libertad se refiere también se descubre al instante que los creadores de Skyrim han estado presentes. Increíble.

Gráficos

Cuando uno mete el disco de Dishonored, y comienza a jugar, es muy difícil que se de cuenta de que es el Unreal Engine 3 el que lo mueve todo. Simplemente porque el trabajo artístico es tan bestial que deja en un segundo plano todo lo relacionado con la calidad gráfica en sí. Y es que cada escenario está trabajado con un mimo alucinante. ¿Será porque han tomado parte en el desarrollo auténticos genios en este campo como los diseñadores de BioShock 2 o el mismísimo creador de la ciudad 17 de Half-Life 2?

Imposible pasar de largo sin quedarse a mirar escenarios como estos

La calidad visual de toda Dunwall no se debe al hiperrealismo, desde luego. Y no hace falta, la verdad es que la influencia de estos creativos ha dejado huella en este proyecto, y cuando lo estemos jugando siempre nos acordaremos de Rapture, o la travesía de Gordon Freeman. Pero, como ya dije en la introducción, Dunwall rebosa personalidad. Es una ciudad que se podría localizar fácilmente en algún punto del Reino Unido, pero hablamos de un universo paralelo en que la sociedad está mucho más atrasada que la tecnología. Una época de Londres victoriano con toques de Steampunk y algunos detalles de procedencia europea. Todo absolutamente está ambientado a la perfección, desde la arquitectura (que nos ha dejado boquiabiertos) hasta incluso la vestimenta de los guardias, muy inglesa. Todo nos transmite tristeza y desolación. Un lugar que ha acabado de la peor de las maneras gracias al régimen absolutista del Lord Regente y, sobre todo, a las ratas. Los personajes también están modelados con maestría, nos parecen una mezcla entre cartoon y cómic para adultos. Muy logrados.

Os aseguro que no dejará indeferente a nadie, y en mi opinión se trata de uno de los diseños más maravillosos que he visto en años, solo igualado por la utopía de Andrew Ryan o la también asombrosa ciudad 17. Lo único que podríamos echar en falta muy poquitas veces sería un motor más actualizado (algunos planos y contadas texturas afean un poquito el conjunto, pero no es nada que pase de lo anecdótico). Si hablamos de la versión de PC, esto último ni lo diría. Dan el pego.

Otro detalle interesante que he visto, es que en mi partida no he llegado a detectar ni un mísero bug. ¿Qué me estás diciendo? Pues sí, no significa que el juego no tenga fallos, sino que nadie se va a dar cuenta. Bethesda ha aprendido mucho desde Skyrim, como veo…

¿Menos enemigos y más peste? ¿O al contrario? Tú decides

Modos de Juego

Otra moda tristemente popular en el género es la de poner un modo online a cualquier juego que salga al mercado, aunque no pegue ni con cola. Sinceramente ¿quién coño pidió multijugador en BioShock 2? Hay títulos que directamente no lo necesitan, y uno de ellos es el que nos ocupa hoy. Dishonored es uno de los títulos más completos que podemos encontrar hoy en cualquier tienda de videojuegos, y os aseguramos que no es precisamente por tener online. Es más, la inclusión de estos modos puede llegar a hacer que la campaña pierda calidad, así que todo está mucho mejor como está. Me resulta muy complicado dar una idea de la duración, pues depende solo del jugador. Si vas a saco en modo normal, a lo mejor te puedes quedar en 8-9 horas mal aprovechadas. Si por el contrario, eres un jugador decente como yo y juegas como es debido, y como los propios desarrolladores han recomendado, puedes llegar a las 17-18 horas. Pero, si además no te quieres dejar nada atrás y llevarte todas las runas, talismanes, etc; puedes terminar el juego tras 25 horas de exploración y sigilo. Si, además, os digo que apenas hay FPS que duren algo parecido y nunca llegaremos a perder el interés por la historia, ¿qué me decís?

El taller de Piero está en nuestra base de operaciones, el Hound Pit´s Pub. Él nos hará la máscara y nos venderá armas, accesorios y mejoras

Por poner una pequeña pega, a lo mejor deberían haber puesto otra misión principal además de las 9 con las que cuenta el juego. Solo con una o dos más nos hubiéramos quedado mucho más que satisfechos. Aunque repito, si jugáis como es debido casi nunca llegará a hacerse corto…

Sonido

Poco hay que decir en este apartado. De sublime para arriba. Como es tradicional en Bethesda, todo el juego está absolutamente traducido y doblado al español por actores profesionales que hacen su trabajo de forma magnífica (la del Forastero pone los pelos de punta). Y eso que el título cuenta con miles y miles de líneas de diálogo que, a pesar de no llegar al nivel de Skyrim, tienen trabajo… Simplemente, gracias Bethesda.

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Y la música, ¡la música! Una BSO épica. Nunca me canso de oír el escalofriante tema que ya pudimos escuchar en uno de los tráilers… Pero el resto de los temas no bajan el nivel. Melodías que nos meten de lleno en la época victoriana y no paran de sonar en prácticamente toda la aventura. Siempre de forma suave, que en ningún momento llega a molestar. Un 10 de cabeza.

Conclusión

Siento haberme extendido mucho, pero todo había que decirlo. Arkane se ha asegurado de que Dishonored no fuera víctima del hype. Siempre se han asegurado de que su título no pasara desapercibido en los eventos, pero tampoco le han dado mucho bombo. No sería correcto clasificarlo de sleeper, pero tampoco es el lanzamiento más esperado del año. La cuestión es que ha superado con creces absolutamente todas nuestras expectativas. Dishonored se coloca como firme candidato a GOTY y como uno de los mejores juegos que han pasado por esta generación de consolas, y no creo que exagere. Ya solo podemos recomendarlo a todo el mundo, y se convertirá a partir de ahora en un ejemplo de buen hacer en la industria del videojuego. Parecía que el milagro de Bioshock o Half-Life no se iba a volver a repetir, pero Arkane lo ha conseguido. Dicen que no existe el juego perfecto, pero Dishonored se ha quedado muy cerca de conseguirlo.

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