Ib. Análisis PC

Cada vez son más vigentes las herramientas que la industria ofrece al público para que aquellos desarrolladores con menos recursos (económicos, personal, tiempo…) puedan desplegar su arte sin tapujos, con total libertad de expresión y brindar su obra al público de la manera que el creador considere más oportuna.

Una de estas herramientas es el tan famoso y laureado ya RPG Maker, de los genios de ASCII Corporation. En este conjunto de programas, se permite al usuario crear sus propios videojuegos de rol de forma completa, incluyendo un editor de mapas, editor de eventos y editor de combates, añadir tus propios diseños para mapeados, personajes, tu propia música y efectos de sonido.

Esto y un sinfín de opciones más ha desembocado en la producción para nuestro disfrute consideradas obras maestras actuales del mundo indie como pueden ser Millenium, el magnánimo y lacrimógeno To The Moon o el que nos viene a cuento para esta reseña. Un juego gratuito que ha causado furor en los países orientales, creado en 2012 por el japonés Kouri, llega totalmente traducido al castellano Ib.

Ib es de aquellas pequeñas creaciones que no resultan indiferentes a nadie, alejado de toda normalidad instaurada por las grandes industrias desarrolladoras, ya sean grandes o pequeñas empresas; parte los esquemas de lo establecido en los géneros y nos enseña como de lo más simple y pequeño, puede surgir una idea compleja que acaparará la atención de los jugadores como cualquier superproducción. Bienvenidos a la cara oculta del arte.

Ib es diferente. Está claro como este tipo de juegos, para llegar a ser lo más justos y objetivos posible, deben de abandonarse aquellas ideas o conceptos previos sobre la manera en la que contrastamos los juegos del día a día para que estos no resulten contaminantes a la hora de juzgar un producto de tales dimensiones.

Es evidente que debemos centrarnos con sumo detenimiento en que si la estructura y demás compuestos que rodean al juego (estilo artístico, elementos jugables, guión…) completen Ib y lo hacen redondo según lo que su creador desee expresar. La idea es lo más importante. Hay que tener en cuenta que un desarrollador de estas características que utiliza herramientas como podría ser el susodicho RPG Maker no va a tener los mismos recursos financieros, de personal o publicidad que un Silent Hills (si, lo he escrito bien) o tirando más discreto, Amnesia:  A Machine For Pigs. Y menos aún si no recibe ningún tipo de subvención por parte del consumidor.

Dicho todo esto, debe quedar constancia que este análisis tomará como enfoque absoluto la idea y por ende, su ejecución como un todo. Ib alcanza un nivel de expresión propio dentro de su contexto tecnológico y sería del todo injusto que no lo valorásemos en ese aspecto; independientemente, como ya hemos dicho, de su condición tecnológica.

Ib nos adentra en un mundo oscuro contemplado desde el punto de vista de una niña pequeña. Nuestra protagonista Ib, de nueve años de edad, llega junto a sus padres de visita a la inauguración de un museo de Guertena, un peculiar artista poco conocido de obras bastante extravagantes. Poco a poco se verá envuelta en una misteriosa dimensión que tiene como característica temática las piezas de museo del malevolente artista, que harán todo lo posible para llevarnos a un final catastrófico.

Quizá podríamos enmarcarlo dentro del género de los survival horror, ya que ciertos elementos que destacan del juego son pilares fundamentales en la base jugable de dicho género. Aunque también es cierto que recoge mecanismos claros de las aventuras interactivas, siguiendo una estela parecida a To The Moon, pero esta vez con las características esenciales para considerarlo juego como tal; que viene a ser nada más y nada menos que enemigos dentro del juego, vida limitada y puntos de guardado.

La mecánica de Ib es sencilla, controlamos a la protagonista con los cuatro botones direccionales que, junto con el botón de acción, constituyen el apartado jugable y lo definen.

Pero el avance de la pequeña no será tan simple, habrá enemigos de estampa macabra pululando por las habitaciones, que se moverán de manera poco agraciada para intentar acorralarnos y arrebatarnos la vida. A más de eso, una de las características más destacables de la jugabilidad de Ib, es que las zonas del juego por la que nos iremos moviendo se verán alteradas a medida que avancemos desarrollando los puzles y logrando los objetivos. Es por ello que irán surgiendo elementos clave que permitirán la continuación de nuestros pasos, trampas en las que podríamos caer en un despiste o la bienvenida poco honrada de algún enemigo inesperado. Es muy probable que la segunda vez que pasemos por una misma habitación, nos esté aguardando una desagradable sorpresa.

Nuestro avance va a ser peligroso y la vida de la pequeña va a estar limitada, así que vamos a tener que cuidar nuestros movimientos. Si en caso que un enemigo nos de caza o que pongamos el pie donde no hay que ponerlo perderemos una vida. Que en este juego, se ve representado en forma de una rosa (roja en el caso de la protagonista) cuyo número de pétalos determina el número de intentos disponibles de entrar en contacto con algo dañino antes de que nos aparezca la pantalla de Game Over. Esta rosa podremos ir revitalizándola mediante jarrones llenos de agua que actúan como floreros, y que nos iremos encontrando durante el juego. La mayoría de uso único y limitado, así que habrá que tener cuidado y pensar en cuando nos conviene recuperar los esenciales pétalos. En caso de perderlos todos, volveremos al último punto de guardado, representado aquí en forma de diarios con pluma en el que tendremos que detenernos a escribir el avance realizado de forma constante. Así que, no os olvidéis de guardar la partida.

Los puzles serán la clave del avance en el juego, es menester que vayamos recordando elementos que dejemos atrás debido a nuestro desconocimiento sobre su uso, como un obstáculo que debería moverse o un misterioso cuadro con una pista clave inscrita en sangre; ya que con toda seguridad tendremos que volver más adelante para desbloquear un acceso que nos permitirá movernos de habitación en habitación. Estos determinados entresijos se caracterizan de cierta lógica artística que los hace únicos, enigmas relacionados enteramente con el entorno y los elementos del juego.

Otro elemento clave de la jugabilidad, del que dependerá el venidero desenlace, son las decisiones tomadas a nivel de guión y por ende, argumento. Dicho guión consta de ciertos rasgos destacables que lo hacen único en Ib y marcan parte de la personalidad del título. De entrada, se tiene en cuenta que la protagonista es una niña de nueve años; es por ello que las palabras dichas por los NPC van a ser siempre sencillas y directas, y van a estar pensadas para dirigirse a ella, ya tengan buenas o malas intenciones. Un detalle curiosos es que en descripciones de obras o libros que lea la protagonista a lo largo de la aventura van a resultar incompletas, porque siempre van a tener algún que otro término desconocido por Ib, y se nos aparecerá a modo de incógnita. Una técnica bastante original y no muy usada para ponernos en la piel de un personaje que doy por sentado, la inmensa mayoría que jueguen al título superan en edad.

Esto favorece el factor ambientación, sin duda, el punto fuerte del juego. La inmediata y fascinante inmersión que provocan los aterradores escenarios y enemigos del juego, fruto de las peores pesadillas y puede que con ciertas influencias del cine de terror oriental, nos provocarán que se nos erice la piel de gallina a los más valientes. Los misteriosos mensajes que nos deja el juego a lo largo de la aventura resultan espeluznantes, pero también lo suficientemente atrayentes como para que no nos echemos atrás en ningún momento de la partida, ni pensemos siquiera en dejar de jugar.

La posibilidad de poder llegar a distintos finales del juego y el argumento del juego nos engancharán desde un primer momento y favorecerán su rejugabilidad. Ib tiene una duración aproximada de 3-4 horas en la primera partida, dependiendo de la rapidez con la que resolvamos los enigmas. Una duración a priori escasa, pero que de haber alcanzado un número mayor de horas hubiese perjudicado la calidad total de la obra, lo bueno y breve dos veces bueno, y más aún si es gratis.

La banda sonora consta de temas sencillos pero muy eficaces. No hay necesidad de contratar orquestas sinfónicas de la índole de Hans Zimmer cuando con una dulce melodía lullaby nos vamos a sentir la mar de incómodos e inseguros a cada paso que demos o decisión de tomemos. Pongo la mano al fuego por que alguno se queda un buen rato en el menú principal del juego solo para escuchar la melodía. Pero sería demasiado presuntuoso intentar describir lo que puede transmitir una pieza de música con palabras, así que aquí os dejo la mejor prueba.

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Ib se ha convertido en una pequeña joya en la industria independiente del desarrollo de videojuegos por méritos propios, de forma tapada sin publicidad alguna más que la que se hace merecer a partir del «boca a boca», su público en Internet y el fenómeno informativo del momento en la red, los youtubers. Si alguna vez a cualquiera ha gustado de jugar a videojuegos, este es el tipo de obra que debería de al menos, darle una oportunidad, independientemente de los géneros que prefiera. Kouri, autor único de única obra, no sé si esperaba tal éxito relativo, pero esperemos que con ello se anime y nos sorprenda en un futuro con otra obra de tal calibre o mayor. Ib es un juego que ante todo, transmite, y ese tipo de títulos son los que nos hace pensar si el videojuego, es meramente entretenimiento.

 

Lo mejor:

Lo peor: 

 

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