Kôna Day One es una aventura en primera persona desarrollada por Parabole que congelará todos y cada uno de nuestros sentidos, mezclando el realismo de la jugabilidad con sucesos extraños y ofreciendo una experiencia de juego que viene siendo muy utilizada por el sector indie y que, poco a poco, va encandilando al público gracias a entornos explorables que se asemejan a una experiencia real, alejándose del tópico de acción que no siempre es necesario.
Desde el primer minuto podemos hacernos con el personaje, una rueda de objetos rápidos y cuatro variables a modo de barras serán los menús de los que dispondremos. Cada acción del personaje es realista, camina con calma y corre de igual forma. Si decidimos mirar el mapa este se sitúa en nuestro frontal inferior por lo que deberemos bajar la vista para verlo con claridad. Este realismo se extrapola al momento de la conducción donde si repetimos la acción de visualizar el mapa mientras estamos con el vehículo en marcha, que por otro lado se antoja en ocasiones peligroso, tendremos que girar la cámara a la derecha perdiendo gran parte de la visibilidad de la carretera.
El grado de realismo es absoluto tanto en los escenarios como en la jugabilidad y es que en este caso poco tiene que ver este realismo con la calidad gráfica, aunque es un apartado que tienen muy bien trabajado y se ve que han sacado el partido máximo del motor Unity, ya que en realidad es el conjunto del juego en su totalidad el que muestra a cada momento esa percepción. La manera de explicarla es sencilla y reside en el estado de tensión que consiguen lograr sin la necesidad de meter monstruos del averno y es que el solo hecho de bajarte del vehículo con la tormenta y el viento arreciando, mientras el frío empieza a calar la ropa, y avanzar unos metros para descubrir unas huellas de lobo que al igual que las tuyas están recientes en la nieve, seguirlas entre árboles cortados y una espesa niebla para llegar a un callejón sin salida donde parece que la magia hace su aparición es digno de ser probado.
Pero a diferencia de otros juegos Kôna Day One solo añade una ligera variante de lo que a supervivencia se refiere, esta será la de escapar del frío helador del norte de Canadá, región en la que se haya el protagonista de nuestra historia, Carl Faubert, que hasta donde sabemos es un investigador que se encuentra en la zona para localizar a un personaje un tanto extraño, pero cuando llega todo se torna raro. No desvelaremos más de la historia porque creemos que es lo mejor que tiene Kôna Day One. El guion y la narrativa son descriptivas y se abren conforme lleguemos a lugares o desvelemos objetos clave, esta narración es llevada a cabo por un personaje que en principio parece ajeno a nosotros y solo muestra lo que Carl interpreta al ver dichos objetos o localizaciones.
Kôna Day One ofrece un mapa abierto, si bien es cierto que en la beta está acotado, por el que podremos deambular en busca de pistas que nos conduzcan a una deducción lógica de lo acontecido en la región y a sus habitantes a lo largo y ancho de todo el mapa, pero con cuidado porque salirse de un sendero sin los materiales apropiados puede ser fatal de necesidad, aunque si vamos bien provisto encontraremos asentamientos de todo tipo donde pode descansar y abrigarnos al calor del fuego de la hoguera. El mapeado que caracteriza a la perfección lo inhóspito y duro de la región nos obliga a recorrer trechos andando debido a la caída de árboles o a la localización de las casas, por lo que siempre se tiene una sensación de soledad y vacío que marcan el devenir de las horas de búsqueda y exploración. La recreación de las casas no intenta dar un contexto geográfico sino que atiende a las necesidades que el guion tiene para contar su historia, lo que hace que cada lugar sea una experiencia que aporta datos nuevos sobre lo que acontece allí y que hace poco parecía ser imposible para Carl.
El apartado sonoro está perfectamente implementado de tal modo que cada acción tiene su sonido correspondiente a la vez que en casi todo momento una banda sonora relajada y sobria nos acompaña sin sacarnos de contexto.
Como toda buena aventura tiene sus puzles y misiones a resolver, pero siempre dentro de los tiempos del investigador, dejando espacio entre los acontecimientos para poder ir formándonos una idea de que es lo que está pasando. La dificultad del puzle reside en nuestra capacidad para razonar el uso de los objetos que vayamos encontrando de tal modo que activemos un mecanismo o logremos la combinación que nos haga avanzar en nuestra búsqueda. También es importante añadir que la manera de conseguir la información no es lineal, de tal modo que cada uno se enterara de lo que quiera en función de lo que le apetezca husmear.
Conclusiones de Kôna Day One
Si bien es cierto que tan solo es una beta que no durará más de seis interesantes horas, no cabe la menor duda de que los cimientos de Kôna Day One son muy sólidos y le espera grandes éxitos en el futuro, siempre y cuando sepan mantener la tensión para enganchar de manera definitiva al jugador que lo cate.
