Algunos lo atribuyen a una crisis de imaginación de la que adolecen los programadores en la actualidad, mientras otros piensan que tiene más que ver con la situación económica actual y el tratar de asegurar ventas. Supongo que ambos aspectos tendrán su parte de verdad, pero lo cierto es que no son pocos los juegos que encontramos en las estanterías de las tiendas que o bien lucen un numerito al final de su nombre, por ser una secuela de una franquicia, o que bien podían ostentarlo pero fue omitido por pura cuestión de marketing.
Parece que existe una obsesión por parte de las compañías de exprimir hasta la última gota sus sagas de más éxito. «Cuando esto deje de dar dinero, ya nos preocuparemos por crear algo nuevo», parece que rezan las mentes de sus dirigentes.
Esta generación han habido 3 Gears of Wars, 3 Uncharteds, 4 Assassin’s Creeds (sin contar los juegos portátiles), 5 Halos (contando el Wars, que es de otro género pero un Halo al fin y al cabo), 5 Sonics, 3 Marios… y sin contar los típicos juegos de diferentes géneros en los que te meten a los mismos personajes hasta la saciedad, Mario & Sonic «en diferentes sitios», Mario Kart, Sonic AllStars Racing, Mario Tennis, Sonic Allstars Tennis… y me dejo unos cuantos en el tintero. Además, hay que recordar que la actual generación aún no ha terminado, por lo que más juegos están por llegar. Pero ojo, no estoy cuestionando en ningún momento la calidad de estos títulos, pues entre ellos se encuentran algunos de los mejores juegos de la generación, o por lo menos, dentro de su género. Mi única intención es llevarnos a reflexionar sobre este hecho, sobre si es sano para la propia industria o por el contrario puede acabar con algunos de nuestros grandes mitos por sobreexplotación y agotamiento.
Tal vez, buena parte de la responsabilidad la tengamos los consumidores, pues somos bastante reacios a comprar las nuevas propuestas que se nos hacen mientras que nos avalanzamos en masa a por cada nueva entrega de las sagas más reconocidas. Yo soy el primero que ha disfrutado muchísimo de cada una de las entregas de Assassin’s Creed, por poner un ejemplo, y estoy seguro que los mayores seguidores de cada saga vamos a tragarnos hasta 2 entregas por año si hace falta, pero también debemos ser conscientes de que no solo las sagas se pueden agotar de repetir fórmula, sino que el consumidor también se agota. Y cuando esto ocurre, las ventas comienzan a bajar y las sagas mueren.