Kick-Ass 2. Análisis Xbox 360

Hay que reconocer que siempre hemos mirado con cierto recelo los videojuegos basados en producciones cinematográficas. Suelen ser títulos creados deprisa y corriendo para aprovechar el tirón de la película y rascar unas cuantas ventas más. Llega ahora uno más de la mano de Freedom Factory, (tristemente recordada por truños como Bloodbath), Kick-Ass 2, un Beat’m Up sobre el filme basado en el cómic de Mark Millar. Sorprendentemente llega un año después de la salida en cines, desaprovechando así el impulso mediático, por lo que dada la calidad del juego, no creemos que vaya a ser un proyecto demasiado rentable.

Una historia, tres formatos

Kick-Ass triunfó en los cines por su humor burdo e irreverente. De un magnífico cómic surgió una película muy entretenida. Tras la primera llegó una segunda parte, que a pesar del bajón de calidad, cumplió muy bien en taquilla. Ahora nos llega el videojuego, el cual mantiene bastante fidelidad con la película y nos cuenta la lucha contra el mal de Kick-Ass y un nuevo grupo de defensores, “Justicia para Siempre”, que se unen para combatir a “The Motherfucker” (“El Hijoputa”) con la inestimable y necesaria ayuda de Hit Girl.

Este es el resumen de la película, pero como decimos, es similar al del título. En este, se nos relatará a través de pequeños cómics, que, aunque cumplen su cometido, realmente nos dejan escasos de información, por lo que si queremos enterarnos completamente de la trama, será mejor que lo hagamos por otros medios.

Uno de los pocos puntos salvables de este Kick-Ass son los diálogos, bastante fieles al descaro del cómic. Estos incluyen una gran cantidad de referencias culturales, guiños a series, y películas como El Señor de los Anillos, Rocky o Dragon Ball. Sin embargo hay que señalar que según avanzamos, estos se vuelven cada vez más repetitivos e insulsos y pierden todo ese encanto inicial.

Peleas vergonzosas

En este título nos pondremos en la piel de Dave Lizewski, alias Kick-Ass. Nuestra aventura nos llevará a lo largo de escenarios tremendamente lineales y que apenas nos ofrecen libertad. Todo se resume en pegar a grupos de enemigos y de cuando en cuando podremos “hackear” alguna red WiFi, borrar algún graffiti o recargar cajas de fusibles. Por si fuera poco, únicamente tendremos un modo de juego, ni cooperativo, ni desafíos, ni nada por el estilo, es más, ni siquiera podremos cambiar el nivel de dificultad.

Los combates se limitan a atacar con dos botones, uno para puñetazos y otro para patadas, y otro en ocasiones para contraatacar en el momento justo, que aparece el símbolo sobre la cabeza del enemigo. Lo más versátil que podremos hacer son pequeños combos si pulsamos el botón correctamente. Ni agarrar, ni bloquear, ni usar armas… Nada de eso tendremos en Kick Ass 2, y por si fuera poco, los movimientos son terriblemente toscos. Eso sí, tendremos tres ataques especiales tan insulsos como el resto del juego: Usar el táser que nos proporciona una dosis de adrenalina, patear a los enemigos en el suelo y los golpes de gracia que rematan a los rivales de forma “espectacular”.

El tema de los enemigos es un caso aparte: la I.A es horrible, el diseño se repite una y otra vez, los grupos casi siempre son similares, y para rematarlo son extremadamente torpes y débiles. En ningún momento nuestra vida correrá peligro, y en el peor de los casos, tendremos que molestarnos en desarmarlos y se acabó.

Por si fuera poco, en contra del argumento principal, únicamente podremos utilizar a Kick-Ass, y en todo momento combatiremos en solitario, ni Hit-Girl, ni miembros de “Justicia para Siempre” ni nada por el estilo. Y teniendo en cuenta que en el cómic nuestro protagonista no es el que precisamente pega las «toñas», pues todavía se vuelve más absurdo.

El título dura entre cuatro y cinco horas, y ante las pocas opciones y lo lineal del jueg0, desde luego no hay nada que incite a rejugarlo ni un solo minuto.

Un diseño a la altura del juego

Como decimos arriba, el apartado artístico no mejora en nada al resto del juego. Es igual de flojo se mire por donde se mire. Los personajes y escenarios están diseñados con cell shading, una técnica que bien utilizada puede ser maravillosa, pero si se hace mal obtenemos algo cutre. Pues esto es aproximadamente lo que tenemos: un apartado que tiende hacia la baja calidad. Además, encontramos un buen número de bugs y caídas de framerate aleatorias. Falta mucho trabajo en todos los aspectos, eso es innegable.

El sonido no es demasiado bueno tampoco. Músicas repetitivas (como todo el juego) y voces terribles, que sin haber visto la película pueden ser chocantes, pero cuando la has visto, directamente te desmoralizas. Eso si, es de agradecer que venga traducido al castellano mediante subtítulos. Realmente es todo un detalle.

El resumen final es que estamos ante un título muy flojo en todos los aspectos, el trabajo es mínimo y poco podemos salvar. Escenarios «pasilleros» y repetitivos, ni un solo modo más allá del principal y un diseño con muchos fallos son la tónica general. Sin embargo, lo que más duele es la horrible jugabilidad, con un sistema de combate muy limitado y una IA que da vergüenza ajena. Solo la recreación de las conversaciones y la similitud con la historia original salvan mínimamente un título repleto de errores.

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