Don’t Knock Twice. Análisis PlayStation VR

Don't Knock Twice Análisis PlayStation VR

Hace dos años se estrenó la película Don’t Knock Twice, traducida en nuestro país como No llames dos veces. Pasó un poco sin pena ni gloria pero no todas las películas pueden decir que tienen, a la vez, un videojuego. La versión que poseemos es nada más y nada menos que para PlayStation VR. El juego se ha lanzado también para el resto de plataformas e incluso para HTC Vive y Oculus.

Don’t Knock Twice está desarrollado por Wales Interactive, creadores de otras historias de miedo como Late Shift o The Bunker e incluso de otro título VR como Time Carnage (viajes en el tiempo, dinosaurios y zombies ¿qué más se puede pedir?).

Fantasmas narrativos

En este título nos ponemos en la piel de Jess, una madre que tuvo problemas en el pasado con las drogas. Debido a su adicción, perdió la custodia de su hija Chloe. La niña rechaza todo contacto con la que le dio la vida, sin embargo, Jess será su única salvación. Como todos los niños de su edad, Chloe toca lo que no debe y consigue que un fantasma la persiga. Nuestro deber es recorrer la mansión para salvarla de las garras de la malvada entidad.

Adentrándonos en lo narrativo, el juego no tiene mucha complicación. Tal vez esa ese es su principal error. Más que un juego nosotros lo calificaríamos como una experiencia larga de terror. Si el juego se toma con calma y se consiguen todos los coleccionables puede abarcar máximo las dos horas. No obstante, no resulta interesante profundizar en la historia básicamente porque si no has visto la película no sabes ni quién eres ni qué pasa.

¿Magia o bug?

Para empezar, Don’t Knock Twice nos deja jugar o con el mando o con los controles de  PS Move. Por lógica, es mejor con los mandos de Move. Pero tal vez no es tan cómodo como con otros juegos. Aparte de la escasa interacción con los objetos de tu alrededor, la mecánica de movimiento es altamente mareante. Wales Interactive opta por el sistema de teletransportación, es decir, tienes que apuntar con tu cabeza a un punto del suelo y a través de un fundido, te desplazas a ese punto. Inconvenientes, no puedes poner un fundido cada cinco segundos en un juego, rompe el dinamismo. Otro inconveniente, tienes que colocar perfectamente la cámara de PS VR para moverte bien. En la recta final del juego tuvimos que salirnos del “área de realidad virtual” para encontrar la palanca y seguir.

Posteriormente, el juego cumple gráficamente pero no mata. Al estar rellenado principalmente de oscuridad, no se notan mucho las imperfecciones desde lejos. Pero cuando asomas la cabeza te das cuenta de lo poco pulido que está. También es verdad que no estamos hablando de Resident Evil VII pero está al nivel de los juegos de terror baratos de Steam.

Acompañando a este apartado nos encontramos con varios bugs. Ya desde el principio de hecho, cosa que nos puso muy nerviosos. Entre que no preciso el control de Move y la facilidad de traspasar objetos… Por ejemplo, al empezar el juego nos encontramos con un pomo y una carta. Pues nos era imposible coger la carta. La cogíamos pero nos traspasaba la mano y se caía. Tuvimos que quitarnos el casco, empezar el juego y empezar desde el salón. Pero como hemos dicho arriba, no hay mucha interactividad. Se podría haber usado más algún objeto como el lanzallamas.

El apartado sonoro es el único que conseguimos destacar. El paisaje musical recreado no contiene una pista sonora continua, consta más de efectos pero puestos en el momento preciso. Además, juega muy bien con un elemento musical característico del terror, el silencio.

Conclusión Don’t Knock Twice

Dicho esto, Don’t Knock Twice no cuesta sus 19,99 euros en la tienda digital. Habiendo jugado a experiencias como Resident Evil o Here they lie, el título de Wales Interactive se queda muy corto. Mecánicas imperfectas, gráficos poco definidos, una historia que está supeditada a la película y de la cual no te enteras si juegas sin verla… Un título más para esa colección de “juegos malos basados en películas”.

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