Tomb Raider. Análisis PC

Inmensa, inconmensurable, incomparable, valiente, bien dotada (jejeje) con dos dedos frente y capaz de afrontar cualquier reto. Única. Así es Lara Croft, así es una leyenda del mundo de los videojuegos. Puedo atreverme a decir que casi a la altura de Mario o Sonic, esta exploradora/arqueóloga/cazatesoros es reconocida al instante por cualquier persona que tenga o haya tenido la más mínima relación con el mundo de los videojuegos.

Todo el mundo la conoce por ser una mujer más dura que el acero. Sin agallas y capaz de hacer cualquier cosa por alcanzar su objetivo (normalmente reluciente y misterioso) empuñando sus dos características pistolas. Pero, como en toda buena historia ocurre, siempre hay un principio. Una primera vez. Y nunca hasta ahora nos habíamos planteado cómo pudo una chica normal y corriente, recién llegada a la edad madura, convertirse en leyenda. Con esta premisa ha decidido Crystal Dynamics retomar la saga tras estos años tan nublados para Croft, que ha sido prácticamente como tirarlo casi todo a la basura y contar una nueva historia desde el principio. «Reboot» lo llaman los entendidos, pero básicamente de esto se trata.

A partir de aquí comenzaremos a analizar Tomb Raider, un episodio crudo y de sufrimiento allá donde los haya. Una cosa está clara: para lograr hacerse con ese ansiado lugar reservado en la historia antes hay que «pasarlas canutas».

Argumento

Una hermosa chica de ojos verdes, de sorprendente inocencia y recién graduada viaja con su pequeño grupo de exploradores al Triángulo del Dragón, una aislada isla del pacífico siempre asolada por una interminable tempestad. En busca del templo de la legendaria reina del Sol, Himiko, Lara se ve envuelta en un problema que ella, en un principio, no se ve capaz de superar. Y este problema involucra locura: sectas al borde de lo satánico, antiguas ruinas y leyendas japonesas escalofriantes que se tornan reales.

Dejando a un lado esta pequeña introducción del argumento, decir que uno de los elementos argumentales que más me ha gustado ha sido la constante sucesión de momentos de extremo nerviosismo y, sobre todo, sufrimiento y terror para la aún inexperta Croft. Ya en los diversos tráilers y demostraciones mostradas estos últimos meses nos teníamos que tapar los ojos al ver a nuestra arqueóloga, por ejemplo, sacarse «a lo bestia» un alambre que atraviesa su pierna. Y no será el único momento en que sentiremos repelús. Estamos ante una aventura cruda, muy cruda. Ya no solo por los numerosos elementos gore que incluye (en una proporción comparable a los más actuales y viscerales títulos de terror) sino porque el contacto jugador-personaje es tan, tan estrecho que sufriremos con Lara en cada momento de tensión, nos reiremos con ella (aunque muy pocas veces) y estableceremos un vínculo tan grande con este personaje de ficción que acabaremos gratamente sorprendidos al poner punto y final a esta inmersiva y oscura historia. Aunque el contexto, el telón de fondo de la historia suene a tópico (con mostrencos como catedrales y dioses malvados de por medio) creo y, aunque me llaméis iluso, que el elemento más importante argumentalmente está más allá de todo esto. Lara es la historia, Lara es el centro de todo. Más que nada, el fin de este guión es dar un motivo por el cual una persona puede adoptar la fría personalidad por la que la futura Croft se iba a caracterizar. El por qué.

Jugabilidad

¿Por qué tendrá un 10 este apartado? Porque se lo merece. Tomb Raider tiene un control tan intuitivo y sencillo para todo que las numerosas habilidades que iremos aprendiendo con el paso del tiempo no supondrán lío alguno para nadie. Con solo un botón podremos realizar una gran cantidad de acciones, y las más complicadas, que se adquieren en la segunda mitad del juego, se realizarán apretando como mucho dos botones del mando o teclado. Cambiar de arma,  y seleccionar sus modos de disparo (silenciador para las de fuego, o napalm y flechas de cuerda para el arco) nunca ha sido tan sencillo. Y más intuitivo aún es el tablero de mejoras. Conforme vayamos avanzando y ganando experiencia, obtendremos puntos de habilidad que podremos invertir en aprender técnicas de diferentes campos (CQC, supervivencia o armas). Además, podremos ir acoplando a las armas diversos accesorios recogiendo los llamados «restos», una serie de cofres diseminados por el escenario que premian la exploración, de la que hablaremos un poco más adelante, pues nos encontramos ante un título rejugable como pocos. Está todo muy bien pensado, ofreciendo posibilidades que por ejemplo no ofrece la saga Uncharted, con la que ha sido comparado hasta la saciedad.

Sí es verdad que toma como modelo a las aventuras de Drake en el sistema de escalada, que ha de ser cómodo y lo es de sobra, pero los chicos de Cristal Dynamics han sabido camuflar con más éxito los elementos con los que interactuar, por lo que las famosas «baldosas amarillas» han desaparecido, sustituyéndose por otros muchísimo más camuflados en nuestro camino que nos harán dar con el vacío más de una vez. En estas zonas los scripts son prácticamente necesarios, y aunque siempre espectaculares en lo visual, uno ya acaba un poco desconcertado al pensar por qué esa roca o ese castillo se derrumba justo cuando pasamos nosotros. Aún con esto, es obligatorio reconocer que son elementos muy característicos del género y beneficiosos para él. ¿Qué sería de un Uncharted o un Tomb Raider sin esos momentazos? Que acabaríamos en un Gears of War, y por ello nos daríamos de bruces con otro shooter en tercera persona.

Hablando de otra de esas cosas que hacen que este Tomb Raider haya triunfado nada más llegar, es que se ha convertido en uno de los pocos juegos actuales del género (y de la industria en general) que hace uso de rompecabezas bien pensados que, al contrario de Uncharted ya que estamos con la comparación, nos harán pararnos un rato a analizar la zona en la que nos hemos «atascado» (tristemente, últimamente no hemos podido utilizar mucho este término tan característico de la industria de los 90, y gracias a Lara Croft lo hemos recuperado). Y son abundantes, algo que se agradece de una manera increíble.

Gráficos

Nos encontramos ante una obra soberbia en lo técnico, que sabe aprovechar la relativa linealidad de su género para exprimir al máximo el hardware de las consolas actuales. Lo amantes de lo gráficamente bestial encontrarán en Tomb Raider un impresionante aperitivo para ese plato principal que serán las consolas de próxima generación. Cada modelado, escenario, detalle sangriento está trabajado hasta límites que rozan lo obsesivo. Lara parece de carne y hueso, y si encima le sumamos la espeluznantemente perfecta personalidad que ofrece de manera natural hasta la médula, el resultado final pone los pelos de punta.

Aunque siempre hay un «pero», y es que, después de haberlo jugado en PC y haberlo visto en consolas, he comprobado que la diferencia no es lo suficientemente notoria. Esta situación la podemos mirar desde dos puntos de vista. Por una parte tenemos al consolero resentido que ve justo que el nivel sea prácticamente el mismo, pero por otro lado tenemos al que ha invertido de 1000€ en un PC que sea capaz de hacer correr juegos a un nivel no comparable al que disfruta alguien que solo se ha gastado 200-300€ en una PS3 o Xbox 360. Y es cierto. Las desarrolladoras deberían pensar más en dejar a un lado los tristes ports de bajo presupuesto y esforzarse más en compensar a los poseedores de un ordenador en condiciones. Con esto no pienso decir que TR 2013 para PC sea un port como el de Dead Space 3, pero sí que llegamos a la conclusión de que lo que vemos en ambos tipos de sistema se asemeja bastante. Por supuesto,  he de reconocer el impresionante pelo de Lara al activar el «tressFX» (solo para los PCeros, esta vez sí), que convierte su oscuro cabello en algo asombroso para el mundillo, desplazándose a un y otro lado según la dirección del viento y respondiendo a cada situación de movimiento de una forma increíble.

Modos de juego

Aquí encontramos uno de los aspectos que, para bien y también para mal, diferencian Tomb Raider de Uncharted. Comenzando por la historia, la isla por la que nos movemos presenta un entorno abierto, prácticamente metiéndose en el género sandbox. Podremos explorarla y utilizar el «viaje rápido» para acceder a cualquier zona aunque ya hayamos pasado por ella, solo para echar un vistazo por si nos dejamos algo o, y esto me ha gustado, para acceder a alguna habitación a la que antes nos era imposible entrar debido a que no poseíamos la habilidad o ítem necesario. Especial mención a las tumbas, desafíos paralelos a la historia principal y localizados normalmente  en zonas de difícil acceso que nos retarán a completar un puzzle para acceder al tesoro que nos espera al final.

Pero, por otro lado tenemos el multijugador, que se queda muy por detrás del de Uncharted siendo más que nada un extra (nos costará encontrar partida muchas veces, al menos en PC). Además, los modos de juego son muy simplones y, por lo general, no aportan nada nuevo. El uso de trampas en los mapas puede hacer algunas partidas muy divertidas, pero no es un título que adquirir por sus modalidades online (aunque siempre se agradece su inclusión).

Roth es como un padre para Lara. Él la enseñó a defenderse en territorio hostil.

Hablando en términos numéricos (que veo que es lo que más os gusta), terminar la campaña sin pararse a nada nos puede llevar unas 8-9h. Si jugamos como hay que jugar, y como yo y cualquier gamer decente ha hecho, la cifra se queda en 12-13h. Duración que, sin duda, nos ha sorprendido muy gratamente, pues hablamos de casi el doble de cualquiera de los títulos genéricos que salen cada día a la venta y la gente compra sin ser conscientes del dinero que están proporcionando a una compañía que apenas si se ha esforzado, contando con el presupuesto necesario de sobras, en lanzar al mercado un producto mínimamente decente. Por lo tanto, punto para Cristal Dynamics por darnos una historia entera y larga que disfrutar (no, amigos, no parece que vaya a haber DLCs argumentales de por medio).

Sonido

Afortunadamente, Tomb Raider cuenta con un doblaje al español sencillamente exquisito llevado a cabo por auténticos profesionales que nos sumergen al cien por cien en esta historia de dolor y superación. Un doblaje que, lo voy a dejar claro, no tiene nada que envidiar al original, de una calidad prácticamente equiparable. Por otro lado, en cuanto a la banda sonora, tengo que decir que aquí hay algo que no me ha acabado de gustar. El tema principal es excelente, pero suena muy poquitas veces a lo largo de la aventura, y la música no tiene tanta importancia frente a los efectos de sonido. Nos hubiera gustado alabar una mayor presencia de la música, pues su BSO es preciosa a pesar de usarse en contadas ocasiones.

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 Conclusión

Tomb Raider es una de esas superproducciones que NO han aprovechado su poder en términos de márketing para vendernos la moto humeante. Básicamente, las cosas se han hecho bien, muy bien, y Lara Croft ha regresado para quedarse con uno de los mejores lavados de cara de la historia reciente de los videojuegos. Campaña larga como pocas, grandes dosis de exploración y elementos roleros que lo alejan de la célebre saga de Naughty Dog, e incluso un multijugador que, a pesar de ser puramente anecdótico, se puede mejorar de cara a futuras entregas muy a mi pesar; pues hay sagas, juegos, que no necesitan un modo online para ganarse un hueco en el corazón gamer. Ha nacido una leyenda.

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