DOPE. Crítica

La palabra “dope” en inglés tiene un triple significado: por un lado designa a las drogas en general, por otra parte se trata de una expresión que se usa mucho en el argot musical y particularmente en las rimas del hip-hop para aludir a un tema muy bueno (dope = very good), y tiene un tercer sentido donde equivale a bobo o lelo refiriéndose a una persona.. Con estas polisemias del vocablo «dope» juega la nueva y trepidante comedia del director de cine afroamericano Rick Famuyiwa, presentada a concurso en el último festival de Sundance y que se estrena próximamente en España de la mano de Sony Pictures.

Famuyiwa es director y coguionista de otras películas como Colegas (1999), Brown Sugar (2002) o La Boda de mi Familia (2010), todas ellas comedias bastante irregulares que tienen como punto en común transcurrir dentro de la comunidad afroamericana y con actores negros como protagonistas. En Dope se mantiene en esa misma línea, si bien Famuyiwa da un paso al frente al ser en esta ocasión guionista único además de director, contando además con la intervención en la producción de la afamada estrella Forest Withaker.

El filme nos cuenta la historia de Malcolm (Shameik Moore) un friki que sobrevive en Inglewood, uno de los barrios negros más peligrosos de Los Ángeles. Está en el último año de instituto, obtiene muy buenas calificaciones y su objetivo es ir a la Universidad de Harvard, para cuya admisión se está preparando. Él y sus amigos Jib (Tony Revolori) y Diggy (Kiersey Clemons) sólo se preocupan por avanzar en sus estudios evitando la cultura de las drogas y las pandillas, de modo que para los demás chicos del barrio sólo son bichos raros. Los tres amigos están obsesionados con el hip-hop de los años noventa hasta el punto de que se visten con la moda de la época.  Un día la vida de Malcolm y sus amigos se complicará bastante cuando, atraído por una chica, acepta la invitación de un traficante a una fiesta clandestina. A partir de ahí se verán envueltos en un lío de drogas y lavado de dinero, conocerán a personajes excéntricos y vivirán una peligrosa aventura.

 

Con este planteamiento, y jugando ya en el título con el triple significado de la palabra “dope”, lo que nos encontraremos es otra película más de adolescentes en barrio difícil narrada desde una perspectiva cómica  que pretende ser una reinterpretación a las comedias afroamericanas algo burdas de los 80 y 90 sobre drogas y pandilleros.

Sazonada con algunas pizcas de humor negro y gamberro, el filme presenta esquemas muy conocidos del cine actual independiente sobre adolescentes a través de ciertos recursos narrativos como la utilización de la voz en off  en primera persona o el empleo puntual del flash back. En el plano argumental repite el cliché de valerse de un protagonista marginal pero inteligente, reflexivo y sensible que no obstante es apoyado por un reducido grupo de amigos que le entiende y comprende. A esto hay que sumar los tópicos y el lenguaje propios de películas de negros pandilleros en lo que en un principio parece una denuncia pero que pronto acaba convirtiéndose en una parodia.

No faltan tampoco en esta amalgama de lugares comunes algunos elementos presentes en toda comedia americana de instituto que se precie como son las preocupaciones de iniciación sexual, la pérdida de la virginidad y el imprescindible baile de graduación como momento culminante en la vida de los protagonistas. Todo ello con un ritmo trepidante, donde la máxima parece que es que sigan ocurriendo cosas en todo momento

Adicional e imprescindible en este tipo de películas son las múltiples referencias y homenajes musicales, en este caso al mundo del rap y del hip hop con una potente BSO y con cameos incluso de algunos raperos famosos como ASAP Rocky o Tyga que se quedan en el plano anecdótico.

 

 

Quizás la mejor baza de la película es sin duda su novel protagonista Shameik Moore, que logra transmitir a su personaje una frescura y una expresividad muy notables, construyendo un Malcolm por el que el público empatiza, dotándole de personalidad y autenticidad. Aunque no se entiende muy bien su evolución, pues de inocente personaje al principio de la película,  de buenas a primeras se convierte en un experto delincuente, yendo en contra de la supuesta moral. Pero en todo caso, se trata de un actor que promete y es posible que estemos asistiendo al nacimiento de una estrella.

Conclusiones de Dope

En definitiva, nos encontramos ante un filme que parece en un primer momento quererle dar la vuelta a los tópicos del mundo marginal afroamericano y de las películas de adolescentes en lo que podría haber sido uno de sus principales logros, pero finalmente se queda a medio camino en ese homenaje irónico y termina incurriendo en los mismos tópicos que pretende homenajear aunque el mensaje con que cierra queda algo ecléctico y amoral. Es decir, que lo que podría haber sido una película de denuncia social, una parodia antirracista y un homenaje a la música hip hop de los 90, se queda más bien en cine intrascendente y comercial, eso sí, con un tono fresco y amable que se agradece.

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