Hay veces en las que podemos apreciar el potencial de un videojuego sin este ser necesariamente bueno. Esto es lo que ha pasado con Solarix, la propuesta de la desarrolladora Pulsetense cuya versión definitiva se lanzará el 30 de abril. Como siempre, al tratarse aún de una beta, debemos recordar que el resultado final puede variar.
Solarix es una aventura de sigilo y terror ambientada en una colonia espacial del futuro en la que un experimento genético ha ido mal y casi todos los humanos han sido convertidos en seres sedientos de sangre, y digo casi todos porque la excepción es nuestro protagonista, un ingeniero electrónico que busca sobrevivir. Por si fuera poco, la corporación responsable de este desaguisado ha enviado a un escuadrón para que se encargue de eliminar cualquier evidencia de lo que allí ha sucedido. Hasta aquí todo bien, la historia promete y solo nos falta meternos por fin en el juego.
La mecánica nos es familiar. Debemos ir avanzando por lugares de pesadilla, evitando a nuestros enemigos y resolviendo pequeños puzles que nos permitan seguir hacia delante. También contamos con armas que utilizaremos en caso de no tener otra opción. Pero nada más empezar la partida empiezan a evidenciarse ciertas discrepancias entre lo prometido por Pulsetense y el resultado final. En la descripción del juego que aparece en Steam se nos dice “Nuestra meta es combinar terror y ciencia ficción de la vieja escuela con un estilo y gráficos de la nueva generación” pero nosotros estamos viendo unos gráficos dignos del inicio de la pasada generación, como si fuera una versión mejorada DOOM 3 o de Prey. Esto no debería importarnos tratándose de un juego independiente, el problema llega cuando se nos prometen cosas que no se van a cumplir.
Por otro lado, la ambientación está muy lograda, con variedad de escenarios, todos muy acorde con la temática de la obra y que nos recuerdan a joyas del género como los System Shock o películas tan conocidas como Alien. La sensación inicial de desasosiego ante los inquietantes decorados está muy conseguida, pero pronto desaparece para dejar paso a la desesperación, ante los múltiples defectos de los que el juego hace gala.
Los controles son los típicos para un juego de estas características, solo que da la sensación de que, siendo un juego en el que prima el sigilo, no se ha prestado demasiada atención a esta faceta. Muchas veces, a la hora de agacharnos cerca de objetos para no ser descubiertos, nos quedaremos “enganchados” sin la posibilidad de movernos hasta que nos levantemos y nos alejemos, lo que resulta demasiado engorroso. Además, en ciertas secciones necesitaremos distraer a los enemigos cogiendo objetos y lanzándolos, siendo el sistema para hacerlo no demasiado cómodo. No se nos da la posibilidad de apuntar bien ya que solo podemos mover el ratón bruscamente para dar impulso y soltar el objeto.
Otro de los puntos flacos del juego es el inventario, que tiene la típica estructura de celdas en la que cada una se nos muestra uno de los elementos que poseemos. El problema está en que las descripciones de los mismos están situadas en un minúsculo cuadro sitiado a la derecha que dificulta bastante su lectura. Además al desplazar la flecha del ratón para inspeccionar nuestras pertenencias, la cámara de fondo se sigue comportando como si siguiéramos en plena acción, moviéndose y confundiendo al jugador.
Quizás una de las cosas que más llaman la atención es la IA. Los enemigos se encuentran realizando rondas repetitivas como en tantos otros juegos del género y se salen de las mismas cuando han detectado algo inusual. El problema está en la frecuencia con la que se dan cuenta de que algo no marcha bien. En muchas ocasiones podemos pasarles por delante de las narices con tal de estar amparados por la oscuridad, y si nos encuentran, darles esquinazo es demasiado fácil, sobre todo en escenarios abiertos.
Por todo esto, Solarix resulta ser una gran idea que no se ha sabido llevar a la práctica, convirtiéndose en un juego solamente recomendable a los fans del terror combinado con la ciencia ficción, a no ser que se trabaje mucho sobre él antes de su lanzamiento y se corrijan los errores que lo empañan.
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