Assassin’s Creed IV: Black Flag. Análisis PS4

Ya aparecieron en Assassin’s Creed III y un juego Android, Assassin’s Creed Pirates. Pero es en esta entrega, Assassin’s Creed IV, cuando los piratas toman las riendas de la saga.

Edward Kenway, abuelo de Connor, es el protagonista de esta última entrega, un pirata admirado hasta por el mismo Barbanegra. Nuestra vida es normal hasta que, de pronto y por caprichos del destino, acabamos vistiéndonos con el atuendo de los asesinos y, por tanto, convirtiéndonos en uno de ellos. Nuestro barco, el «Jackdaw», nos llevará, entre otros lugares, a Nassáu, Kingston o a La Habana. Mientras, por el camino, nos enfrentaremos a barcos españoles, británicos o portugueses.

Abstergo vuelve a estar tras esta aventura bajo su división Abstergo Entertainment que se encargará de recoger nuestras experiencias para, en un futuro, comercializar videojuegos y películas procedentes de los recuerdos genéticos.

Seguimos esperando el salto gráfico

La nueva generación está aquí y eso, de la forma en la que nos damos cuenta más rápido, es fijándonos en la calidad gráfica del título. Assassin’s Creed IV mejora lo visto hasta ahora y en los escenarios no faltará ni un solo detalle. Las texturas están muy bien definidas acercándose a la realidad de una forma impresionante.

Como bien he dicho un poco más arriba, seguimos esperando el salto gráfico, al menos en la next-gen. Después de lo que hemos podido ver en adelantos de algunos juegos (The Division, por ejemplo) ésto sabe a poco. Por otro lado, es cierto que las nuevas consolas son eso, nuevas, y aún les queda mucho potencial por ser explotado.

Busca a Edward

Si está doblado es mejor

En cuanto al apartado sonoro, lo que más destaca es el doblaje. Desde que el primer Assassin’s Creed viera la luz en 2007 Ubisoft ha cuidado este apartado del juego hasta en el más mínimo detalle. Assassin’s Creed IV no se iba a quedar atrás, todas las voces que podemos escuchar (incluidos los típicos «¡está loco!» o «¿qué hace?» cuando empezamos a subirnos a los tejados sin razón alguna) están en perfecto español, así no tendremos que distraernos leyendo subtítulos.

«¡Que me caigo!»

Las voces, dobladas, de los personajes no son la mejor parte en cuanto a sonido. Las armas tienen el suyo propio y podremos escuchar desde las pistolas tras apretar el gatillo hasta el choque de metales en una lucha con espadas. Desde los barcos, hablando de sonido, los cañones, el mortero y los barriles de pólvora también harán acto de presencia.

En el mar también podremos escuchar las olas golpear contra nuestro barco y, cuando el mal tiempo aparece, a los tornados acecharnos. Otro detalle curioso es que, a lo largo de nuestros viajes de una punta a otra del mapa para continuar con la historia (y si no tenemos puntos de desplazamiento rápido cercanos disponibles) tendremos que tirar de la «velocidad de trayecto» para llegar a nuestro destino (por mucha velocidad que cojamos estaremos en el mar varios minutos). Cuando el tiempo en el mar se prolonga nuestra tripulación comenzará con unas pegadizas canciones que nos harán más ameno el viaje (podemos desbloquear más canciones persiguiendo y recogiendo las partituras en las distintas ciudades e islas).

Seguimos pudiendo subirnos a cualquier lado

Assassin’s Creed siempre ha destacado porque hemos podido andar por los tejados y saltar de balcón en balcón. Con la llegada de los barcos en la tercera entrega, éstos podían ser recorridos de punta a punta sin ningún problema. En Assassin’s Creed IV sigue siendo igual. Cuando nos cansemos de hacer misiones empezaremos a correr y correr por las ciudades, a escalar en el barco a ver cuán alto llegamos y a matar guardias desde zonas de acecho… esto es Assassin’s Creed.

«Aquí puedo peerme tranquilo»

Aunque como en los demás juegos de la saga ésto sigue teniendo fallos. Ha mejorado, sí, pero aún encontramos muchos errores. ¿Quién no ha intentado subirse a algún sitio y se ha encontrado con que, a pesar de haber salientes, nuestro personaje no se agarra? ¿A cuántos nos han pillado en zonas de acecho sin haber realizado ningún movimiento? ¿Cuántas veces nos hemos puesto delante de un guardia en zonas restringidas y ni se han dado cuenta de nuestra presencia hasta que ya era demasiado tarde? Pequeños errores que, con sucesivas actualizaciones y en futuras entregas irán solucionándose.

A pesar de lo comentado en el anterior párrafo, Assassin’s Creed IV es un juego muy cuidado en este aspecto.

Una historia excelente, un multijugador cada vez más adictivo

Una de las cosas que más me ha gustado de los Assassin’s Creed es la historia. Este modo llama mucho la atención y engancha bastante… los asesinos, los templarios, Abstergo… desde Ubisoft saben cómo crear buenas tramas y engancharnos de principio a fin. Si a eso le sumamos que Edward Kenway es un personaje carismático y del que nunca nos cansaremos tenemos la fórmula perfecta. Horas y horas seguidas de juego con un único objetivo: ver cómo avanza la historia.

El modo historia es bastante largo y, tras el final de Assassin’s Creed III, ésta tendrá un punto extra (al comenzar con el análisis decidí no hacer spoilers de ningún juego de la saga, así que llamemos a este «punto extra» simplemente «curiosidad«, los que conocen la historia me entenderán). Además, al ser Edward un assassin casi de casualidad tendremos una nueva trama que seguir: el choque entre estos dos mundos que, a simple vista, están tan distanciados.

Al ser piratas y estar tan vinculados al mar, en un punto de la historia, desbloquearemos la flota de Kenway. Desde nuestro camarote de capitán podremos dirigirla y enviarla a distintas misiones para ganar dinero. Ésta la podremos aumentar abordando barcos y enviándolos a la misma. Al principio es entretenido, y podemos llegar a ganar bastante dinero con ella, aunque más tarde acaba siendo repetitiva y cansina.

La flota de Kenway en plena batalla

Desde que el tercer Assassin’s Creed viera la luz (la Hermandad), éstos cuentan con un modo multijugador que, tras un primer vistazo, llama mucho la atención aunque tras probarlo nos daremos cuenta de que no es lo que esperábamos y le falta mucho por mejorar. El modo que podemos ver en Assassin’s Creed IV evidentemente no es el mismo que entonces, y eso se nota.

La primera vez que iniciemos este modo tendremos un pequeño vídeo de introducción. Es otra historia, como si nosotros estuviéramos en Abstergo y nos enseñan un nuevo modo de usar el Animus. Después de esto podremos seguir los típicos tutoriales o, directamente, lanzarnos a la aventura.

El multijugador ha mejorado considerablemente llegando a enganchar bastante. Siéntete como un verdadero asesino, con contratos y objetivos claros. Infíltrate, busca y mata. Una fórmula sencilla que, poco a poco, va puliéndose hasta conseguir el multijugador perfecto. Sí es cierto que, tras jugar mucho tiempo acabará cansándonos, aunque hemos de decir que eso pasa y pasará con todos los juegos.

Gracias a la búsqueda de partida rápida no tendremos que esperar mucho entre sesión y sesión, algo que se agradece bastante. Esto hace que nos metamos en la partida aislándonos de todo lo que nos rodea.

Conclusión

Desde el momento en el que se anunció Assassin’s Creed IV todos pensamos que era un movimiento por parte de Ubisoft para aprovechar las batallas navales que tanto gustaron en Assassin’s Creed III pero Ubisoft ha sabido trasladarlas a un juego independiente con una gran historia detrás.

Assassin’s Creed IV mejora lo visto en la tercera entrega numerada de la serie y aporta cierta esperanza sobre una saga que, con la idea de un juego al año, puede pecar de repetitiva

Lo mejor

Lo peor

Salir de la versión móvil