Con este calor tan impertinente que nos golpea en los últimos días, francamente, no apetece ni escribir ni leer prosa complicada que caliente aun más si cabe nuestra maltrecha sesera. Es tiempo de relajarse y no complicarse la vida con ideas enrevesadas ni reflexiones ambiciosas. Lamentablemente para vosotros, el calor no hace mella en mi espíritu, y hace un tiempo que en mi cabeza ronda una idea acerca del mundillo del ocio virtual, del videojuego, de las maquinitas, o como sea que lo llaméis vosotros en la intimidad de vuestros hogares.
El otro día en el podcast 1×11 de EsLaÚltima (un masterpiece, como nos tiene habituados el gran Xose Llosa) se habló largo y tendido del videojuego L.A Noire. Para el que no lo conozca (hola mamá) diré que este videojuego nos traslada a la época en la que el hampa y la corrupción hacían estragos en las calles de Estados Unidos, y nos pone en la piel del detective Cole Phelps, que con nuestra ayuda, y a lo largo y ancho de un mundo abierto, a lo sandbox, debe resolver una serie de casos criminales, utilizando mas saña que fuerza. Puro cine negro hecho videojuego, vamos…
En el podcast, como digo, nos hacíamos eco de la acogida que el título estaba teniendo, no ya por parte de la crítica, que ha mimado el juego hasta el extremo, si no por parte del jugador medio, y ahí amigos, es donde saltaba la sorpresa…a la gente no le termina de gustar. ¿Eso es bueno o malo? ¿Por qué? Hablémoslo con calma, como a mí me gusta, ya sabéis, tras el salto.
Veréis, que a la gente le guste un juego o no a mi no me atañe, estaría bueno, cada cual es libre de jugar lo que quiera cuando quiera y como quiera, gracias a eso tenemos monoconsolas todas las semanas, que no se os olvide. El problema viene cuando el público espera carnaza pura y dura porque un juego provenga de tal o cual desarrolladora. En el caso de L.A Noire, el pecado es provenir de la casa Rockstar. La gente (así, dicho en general, puede que tú no te sientas incluido ni aludido) ha asociado el concepto mundo abierto-hampa-Rockstar y han creado una trinidad en sus cabezas que no podría alejarse más de la realidad. Muchos, la gran mayoría esperaban el Mafia que la gente de 2K no terminó de darnos, y eso no ha sido así. Como bien dice Antonio Prieto, ilustre redactor de esta web, Noire se acerca más al género de la aventura gráfica que al de acción, y eso hoy en día parece ser un pecado.
En un mundo de casualización del videojuego y de entretenimiento de consumo rápido, parece que estamos olvidando que los que de verdad amamos esto, aspiramos a que este ocio interactivo trate de tú a tú a las otras 7 artes. Con apuestas «arriesgadas» que intenten profundizar y arraigar sentimientos en el receptor final de la obra lo conseguiremos, a fuerza de FIFAs y GTAs nos va a costar mucho, mucho más que se nos tome en serio. Ya podéis volver a la piscina, pero antes, por favor, no dejéis de exponer vuestra visión sobre el asunto.