Motor Storm Apocalypse: Análisis PS3

En 2007 uno de los títulos que inaugura Play Station 3 en el mercado europeo fue  Motor Storm, una nueva licencia arcade de Sony que dejo un gran sabor de boca entre  los fans. En esta ocasión tras una secuela que giraba en torno a los mismos cánones que el original y después pasar por PSP con unos resultados nada desdeñables, llega de nuevo a nuestra consola de sobremesa con nuevos aires, haciendo gala de una ambientación completamente renovada pero una mecánica fiel a la vista en anteriores entregas.

Motor Storm Apocalypse viene a ser un reinicio de la saga gracias al cual Sony  trata de conquistar a todos los jugones echando toda la carne en el asador.

 

Gráficos

Una nueva revisión del motor propio de la saga, el Motor Strom Engine, que en esta tercera entrega nos muestra su mejor cara. Pasamos de la selva paradisiaca de Pacific Rift a una ciudad sumida en el apocalipsis, haciendo gala por tanto de una puesta en escena nueva en la saga, que sin duda le siente muy bien.

Podría decirse que en el apartado gráfico cumple con nota, aunque los detalles no son todo lo definidos que cabría esperar, sí que es cierto que los escenarios están cuidados, los efectos de luz muy logrados, todo se mueve bastante bien.

De lo que no cabe duda es que lo mejor del juego son las físicas. Trozos de coche volando humo, polvo… es algo que veremos constantemente en las enloquecidas carreras y hay que decir que destaca muy por encima que en anteriores entregas.

Un detalle que no se puede dejar pasar es el diseño de los circuitos. Con total seguridad estamos ante  los mejores de la saga, en esta ocasión resulta constantemente sorprendentes ya que  han sabido aprovechar la fisionomía de la ciudad para crear los trazados con total naturalidad y coherencia. Hay carreas que se realizaran por ejemplo saltando de edificio en edificio, puentes tipo al de San Francisco que están destruyéndose y la carretera no para de hacer ondulaciones… todo en el diseño de los circuitos es espectacular y a la vez lo vemos perfectamente adaptado a las posibilidades reales de una ciudad en plena destrucción, lo cual da una nueva vuelta de tuerca a la propuesta tradicional de Motor Storm.

Tendremos además a nuestra disposición más de una docena de clases de vehículos diferentes, éntrelas que nos encontramos compactos, monter trucks, camiones, motos de diferentes clases… ninguno de estos vehículos es real, aunque podemos encontrar parecidos razonables con algunas marcas. Ciertamente los diferentes modelos dentro de una misma categoría son difíciles de distinguir unos de otros en muchas ocasiones, lo cual es una pequeña lacra, pero habiendo la variedad de categorías que hay no es algo que arruine la experiencia.

Para finalizar  lo referente al apartado gráfico habría que hablar de las cinemáticas, bastante numerosas a lo largo del modo historia, creadas a base de dibujos en movimiento, de forma similar a lo visto en los MGS de PSP, o en Dante’s Inferno. La estética de estas viñetas recuerda muy mucho al apartado visual de Shank, el hack´n slash de PSN.

En conclusión un apartado visual muy solvente, que a pesar de no ser la octava maravilla, cumple a las mil maravillas y resulta difícil sacarle los colores.

Música

El rugir de motores es algo que no puede pasarse por alto en Motor Storm y cuando hay diferentes clases de vehículos, que cada tipo  tenga su sonido característico es de agradecer. En Apocalyse se distingue perfectamente la suavidad y firmeza sonora  de una moto de velocidad, de la manada de caballos que encontramos bajo el capo de un muscle car.

La BSO por otra parte es quizá uno de los aspectos más interesantes del título, similar a la de una película de acción, concuerda a la perfección con el planteamiento que nos proponen.

 

 

Jugabilidad

Pocas innovaciones nos encontramos en este aspecto respecto a las entregas anteriores.

El género de la velocidad arcade se ha ido reinventando a nivel jugable a lo largo de los años. De las mecánicas completamente características de la recreativa, típicas de Out Run, o Ridge Racer por ejemplo, los actuales cabeza de serie del género pierden esa  deformación jugable  que vivía a base de derrapes infinitos, en favor de una propuesta más ajustada a la realidad que trata de buscar la espectacularidad valiéndose  de la sencillez de manejo, como es el caso en Motor Storm.

De cualquier forma hay unos cánones en el juego que lo identifican claramente dentro del marco arcade, por un lado tendremos el típico turbo de la saga, que al contrario del nitroso tan popular de NFS, en Motror Storm no es una barra que se gasta, sino un sistema que se sobrecalienta. Si abusamos del turbo se recalentará y el vehículo saltará por los aires, de la misma forma si pasamos por encima de un incendio también se calentará. En cambio si la superficie por la que rodamos tiene charcos de agua  se enfriará rápidamente. Esto que es seña de la franquicia, se torna sumamente necesario en un título a todas luces exigente en lo referente a la dificultad.

Resulta interesante que cada tipo de vehículo se maneje de una forma diferente, teniendo cada uno pros y contras a la hora de afrontar un evento. La moto, por ejemplo, como siempre será mucho más rápida y ágil, pero a los mando de la misma lo errores se castigan duramente y cada pequeño roce hará que terminemos en el suelo. Mientras que en un monster truck sucede justamente lo contrario. Cada cual según la forma que tenga de jugar, la experiencia en este tipo de juegos, se encontrará más cómodo con unos vehículos que con otros.

A nivel jugable hace gala del divertidísimo planteamiento visto en otras entregas, a la cual se suman pocos añadidos.

Pero no todo es bueno en Motor Storm. Algo que nos prometieron y que llevamos viendo desde que conocimos el anuncio del juego es que en esta ocasión cada carrera podría cambiar, en cualquier momento en nuestra “paradisiaca” ciudad en plena destrucción, cualquier puente, estatua, o edificación podría venirse abajo obligándonos a tomar caminos alternativos.

Esto la primera vez que se recorre un circuito resulta espectacular, además en el momento que se destruye una edificación, o hay una explosión, salta una cámara lenta para que podamos apreciar con detalle cada derrumbamiento. El mayor problema que nos encontramos es que este detalle que prometía ser la revolución jugable  del Apocalypse, pues correríamos en un entorno vivo, pierde todo su interés cuando ves que esa destrucción no es más que un script que se repite de forma exacta cada vez que se recorre el circuito.

En conclusión, una propuesta jugable conservadora aunque sumamente divertida, que nos hará mantenernos  pegados al Dual Shock un buen puñado de horas.

Modos de juego y online

Lo primero que nos encontramos es con un modo historia que consta de más de 30 etapas agrupadas en 3 niveles de dificultad diferentes. Las carreras se van hilando con pequeños videos narrativos. Cabe destacar que no es un reto fácil de afrontar, pues si al principio es bastante sencillo alzarse con el primer puesto, a medida que avanzamos la dificultad va acentuándose hasta en los últimos niveles convertirse en un verdadero desafío.

La narración de entre carrearas se queda en la mera anécdota, pues carece de interés totalmente. Estamos ante un grupo de locos de la velocidad que en medio de una ciudad en destrucción no tienen mejor ocurrencia que ponerse a competir a toda  pastilla.

A parte del modo historia, tenemos un modo de carrera personalizada en la cual elegimos los parámetros típicos, dificultad, circuito, vehículo, modalidad… que se puede jugar solo y  a pantalla partida.

También cuenta con un modo llamado “eventos especiales”, que viene a ser un sistema de desafíos.

Y por ultimo un modo online al cual no he tenido acceso a causa de los problemas en PSN.

Los tipos de carrera que hay son:

–          Carrera normal: cuyo objetivo es alzarse con el primer lugar en X vueltas.

–          Festival: viene a ser un modo random, cualquier vehículo en cualquier pista

–          Eliminatoria: este quizá es el modo más divertido, cada pocos segundos se va eliminando a quien vaya el último.

–          Persecución: que sería otro tipo de eliminatoria.

En este aspecto  el juego peca de escaso, 4 parecen pocos tipos para una producción de estas características, máxime cuando la persecución y la eliminatoria se parecen sospechosamente.

Por último cabe decir que según vayamos avanzando en la historia y completando eventos iremos desbloqueando coches que podremos modificar a nuestro gusto, eso sí, todas las modificaciones que se realicen serán a nivel visual, el rendimiento del vehículo no varía  en absoluto.

Conclusión

Este tercer Motor Storm presenta un acabado realmente bueno, pero una propuesta en exceso conservadora. Además en muchas ocasiones novedades como la cámara lenta en los choques, es algo que ya vimos en títulos como el exitoso Burnout Paradise.

De cualquier forma estamos ante un título muy divertido, con una amplia gama de vehículos, y una ciudad simplemente espectacular en la cual podremos correr y saltar a velocidades de infarto. Eso sin contar con que el juego  presenta un verdadero reto, que sin llegar a desesperar promete un buen número de horas de juego.

Un juego que en general cumple con su principal objetivo, que es dar tardes y tardes de viciada.

LO MEJOR:

–          La banda sonora cuaja perfectamente con la ambientación.

–          El diseño de los circuitos es lo mejor visto en Motor Storm.

–          La variedad de tipos de vehículos.

–          Resulta muy divertido

 

LO PEOR:

–          Pocas modalidades de carrera

–          Que los vehículos se puedan modificar visualmente, pero su rendimientos e mantenga intacto.

–          Gráficamente podría ser más espectacular.

–          Los derrumbamientos son meros scripts que saltan siempre en el mismo sitio.

–          Los tiempos de carga vuelven a ser muy largos en esta tercera entrega.

NOTA 8

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