Crítica Torrente 5: Operación EuroVegas

A pesar de muchos, la saga de Torrente se ha convertido en uno de los mayores clásicos del cine español, tanto por crítica como por taquilla. Cada una de las películas protagonizadas y dirigidas por Santiago Segura han demostrado que, con unos «amiguetes» con mucha cara dura, se puede hacer que el público pase un rato divertido en una sala de cine. Pero desde el lanzamiento de la tercera entrega, hasta esta última, Torrente ha pecado de linealidad y de un humor que, después de cinco películas, es siempre el mismo y no aporta nada que no hayamos visto ya antes.

Esta nueva entrega denominada «Operación Eurovegas» nos desplaza hasta el año 2018, con la salida de José Luis Torrente de la cárcel. El expolicía se encuentra en un país muy diferente al que él dejó al entrar a prisión. Cataluña independizada y jugando la final de un mundial y el Vicente Calderón demolido, entre otras, serán las motivaciones que llevan a Torrente a resignarse y pasarse al lado del crimen.

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Su plan será robar la caja fuerte del mayor casino de Eurovegas, ayudado de un selecto grupo de compañeros y de John Marshall (Alec Baldwin), creador del sistema de seguridad del casino. Al mismo estilo de Ocean´s Eleven, a tipo de referencia, se pretende buscar una película de acción y humor, pero con un guión bastante limitado y con ciertos momentos de vacío argumental demasiado notables que se pretenden rellenar con un humor demasiado manido.

Santiago Segura vuelve a protagonizar y dirigir esta quinta entrega con una actuación que cumple con lo esperado. Sin grandes alardes interpretativos, vuelve a ser el mejor personaje de la película y la base con la que se sostiene toda la saga. Un simple comentario o su risa característica hace que el espectador sonría y consiga atraer el interés, que no en pocas ocasiones, perderá por la falta de intensidad en el film. En la película vemos a un Torrente más demacrado que en el resto de la saga, un personaje que, dentro de la limitación misma del protagonista, está menos enfocado a su aspecto soez e inútil, enfocándolo como el cerebro de una gran operación al más puro estilo Misión Imposible. Esta vez, Torrente cuenta con dos coprotagonistas, Julián López y Jesús Janeiro. Ambos encarnan al estereotipo que siempre se ha utilizado en las cuatro películas; drogadictos, con bastante falta de cordura y con una inteligencia algo reducida. En esta tesitura, se observa como Julián López hace gala de un saber estar en la pantalla y hace suyo un papel cómico, que sin duda es una de las mayores satisfacciones de esta película.

Por su parte, Jesús Janeiro no ha sido ese toque fresco que se pretendía con su incorporación. Al igual que Kiko Rivera sí tuvo ese «encanto» para encarnar un personaje que le iba como anillo al dedo en Torrente 4, pero el extorero se muestra perdido en escena, con muchas limitaciones interpretativas, y un personaje que si no hubiera estado en la película, no hubiera pasado nada. El otro gran protagonista es Alec Baldwin, la gran estrella de esta quinta entrega de Torrente. Con vista a su próximo estreno, Misión Imposible 5, Baldwin hace de cómplice de Santiago Segura en este robo a gran escala. En la película combina tanto el inglés como el castellano, aunque las pocas frases que dice en nuestro idioma son la mayoría de veces poco entendibles, y casi hubiera sido mejor opción contemplar su personaje solo en inglés. A pesar de la gran repercusión que se le ha querido dar a este actor durante la promoción de la película, la realidad es que su aportación es muy reducida y que tampoco aporta, más allá de un cara de Hollywood, nada destacable. Todavía no se entiende las motivación de este famoso actor desplazarse desde Hollywood para interpretar este papel ¿una gran contraprestación por su interpretación tal vez?

Como es costumbre en Torrente, personajes conocidos han acompañado a Santiago Segura durante el rodaje, desde Florentino Fernández, Angy, Andrés Pajares, Andreu Buenafuente, Chus Lampreave, Anna Simon, entre otros, pero con una reducción bastante importante de los mismos, en comparación con las otras películas, donde el despliegue de cameos era incansable. En este aspecto Torrente 5 también se ha visto denostada como la peor de toda la saga.

En un año donde el cine español ha tenido grandes estrenos como El niño o La isla mínima, y con películas como Ocho apellidos vascos que han sabido hacer reír a los espectadores sin tener que llegar a los estereotipos clásicos y negativos del cine español de los años 80, que en Torrente siempre salen a la luz, esta quinta entrega se esperaba como un toque de aire fresco y de fuerzas renovadas después de una más que decepcionante cuarta entrega. Pero sin embargo, nos encontramos que sigue el mal camino recorrido por la anterior parte, incluso a veces es peor, y tenemos una película vacía de guión, con un reducido número de cameos y con un humor desgastado y simple. A pesar de ello, vuelve a ser éxito de taquilla y hace que no siempre lo mejor sea lo más visto, pero a la vez puede ser un arma de doble filo.

Torrente 5 no es una buena película y se añora esa frescura de la primera o segunda entrega, que hizo desternillarnos con las aventuras de este peculiar policía. Lamentablemente no estamos ante un film que vamos a recomendar, sobre todo, con grandes joyas del cine español todavía en taquilla.

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