God of War. Análisis PS4

Uno de los videojuegos más esperados de 2018 ha visto la luz el 20 de abril y desde Game It vamos a mirarlo con lupa para ver si el regreso del Dios de la guerra es grandioso, o una excusa para seguir haciendo caja aprovechándose del nombre de tan mítica saga. Para el que aún no lo sepa, God of War para PS4 es cuarto juego principal y cronológicamente, el último respecto a la historia, contando con 6 juegos sin mencionar con el presente título, desarrollados por Santa Mónica Studios. Recomendamos jugar por lo menos a su anterior aventura la cual, también se encuentra en la misma plataforma, si por el contrario se decidiese no hacerlo, tampoco hay mucho problema pues el juego no se apoya en el pasado del protagonista a la hora de desarrollar la trama, y lo poco que lo hace, lo deja bien explicado.

 

El tiempo lo hace todo más interesante

Largo tiempo ha pasado desde que conocimos la última desventura de Kratos, y con el final que nos dejó, la noticia de una secuela directa dejó a todos intrigados por cómo continuaría esta épica de los videojuegos. Por suerte hace unos años se anunció para sorpresa de todos, el nuevo título de la saga, el cual se dejaba mostrar con cambios a un nivel muy profundo, desde la posición de la cámara hasta el gameplay, el sistema de progresión con un toque rolero, un Kratos más curtido y menos agresivo… Pero la mayor sorpresa fue la presentación del que apuntaba ser el hijo de Kratos. Muchas dudas con respecto a los cambios han habido desde la aquel tráiler, y todas han sido gratamente resueltas.

Tras la destrucción del Olimpo y con su venganza completada, a Kratos ya no le quedan motivos por los que seguir luchando, así que decide vagar por el mundo para encontrarse entre otras cosas, a sí mismo. Hasta que llegó a los reinos helados del norte donde se desarrolla la nueva aventura. Conoció a la que sería su nueva esposa y con ella engendrarían al que sería su nuevo hijo. Todo esto hace que Kratos tome un actitud y mentalidad diferentes, más centrado, sabio y curtido, pero sin olvidar los errores de su pasado. Este punto es muy importante ya será lo que identifique a esta entrega como la verdadera ruptura de la saga, marcando un antes y después, y dejando bien claro que desde ahora las cosas van a ser distintas.

Cierto es que otros componentes ayudan también a diferenciar esta entrega de las demás, sin embargo, sin este cambio de actitud, solo estaríamos viendo otra entrega más y no una rompedora. No habría una evolución en el personaje y tras 6 entregas, por lo que ese cambio era necesario pues el mayor reclamo de esta serie de videojuegos es el propio protagonista. Cabe destacar que esta evolución del personaje no deja atrás al Kratos que conocíamos, en todo momento se sabe y reconoce al personaje protagonista de la saga, pero que por motivos lógicos ha cambiado sin que esto quiera decir que haya desaparecido su personalidad ni su carácter. Este fenómeno se extiende en otros ámbitos como es el de la narrativa. God of War ha sido una de las sagas más importantes y referenciadas dentro del género Hack and slash, su influencia ha sido muy extendida en el medio, pero otros juegos referentes han salido al mercado durante el letargo de la saga y esta entrega ha sabido captar el tono narrativo del que todos recordarán, pues desde su anuncio ha sido comparado, The Last of Us.

Esencia, originalidad e influencia

Inquietud fue lo que levantó God of War una vez se mostró ya que el tono narrativo y el cambio de cámara se relacionó inmediatamente a TLOU, además el combate con escudo, rodar y atacar también se relacionó con Dark Souls. No se puede negar la influencia de estos títulos, sin embargo, es tal la sutileza con la que se mezclan, que el señalarlos como algo negativo estaría fuera de lugar.

Como se explicó anteriormente, God of War es rompedor por cambio en el comportamiento de Kratos e instintivamente la historia se vuelca más a una experiencia más filosófica y profunda. El plano secuencia y la cámara más cercana al protagonista son otros elementos que hacen a parte de más cinematográfico, más cercano el punto de vista con el que se observan los acontecimientos, creando una atmósfera que nos lleva de la mano hacia donde el director, Cory Barlog, quiere que vayamos.

La implementación de Atreus también es un punto importante y otro cambio enfocado al título referenciado anteriormente, no parando las comparaciones con los protagonistas del mismo, Joel y Ellie. Cierta es la semejanza en el rol que interpretan ambas parejas de personajes, pero la ejecución es distinta, así como la personalidad, el contexto y demás evidencias. A parte decir que el estar influenciado en ningún momento quiere decir algo negativo o poco original y más si en la ejecución, esta herramienta God of War se la lleva a su campo.

La historia en sí, está bien pulida sin agujeros argumentales que se dejen ver, con una progresión en cuanto a la intensidad de la misma aun siendo potente en su inicio. La relación entre Kratos y Atreus está bien construida y no se ve forzada. Atreus podría ser una mera herramienta o excusa por la que Kratos tenga que ser más responsable, pero el papel del niño también es importante tanto en la historia de Kratos como en ámbitos que, por temas de Spoiler no revelaré. Finalizando este punto hay que decir que la historia apunta con sus herramientas a una aventura más seria y narrativa consiguiendo su objetivo con creces.

El gameplay parecido a primera vista a Dark Souls no puede dar una primera impresión más errónea. En pocos aspectos realmente se deja ver la influencia de este videojuego, aunque no hay que descartarla, los controles de ataque se posicionan en la parte derecha del mando R1 y R2 como ataques rápido y fuerte respectivamente dejando los botones de la parte izquierda L1 y L2, como la defensa con escudo y ataque especial con el arma ya sea arrojarla o activación de habilidades. La fijación de enemigos, el desplazamiento lateral una vez fijados y la acción de rodar como recurso para esquivar ataques, descubren aún más las bases con las que fueron pensadas el gameplay.

Si solo se basase en esto, habría algo más que solo una influencia o una inspiración, sin embargo, abarca una profundidad mucho más elevada de lo que puede parecer, pues el estilo de combate, con el tiempo, se parece más a un hack and slash. Conforme se vayan desarrollando las habilidades de Kratos, contaremos con una gama de combinaciones en los botones muy interesante que hacen el gameplay más atractivo. El escudo en la ejecución tiene el mismo uso que el vellocino de oro de entregas anteriores, sirviendo más como una máquina de hacer contraataques que un escudo. Muchos golpes de enemigos rompen la defensa de Kratos, conectando el siguiente golpe sin remedio, para evitar esto, un bloqueo en el momento justo activará un contraataque que, además, le propina un golpe poderoso.

La implementación de runas como ataques especiales, talismanes, el uso más adelante de otras armas, los QTE tan característicos siguen estando presentes de una forma más discreta, mejor implementada, y en menor medida, la mecánica de dejar en estado alterado al enemigo con diferentes herramientas como el hielo, fuego o los meros puños de Kratos. También contamos con la ayuda de Atreus, el cual es también clave en el combate ya que puede distraer al enemigo, dejarlo en estado alterado o atacarle sin más. Son muchas las herramientas y mecánicas que disponemos a la hora de enfrentar enemigos, dejando la comparación con el título mencionado, en una sola anécdota.

El invierno se acerca y hay que estar preparado

Los enemigos por otra parte, siguen siendo parte fundamental en la dinámica de los combates. Hay varios tipos de enemigos con distintos patrones de ataque, distintas fortalezas, distintas debilidades. Son detalles a tener en cuenta pues al juntar distintos tipos en una misma arena hay que tener bien claro a quien atacar primero para salir victorioso del enfrentamiento. Esto no es nada nuevo ya que uno de los puntos fuertes de la saga, recaía en esto mismo.

Los jefes son una parte muy importante en los videojuegos. En esta saga se ha rendido culto a los jefes agresivos que ponían a prueba los reflejos y estilo de combate del jugador, y no solo eso, había variedad ya que algunos de estos eran jefes puzzle o no bastaba con solo infligir daño. En esta entrega, si bien no se puede decir que no tenga jefes espectaculares, la mayoría se repiten cambiando levemente algunas de sus tácticas para atacarnos. Sin ir más lejos los dos primeros jefes son la mayoría con la que cuenta la aventura, ya que de una forma u otra aparecerán con variaciones leves a lo largo de la travesía. Es decepcionante sobre el papel, pero en la práctica siguen siendo divertidos por lo que será repetir lo que ya nos gustó, aunque esto no sea bueno, a algunos no les importará.

 

Otra de las novedades con las que cuenta esta entrega con respecto a las anteriores es el enfoque RPG con el que se le ha dotado. En este aspecto han sabido buscar el equilibrio, ya que ofrece muchas de las posibilidades con las que cuentan este tipo de videojuegos, pero sin llegar a abrumar al jugador poco familiarizado con los RPG.

El sistema de progresión se basa en un árbol de habilidades para cada tipo de combate en el que el jugador tendrá que desbloquear mediante la experiencia y mejoras en las armas. Este árbol de habilidades por sí mismo es muy simple, pues las mejoras se consiguen con relativa facilidad y los puntos de experiencia abundan, además no tiene la profundidad que podría dar un RPG convencional, simplifica la subida de niveles con la mejora del arma y elimina los roles dejando solo habilidades para adquirir y distintos objetos que harán las veces de ayudas tácticas. El equipo y los recursos si que mantienen la esencia del RPG, pudiendo construirte distintos tipos de armaduras enfocadas a unas mejoras u otras, con la posibilidad de mejorarlas a base de materiales.

Misiones secundarias, un mundo más o menos abierto y jefes opcionales, alargan la vida del título de manera no forzada, sino más bien satisfactoria y agradable. Las misiones secundarias hacen sentir al jugador como un recadero, el mapa no es tan grande como para perdernos y concentra todo lo que necesitamos para que no se sienta vacío, los jefes opcionales por otro lado como las valquirias, son un reto añadido que nos incita a seguir mejorando el equipo para hacer a Kratos un guerrero como Dios manda.

Conclusiones God of War para PS4

La última entrega de God of War no solo ha dado la talla, sino que muy probablemente se haya convertido en la mejor. Juega con el equilibrio en más de un aspecto para poder dar distintas experiencias, pero sin salirse de la esencia de la que tanto presume God of War. Un cambio drástico pero necesario, hecho con cariño y no con interés, lo que nos deja una perla muy valiosa en el catálogo actual de PS4. La idea de hacer otra secuela antes de jugar al videojuego pude sonar mal, pero una vez completado, se entiende y se desea. Los fans y desconocedores de la saga pueden estar de enhorabuena, Kratos ha vuelto para desbancar a quien se le ponga por delante para convertirse en el GOTY de 2018.

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