El Conde Lucanor. Análisis Nintendo Switch

El Conde Lucanor game it

El Conde Lucanor es un videojuego independiente que poco tiene que ver con el clásico literario del Medievo «Libro de los enxiemplos del Conde Lucanor et de Patronio» de Don Juan Manuel. Este título creado por Baroque Decay Games llega a Nintendo Switch de la mano de Ratalaika Games un año después de haberse estrenado en Steam. Como seguramente sabréis, Ratalaika ha estado trayendo cantidad de ports de toda clase de juegos indies para la consola de Nintendo. Con mayor o menor acierto los juegos que traen suelen tener una calidad media bastante aceptable, pero en esta ocasión nos alegramos de decir que con El Conde Lucanor la compañía ha superado la media y ha dado perfectamente en el clavo con un título muy diferente a lo que nos tenía acostumbrados.

Un indie fresco y atípico

Vivimos tiempos en los que los videojuegos independientes han encontrado su lugar en el mercado y se han establecido entre el gran público. En estos tiempos han proliferado los estudios, los juegos, los estilos visuales y por supuesto las propuestas. En los indies muchos hemos podido encontrar esa variedad que falta en el gran mercado triple A, esas ideas frescas que nos sorprenden e impresionan a partes iguales y que en muchas ocasiones provocan que nos planteemos: ¿quienes están haciendo más por evolucionar este sector realmente?

Pero lo cierto es que entre tanta cantidad de juegos independientes la cosa se ha desvirtuado un poco. Cada vez resulta más difícil encontrar esa pequeña joya que brilla con luz propia y que es capaz de quedarse a vivir en nuestro corazoncito y persistir en el recuerdo.

Veréis, cuando visione el tráiler del Conde Lucanor por primera vez me llamo la atención. Quizás serían esos gráficos pixel por los que profeso tanto amor, o quizás por esa extraña estética lúgubre que lo envolvía… lo cierto es que captó mi atención, pero nada más. En ningún caso imaginé que lo que se me venía encima sería un juego tan especial y singular.

La obra de Baroque Decay Games es madura, compleja y con mucho más fondo del que a priori puede aparentar. Al igual que en el libro de Don Juan Manuel, El Conde Lucanor esconde tras de sí una serie de moralejas y microcuentos que narra a través de un hilo conductor (nuestro pequeño protagonista, Hans) y los diferentes personajes que se irán sumando poco a poco a la aventura. Aunque en el fondo sea un solo cuento fantástico sobre un niño que se va de casa, lo cierto es que el juego da un vuelco lo suficientemente bestia como para sorprender al jugador y empezar a poner nuevas cartas sobre la mesa que no parecían estar en la baraja, y así, empezar a tejer su propia moraleja para enseñarnos que nada es lo que parece.

Recordando aquellos cuentos para asustar a los niños

Hans es un niño que vive con su madre en una humilde casa apartada de la ciudad. El día de su décimo cumpleaños se levanta con una ilusión tremenda, deseoso de ver que sorpresa le tendrá preparada su madre en una fecha tan especial. La realidad es dura, y es que la familia pasa por momentos duros: su padre no ha vuelto de la guerra, apenas tienen para comer y mucho menos dinero para hacer regalos o celebrar una fiesta. Hans se da cuenta de que esto no puede seguir así, que está harto de ser un niño pobre y se niega a vivir así el resto de su vida, por lo que decide abandonar su hogar y salir en busca de fortuna.

Así nuestro joven protagonista comienza su viaje, y con él un prólogo que asentará las bases del juego que tendremos más adelante. Las decisiones que tomemos durante la aventura serán muy importantes pues de ellas surgirán diferentes bifurcaciones en la historia… diferentes cambios que a priori pueden parecer poco importantes pero que tarde o temprano tendrán su peso en la trama.

Tras pasar esta primera etapa y cuando nos hayamos alejado lo suficiente de nuestro hogar, sucederá algo que dejará inconsciente a nuestro protagonista… y cuando este despierte se dará cuenta que ya no está en el mismo lugar. El mundo ha dejado de tener luz, los pájaros han dejado de cantar, las cabras han dejado de utilizar sus cuatro patas para caminar… La oscuridad se cierne sobre nosotros y con ella se revela la auténtica naturaleza de El Conde Lucanor.

Aquello de «nada es lo que parece» empieza a cobrar sentido (y más que cobrará). Hans llega a un castillo en el que es recibido por un extraño duende azul cuya apariencia kawai es eclipsada por el halo de incertidumbre en el que parece estar envuelto. El duende cuenta al joven que ese castillo pertenece al Conde Lucanor, y que de superar las pruebas que se le presentarán ahí dentro se le hará entrega de toda la fortuna del conde, siendo la primera de estas pruebas (y la fundamental del juego) adivinar el nombre de este misterioso personaje. Así, el juego de Baroque Decay Games revela su auténtica naturaleza, la de un oscuro y terrorífico cuento medieval. Salpicado con toques de humor y detalles la mar de surrealistas, el título se erige como un juego de puzzles y exploración en perspectiva isométrica que hace uso de una curiosa mezcla de mecánicas, entre las que encontramos vestigios de los primeros Zeldas fusionándose con las del “nuevo terror” de juegos como Amnesia u Outlast.

Larga noche en el castillo del Conde Lucanor

Hans no puede defenderse, lo único que puede hacer es caminar e iluminar en la medida de lo posible el escenario. Las habitaciones del castillo esconden una buena cantidad de acertijos y rompecabezas que cumplen todos los clichés del mazmorreo clásico de juegos como The Legend of Zelda, aunque a ello hay que añadir esa cuasi constante oscuridad. Por supuesto la muerte estará presente en todo momento, estos rompecabezas esconderán cantidad de trampas ocultas en la oscuridad al igual que enemigos acechando desde las sombras… seres que nos harán sentir tan endebles y débiles como lo es el pobre Hans.

El control no es nada complicado. Hans podrá moverse a paso lento en todas direcciones, coger/accionar objetos y utilizar las cosas que tenga en el inventario. Para escapar de nuestros enemigos podremos ocultarnos debajo de mesas, detrás de las cortinas e incluso acceder al alcantarillado del castillo. Siendo francos la IA de los enemigos es bastante mejorable, aunque tampoco deberemos subestimarla, ya que hacerlo puede llevarnos rápidamente a la muerte.

La variedad de enemigos no es demasiado grande, aunque si tenemos en cuenta que estamos ante un juego que no debería superar las 5-6 horas se presta más que suficiente. El castillo se siente vivo. Sus pasillos y habitaciones esconden bastantes secretos, pero sin duda la salsa del juego se encuentra en el patio central, una especie de Nexo al estilo Demon Souls donde los NPCs  vivirán su propio cuento… un lugar donde cada vez  descubriremos más personajes y detalles que nos podrán servir para avanzar o para esclarecer un poco más el misterio del castillo.

El Conde Lucanor no es un juego difícil, pero si nos exigirá estrujarnos un poco el cerebro de algunos momentos. Algo que también nos ha sorprendido bastante es el sistema de guardado, el cual funcionará haciéndonos gastar una de nuestras preciadas monedas de oro a cambio de cada guardado, cosa que al principio puede asustar bastante y que nos obligará a pensarnos dos veces si seguir o guardar nuestra alma.

Nunca se sabe lo que puede haber detrás de una cara bonita

Técnicamente estamos ante un juego que apuesta fuertemente por el pixel art y resuelve de una manera brillante. Como amante de este estilo visual no puedo estar más contento con el resultado, aunque el dibujado sea sencillo tenemos unos modelados que consiguen transmitir todo lo que se ha pretendido. He llegado a sentirme incómodo jugando a este título. Por muy cuqui que puedan parecer ciertos personajes otros llegan a dar bastante mal rollo según el momento en el que nos los encontremos. Las cinemáticas también están hechas con esos pixel graphics y alcanzan un buen nivel aunque no abunden demasiado. Se trata de dibujos más complejos y con mayor detalle que pueden recordarnos bastante al estilo usado en ciertos animes japoneses.

La atmósfera del juego esta muy bien lograda: perturbadoras imágenes,oscuridad permanente y un enorme trabajo en cuanto a efectos de sonido hacen que nos sintamos perdidos dentro de ese castillo tanto como lo está nuestro querido Hans. Las animaciones de los personajes y enemigos están bien cuidadas, contribuyendo aún más a esa atmósfera tan opresora que parece increíble encontrar en un título de estas características. La banda sonora se compone de diferentes temas no demasiado conocidos extraídos de la obra del maestro Johann Sebastian Bach, temas que cumplen a la perfección y que acompañan de manera muy natural al juego.

En las opciones podemos encontrar variedad de idiomas para los textos (no hay voces) entre ellos el español. Debemos decir que aunque el juego se presente fluido y sin problemas gráficos hemos tenido bastantes problemas en forma de errores en esta versión beta. Errores que hemos comunicado a Ratalaika Games y que parecen haberse detectado y solucionado. Por lo que no nos cabe duda de que tras el lanzamiento oficial venga con el juego un parche que actualizará y corregirá todos los errores que no han sucedido.

Conclusiones de El Conde Lucanor

El Conde Lucanor es una de las mayores sorpresas que me he encontrado como fan acérrimo de los juegos independientes. Ha supuesto un zasca tremendo a mi forma de juzgar los juegos previamente tras visionar el trailerEs un juego fresco, diferente y cargado de sorpresas que no dejarán indiferente a nadie gracias a su curiosa mezcla de géneros y a su historia llena de misterios. Sus problemas saltan a la vista: no es demasiado largo ni tampoco muy rejugable (pese a que tiene 3 finales diferentes que se prestan a ser descubiertos dada la naturaleza del juego). El port de Ratalaika Games es bueno, y aunque nos ha estado dando problemas estos días previos a su estreno, estamos totalmente seguros de que una actualización tras el lanzamiento solucionará todos esos errores dejando el título tal como se merece y deseamos los jugadores.

https://youtu.be/wTexTWaUkB4

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