Misfits, crítica de la serie de la BBC

MISFITS

¿Recordáis esta etapa en la que le dio a la industria del cine a hacer series de superhéroes? Pues esta serie pertenece a esta increíble categoría. Misfits o Inadaptados, en castellano, es una serie producida por la BBC que cuenta con 5 temporadas. Los episodios son de una hora de duración y está categorizada, con toda la razón del mundo, para mayores de 18 años.

La premisa de Misfits es sencilla: seis jóvenes delincuentes se reúnen para hacer sus servicios a la comunidad. Estos chicos representan perfectamente el colectivo joven adolescente con personalidades magistralmente construidas:

No se conocen entre ellos, pero pronto verán que su vida está completamente ligada por el azar del destino: mientras están trabajando, una horrible tormenta de granizo impacta directamente en ellos y les otorga superpoderes basados en sus personalidades.

Pronto aprenderán que, en la vida real, tener superpoderes puede llegar a ser realmente horrible. Alisha, que tanto le gustaba ser deseada por los hombres, ahora tiene la facultad de que cuando otros la tocan sienten inmediatamente ganas de acostarse con ella. No lo hacen porque quieren ni porque la deseen… sólo es un influjo momentáneo de su poder.

Kelly, que vivía en una burbuja de estupideces, descubre muy pronto que puede leer los horribles pensamientos que tienen otros sobre ella. Pensamientos que hacen que acabe cortando con su novio y cayendo en una horrible depresión. Curtis puede volver atrás en el tiempo… no cuando él quiera, sino en momentos muy aleatorios basados en el estrés o lo emotivo que esté. Simon, el cual se siente siempre ignorado y ninguneado, ahora tiene la maravillosa capacidad de volverse invisible. Y Nathan… bueno, Nathan parece que no puede hacer otra cosa más que molestar al resto, gastar bromas pesadas y ser lo que los británicos llaman, un auténtico «prick». El sexto… bueno, del sexto olvidaros. El piloto de la serie ya os dirá lo que ocurre con él.

Dentro de esta horrible particularidad que entraña tener poderes, ser delincuentes, darse cuenta de que nadie les entiende ni les apoya y tener que enfrentarse al drama casero de cada uno, los cinco acabarán unidos por un secreto todavía mayor que les hará ser fieles los unos a los otros en todo tipo de situaciones. 

La primera temporada de Misfits es una obra maestra cinematográfica. Para el poco presupuesto con el que contaban, consiguieron extraer la esencia de la delincuencia juvenil y moderna de una forma realmente brillante. Recogen todos los problemas a los que se enfrentan los chicos y chicas de hoy en día envolviéndolo todo en el carisma propio que la irresponsabilidad de la edad otorga. Estos chocan a menudo con sus agentes de la condicional, que tratan por todos los medios de entender cómo pueden ser tan irreflexivos y buscan su reinserción en la sociedad… de una forma, u otra.

Misfits aborda el tema de los poderes desde una tónica realista, fría y sucia. No todos los poderes son prácticos o útiles. Para empezar, se pueden usar de muchas formas diferentes y a menudo los chicos no saben sacarles provecho para mejorar su propia vida. Carecen de objetivos, de un punto al final del túnel, de un sueño que cumplir. Viven el presente y a menudo este acaba lleno de problemas.

La serie cuenta ya con varios premios: 2011: Nominada Premios BAFTA TV: Mejor serie de TV – Drama; 2010: Premios BAFTA TV: Mejor actriz sec. (Socha). 3 nom., incluyendo mejor serie drama; 2009: Premios BAFTA TV: Mejor serie drama

Es una serie mucho más adulta y madura de lo que parecería en un primer momento. Te ríes con Nathan a pesar de que la mitad del tiempo quieras tirarlo debajo de un autobús, y sufres el bullying sistemático que recibe Simon en todo momento.

Las siguientes temporadas sin embargo van cambiando de personaje como punto fuerte. En la segunda, Alisha y Simon serán el punto central de la evolución y los cambios de los personajes frente a un Nathan que pierde carisma, profundidad y simpatía.

Y en general, en la tercera temporada, con la pérdida de uno de los personajes, la serie cae en un terrible declive apoyada por incoherencias argumentales bastante sólidas que acaban destrozando a cualquiera que la vea y que tenga media neurona en la cabeza.

¿Nuestra recomendación? Quedaos con la primera. Imaginad cómo puede terminar. No veáis más allá de la mitad de la segunda temporada. Protegeros, cuidaros y disfrutad de los comienzos. Es lo que nosotros llamamos «Efecto Prison Break», la primera fue estupenda… el resto perdió fuelle hasta el punto que los Saltos de Raccord se nos salían por las orejas.

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