El otome que llegó a Europa

Con Amnesia: Memories se da la poco habitual situación de recibir en territorio europeo un juego del género conocido en Asia como otome, novelas gráficas en las que tomamos el control de una chica y tenemos que desenvolvernos en aspectos amorosos.

En el caso de Amnesia: Memories nuestra protagonista, a la que más adelante le pondremos el nombre que nosotros queramos, despierta en un hospital y no recuerda nada de lo sucedido, su única ayuda será Orion, un espíritu que dice estar dentro de nuestro cerebro y ser el motivo por el que se han movido todos nuestros recuerdos dentro de nuestra cabeza.

Aquí radica la diferenciación del título respecto a otros dentro del mismo género, y es que Amnesia: Memories ha logrado salir del entorno escolar tan habitual dentro de estas novelas gráficas de adolescentes.

La primera elección que nos hará tomar Orion será el mundo en el que despertamos, esta decisión influye en la situación que encontraremos al despertar variando el personaje que será nuestro novio o las visitas que recibiremos. Esta es solo la primera de las decisiones que nos llevarán a casi una veintena de finales diferentes, el gran aliciente del juego.

A partir de aquí comienza el carrusel de texto en inglés, lo que convierte el juego en imposible para todo aquel que no se desenvuelva bien en el idioma. En el tiempo en que nuestra protagonista comienza a hacerse preguntas, aparecerá el primero de los chicos con los que tendremos que lidiar y a partir de ahí solo queda tomar nuestras decisiones siempre con Orion ejerciendo como nuestro Pepito Grillo particular.

Más allá de las elecciones que tomemos para interactuar con los chicos lo único que haremos será participar en un par de minijuegos como son piedra, papel, tijera y otro en el que competiremos al air hockey. Por este motivo hay que reseñar que la experiencia jugable que ofrece Amnesia: Memories es muy poca por no decir inexistente.

A pesar de que nuestras respuestas a los chicos son las que determinan por qué línea avanzará el juego,  en ocasiones da la sensación de que nuestro personaje es poco importante ya que contestaremos con apenas una respuesta corta a las largas conversaciones que aparecerán entre los demás protagonistas, lo que hace que en ocasiones sintamos que no somos muy necesarios dentro del juego.

Como contrapartida cabe destacar lo impredecible del juego ya que cada una de las decisiones que tomamos a lo largo de la historia nos puede llevar a situaciones muy diferentes entre sí y le otorga una rejugabilidad al título que hace que no sea repetitivo aunque lo juguemos tres o cuatro veces, o incluso más de una docena si queremos descubrir todos sus finales.

Un buen arte, aunque demasiado estático

Si podemos destacar un punto fuerte de Amnesia: Memories es su parte artística, con unos trazos muy bien definidos y unos cambios en las expresiones de los personajes que en ocasiones logran que no haga falta leer casi la conversación. Pero también es cierto que echamos en falta algo más de trabajo en los fondos que simplemente se basan en paisajes estáticos que únicamente cambian sus colores dependiendo la hora del día en la que transcurra la acción.

En cuanto al sonido encontramos un doblaje al japonés en el que difícilmente logramos averiguar si la voz que habla se trata de un hombre o de una mujer y una banda sonora que de manera relajada acompaña a las situaciones en las que nos vemos inmersos, aunque pasa bastante desapercibida.

Conclusiones de Amnesia Memories

Amnesia: Memories es más una novela gráfica interactiva que un juego cuya historia huye un poco de los tópicos más repetidos dentro del género de los otome, esto unido a la gran variedad de finales diferentes que nos ofrece suponen el gran aliciente de compra de Amnesia: Memories.

Es posible que los fans del género acaben contentos con el título desarrollado por Idea Factory pero estamos seguros que no será Amnesia: Memories el culpable de convertir el otome en un género de masas en la cultura occidental.