Max Payne 3. Impresiones

‘Max Payne’ es a día de hoy una saga que se ha ganado el éxito a pulso. Después del gran trabajo que hizo Remedy con sus dos primeras partes, estaba el listón bien alto, y quien sino Rockstar, los desarrolladores de GTA y ‘Red Dead Redemption’, podría estar a la altura para desarrollar su tercera parte. La pregunta es ¿Le ha sentado bien el cambio? Lo que está claro que la mano de Rockstar a llevado a un lavado de cara al personaje. Totalmente rapado y con camiseta de tirantes, alcohólico y destrozado por su pasado. Unos aires a Bruce Willis que a los fans de ‘Jungla de Cristal’ nos invita a jugarlo. Pero lo importante es el juego, su historia, su jugabilidad. A continuación, lo que nos hemos encontrado después de jugarlo durante horas.

A nivel gráfico es un juego bastante potente, a la altura de una producción de Rockstar. La puesta en escena es ‘made in Rockstar’, con una vista de la ciudad en la que se desarrolla la historia, San Paulo, Brasil, desde la terraza de un Hotel, donde hay una fiesta y te presentan los personajes principales. Los reflejos en el suelo en tiempo real, la destrucción de las columnas y los objetos, mientras vuelan las balas. En cualquier momento puedes pausar el juego y ver las balas y los casquillos flotando en el aire La palabra que mejor lo define es ‘espectacular’.

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La jugabilidad es totalmente continuista. No verás nada nuevo respecto a otros Max Payne y aporte frescura y de ese toque especial. Este juego no lo tiene. Se basa en una jugabilidad poco arriesgada, pero que da resultados. El juego es divertido, puedes cubrirte, salir de la cobertura y lanzarte en plancha entrando en tiempo bala, y dar tres tiros a la cabeza antes de tocar el suelo. Se busca claramente la acción con espectáculo. Eso vende ¿Para qué complicar las cosas? Pues la verdad es que puede hacerse repetitivo, aunque los escenarios varien notablemente, siempre acabas igual. Da una sensación de  deja vu constante.

La historia, aquí es la gran diferencia con respecto a los otros Max Payne. En los anteriores juegos, Max se mueve por venganza, te sientes implicado con el personaje, sientes su dolor e indignación. Eso y su ambientación oscura creaban un juego absorbente. Lo jugabas hasta el final y lo completabas casi sin darte cuenta. Esa es la mano de Remedy. En esta ocasión, ¿Por qué Max debería enfrentarse a todo un ejercito, armado y entrenado? ¿Por venganza otra vez? Pues simplemente porque es su trabajo. Sí señores, es un guardaespaldas y su trabajo es defender a una familia, aunque tenga que enfrentarse a todo un ejercito, así de simple. Eso es un profesional. Cuando llevas la mitad del juego, aun tienes la sensación de introducción, pensando ¿Cuando pasará algo? ¿Donde está el giro argumental? Además, ha perdido esa ambientación oscura. Solo algún capítulo tiene reminiscencias del Max Payne original.

El juego huele a GTA por todos lados, pero con una jugabilidad centrada en la acción. La presentación de personajes, el comportamiento ridículo y voces chillonas de alguno de ellos, dando el cante. Incluso el protagonista, Max Payne, tiene un cierto toque a Niko Bellic una vez rapado al cero. No es que Rockstar haya hecho una mala versión de Max Payne 3, es que ha tenido demasiado peso su visión del juego, y demasiado poco la visión que tenia Remedy del Max Payne original. Además, durante la historia te van parando el juego constantemente, para ponerse a hablar con su compañero, pensar en sus cosas, etc. Cortan la acción completamente, y se vuelve cansino y recurrente.

Las melodías de Max Payne están presentes también en su tercera parte. Es lo que te hace sentir que de verdad estás jugando una tercera parte de aquel juego, pero solo en el menú principal. Durante el juego pasan a estar en segundo plano. Lo que vas a escuchar son disparos y gritos. Bueno, y cada dos por tres a Max pensando lo jodido que está, que es un suicidio, que va a morir. Que la verdad, después de 2 o 3 capítulos y haberte cargado a más gente de la que eres capaz de recordar, pues como que no cuela. Por supuesto, todo en perfecto inglés y en subtítulos minúsculos. Si quieres enterarte del argumento, vas a necesitar una lupa, como en todos los juegos de Rockstar. No se entiende como no lo ponen configurable. En fin, deben testear el juego en televisiones de 50 pulgadas a 1 metro de distancia, porque sino no se entiende.

El modo arcade es la mejor forma de disfrutar de la jugabilidad del juego sin tener que sufrir su argumento. Acción y mas acción sin explicaciones. Compite contra el crono y compara tus tiempos con los de otros jugadores o tus propios amigos. Es un añadido muy acertado que dan muchísima más vida al juego.

El multijugador, de lo mejor que ha hecho Rockstar. La implementación del tiempo bala es muy acertada, ralentizándose tanto tu como el enemigo al que apuntas. Los dos tienen ventaja, la diferencia es que quien inicia el tiempo bala ya va preparado para ello, y el que es apuntado le pilla de improviso. Te creas tu propio personaje, ya sea mujer o hombre, eliges la ropa, y vas desbloqueando más equipo, crear clases personalizadas,etc. Contra más lo cargues de armas, menos tiempo bala tiene y más lento recupera vida, con lo que tiene un toque de estrategia a la hora de afrontar las partidas. Por supuesto, la destrucción del escenario está presente. Divertido y espectacular. Un multijugador con grandes posibilidades.

Próximamente tendremos el análisis de Max Payne 3 listo, con nuestra nota y veredicto final.

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