Sudden Strike 4. Análisis PS4

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Dieciséis años. Es el tiempo que ha pasado desde que el primer Sudden Strike hiciera acto de presencia en el mundo de los videojuegos. Sorprendió a propios y extraños por su bien planteada mecánica, un apartado técnico muy solvente y el marcado acento realista que tenía el título. Ahora, en pleno 2017, tras varias secuelas numeradas y lo que podríamos considerar como «spin-offs de la II Guerra Mundial», nos llega Sudden Strike 4, la cuarta entrega canónica y la analizamos en profundidad.

Una bella contienda

Cada vez más, los juegos de estrategia ponen más énfasis en el apartado técnico. No es el pilar sobre el que se suelen sustentar este tipo de juegos, pero es así. Y este Sudden Strike 4 es la prueba fehaciente de que hoy en día, en cualquier género, se busca la mayor inmersión posible gracias a un apartado técnico que deslumbre.

Pues bien, sin ser pionero en nada, Sudden Strike 4 nos ofrece un apartado técnico digno de mención. Los escenarios rayan a un nivel muy alto, con todos los elementos bien definidos, vehículos con muy buenos efectos de iluminación, humo, chispas y polvo, así como los personajes. Sus animaciones están francamente bien realizadas, su comportamiento es 100% coherente con lo que se espera de un pelotón del ejército, y los efectos de sonido están entre lo mejor que podemos encontrar a día de hoy entre los títulos bélicos.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y Sudden Strike 4 tiene varios defectos en su faceta gráfica que es imposible pasar por alto. Para empezar, pese a la buenísima definición de todos los elementos que vemos en pantalla, la niebla es demasiado abundante. Acota de manera exagerada el terreno sobre el que estamos, dejando enseguida de lado el camino por el que acabamos de pasar. El juego ni siquiera nos ofrece toda la anchura de la pantalla, sino que actúa a modo de foco, centrándose solamente en el centro y dejando los alrededores llenos de niebla y eso afea bastante el resultado final. Además, esta molesta y abundante niebla tiene un efecto algo inesperado: el popping. En ocasiones es abrumadora la cantidad de elementos que aparecen de la nada, tanto elementos del escenario como enemigos, cuando en la parte central, la más iluminada y con mayor definición, eso no ocurre.

Sólo se nos ocurre un motivo por el que el apartado gráfico de Sudden Strike 4 sea tan caprichoso, y es el de la optimización de recursos que no acaba de salir del todo bien. Los chicos de Kite Games parecen haber querido sacrificar la anchura del escenario para conseguir mayor definición. Dicho en otras palabras: mostrar menos espacio para ofrecer mayor definición a lo que sí se muestra. Pero esta explicación no nos acaba de convencer, porque en ciertos escenarios diurnos la niebla es inexistente y es notablemente mayor el espacio que podemos ver.

Sea como sea, el apartado técnico de Sudden Strike 4 raya la excelencia en lo que hace bien… pero las pocas lagunas que tiene son muy acentuadas y afean bastante el resultado final.

El olor de la muerte

Donde no hay ninguna pega es en la ambientación. Cierto es que un contexto histórico como la II Guerra Mundial ha estado más que explotado en el mundo de los videojuegos desde hace más de una década. Hace casi 15 años del boom de los juegos bélicos ambientados exclusivamente en esta época, cuando sagas como Medal of Honor o Call of Duty competían entre sí para ver quién mostraba mejor la crudeza de la II Guerra Mundial (valiente decisión, visto en retrospectiva, de aquel Battlefield 2: Modern Combat, que decidió pasar de la clásica contienda para centrarse en un conflicto moderno dos años antes de la irrupción de Modern Warfare, pero todo esto es otra historia).

Los juegos de estrategia bélica no fueron menos, y casi todos se centraron en el mismo marco histórico. Entonces, ¿por qué apostar nuevamente por la WWII? Justo en 2017, cuando (a excepción del Call of Duty venidero, que vuelve a este conflicto) grandes sagas como Battlefield y Call of Duty han decidido dar carpetazo a esta ambientación yéndose al futuro o al pasado. Pues la razón es simple: ningún título como Sudden Strike 4 recrea mejor la II Guerra Mundial. Porque lo que hace el juego es ofrecerte un recorrido muy amplio y extenso de las batallas que fueron sucediéndose durante la primera mitad del siglo XX. Es un concepto bastante más profundo que el de los shooters a los que estamos acostumbrados. Los informes pre y post-misión son extensísimos, ofrecen una cantidad de detalles inusitada y, además, narra la II Guerra Mundial desde tres prismas diferentes.

Por eso, si te adentras en Sudden Strike 4, vas a encontrar una profundidad contextual, histórica y ambiental como pocas. Y, pese a las lagunas de su apartado técnico (pocas pero acentuadas, insistimos), el trabajo en la ambientación es sublime. No es precisamente un título de corta duración, y si a eso le añadimos que encontrar una ambientación única para casi la treintena de escenarios que ofrece es harto complicado, no nos queda más que aplaudir el trabajo de Kite Games en este aspecto. Su esfuerzo por ofrecer una ambientación a la altura es algo digno de elogio.

Conócete, soldado

El pilar angular de todo juego de estrategia que se precie es su jugabilidad, y aquí Sudden Strike 4 da el do de pecho. Las opciones que encontraréis en él son amplias hasta decir basta, con mil y una posibilidades de afrontar las batallas. Y, si bien es verdad que durante los primeros compases de la campaña sentiréis que estáis un poco «encorsetados», cuando el juego ofrece las contiendas a mayor escala de la WWII y tenéis a vuestra disposición todo el abanico de posibilidades estratégicas y jugables, el juego es un auténtico espectáculo. Porque encontraréis mil formas de abatir al enemigo, mil maneras de cruzar ese puente asediado, mil caminos opcionales para evitar la confrontación (bueno, mil no pero un par sí) y eso es lo mejor que un título de estrategia puede ofrecer: variedad de opciones y dar el control absoluto al jugador.

Eso sí, en estos momentos el nivel de pericia del jugador cuenta más que nunca y el pico de dificultad a veces está un poco descompensado. Es difícil saber si es porque no hemos adquirido la destreza suficiente o porque se nos ponen las cosas especialmente complicadas a propósito, pero el caso es que no hay misión imposible y el juego ofrece lo que tiene que ofrecer cuando lo considera oportuno (que, para nuestro gusto, tendría que haber sido un poco antes para no caer en la falta de ritmo).

Conclusiones de Sudden Strike 4

De la vieja-nueva escuela, así podríamos definir este Sudden Strike 4. Los títulos de estrategia bélica no han cambiado tanto con el paso del tiempo (ni siquiera los de estrategia pura y dura), y os mentiríamos si afirmásemos que Sudden Strike 4 rompe moldes y ofrece algo totalmente nuevo. No lo hace, pero es la mejor versión que ha llegado a nuestras manos de un título de los de la vieja escuela. Pese a ciertas lagunas técnicas que esperamos queden arregladas con la llegada de una actualización, el rigor histórico, la seriedad de su narrativa, el modo de recrearse en los detalles de las contiendas y la amplia variedad de opciones que ofrece lo convierten en un título indispensable para los amantes de los juegos de estrategia. Y, si tú no lo eres, quizá debas echarle el guante, porque puedes encontrar una maravilla en él si le perdonas algún defecto gráfico y su acusada falta de ritmo en los primeros compases de la aventura.

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