Total War: Rome II. Lección de historia

Acaba de llegar a la redacción de Gameit.es este impresionante vídeo realizado sobre una pre-alpha del juego y viendo el nivel que tiene estamos seguros de que una vez más Total War será una apuesta segura para los amantes de la historia bélica y el género de la estrategia. Así que id desempolvando vuestro ejemplar de El Arte de la Guerra y preparando estrategias para la batalla.

Pero antes de mostrarte el vídeo vamos a introducirte de lleno en la historia de la batalla que recrea (si no te gusta la historia militar puedes ver el vídeo directamente)

Batalla del Bosque de Teutoburgo

En el 9 d.C. el gobernador romano de Germania, Publio Quintilio Varo, cruza el Rin con 3 legiones para intentar sofocar a base de espada las continuas rebeliones germanas.
Para controlar mejor a las tribus rebeldes Varo hizo alianzas con otras tribus que pronto le traicionarían. Cuando pasó el verano y llegó el momento de levantar los campamentos, Varo tuvo que acudir junto a sus legiones (en total más de 20.000 soldados) a sofocar una rebelión local. Para ello este debía rodear el Bosque de Teutoburgo pero sus “aliados” germanos le decidieron conducir las tropas a través del Bosque.

El ejercito romano se componía de 3 legiones (la XVII,, XVIII y XIX) compuestas por soldados muy curtidos y profesionales con un equipamiento mas que apto para el combate en espacios abiertos pero demasiado pesado para combates en espacios reducidos.
Además de soldados los viajes de las legiones iban acompañados de multitud de civiles, desde comerciantes hasta prostitutas haciendo su paso lento y su organización defensiva muy compleja. Los germanos por su parte apenas iban equipados, lo que les hacia muy ágiles pero muy débiles si la batalla se librase en campo abierto.

Durante el desplazamiento de las legiones hubo una tormenta que aun ralentizó más el paso romano. Armenio, líder germano, tenía planeado un ataque en el Bosque de Teutoburgo donde las tropas romanas estaban más indefensas, por lo que escondió miles de hombres en dicho bosque.
Antes de comenzar la batalla los exploradores germanos traicionan a los romanos y desertan, dejando desorientadas a las legiones romanas. La batalla comienza cuando desde las laderas del bosque comienzan a llover incontables dardos provocando que el pánico cunda entre las filas romanas, algunos desertan, otros desenvainan su espada tratando de oponer resistencia mientras que otros simplemente tratan de avanzar entre tal lluvia de muerte. No obstante las legiones no llegan a descomponerse. Los germanos siguen una estrategia que durante todo el día les es muy eficiente, atacan a diferentes alturas del convoy con descargas de dardos y ataques de infantería relámpagos aprovechando el conocimiento del terreno y su indumentaria mucho mas apropiada para ello.

Ya con terribles bajas para el ejército romano cae la noche y las legiones consiguen establecer una defensa lo suficientemente sólida para pasar la noche. A la mañana siguiente la caballería deserta pero ésta fue alcanzada y aniquilada. La infantería vuelve a ser atacada y Varo es herido y ante el temor de ser capturado se suicida junto con otros altos mandos romanos. Uno de los oficiales que queda al mando decide entregarse, pero tras acordar la rendición son todos asesinados.

Tras pasar una noche más en el bosque comienzan a recibir más y más ataques, pero aguantan y pasan una tercera noche en el bosque. El cuarto día se produce la batalla final en la que la falta de mandos y exploradores hacen que el grueso de la tropa pase por la colina de Kalkriese, entre un pantano y la citada colina. Desde ésta los germanos lanzan un ataque definitivo contra lo que queda de las legiones. Este ataque es un éxito puesto que los germanos ocupan la zona elevada y se produce un encarnizado combate. Los únicos supervivientes son  guiados por Casio Querea (el cual en un futuro mataría al emperador Calígula) y son capaces de escapar del bosque dando a conocer la historia.
Tras esta batalla ninguna legión del Imperio Romano llevó los números XVII, XVIII y XIX.

Vídeo

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