Dogchild. Análisis PS4

Hoy tenemos el placer de analizar no solo un producto patrio, sino a todo un ganador de los PlayStation Awards entregados por Sony España. Desde Animatoon Studios y con Darío Avalos al frente os traemos Dogchild, un simpático juego que pretender concienciarnos sobre el maltrato animal mientras vivimos una intensa aventura de la mano de Tarpak y su compañero perruno Tarao.

En busca de los perros perdidos

Como acabamos de mencionar, nuestra historia correrá a cargo de una curiosa pareja formada por Tarpak, un adolescente aficionado al parkour, y su perro Tarao. Ambos emprenden una cruzada a favor de la lucha por los derechos de los animales que comienza tras la misteriosa desaparición de sus padres.

Ahora estos inseparables amigos se ven enfrascados en la investigación del supuesto rapto de mascotas en un parque cercano por el que suelen pasear. Todo esto está envuelto por un gran halo de misterio en el que lo único se conoce es el nombre de una extraña organización: Cornish.

A partir de aquí comenzará una historia que nos llevará en busca de los animales secuestrados en un camino en el que nos encontraremos duros rivales como vigilantes, lobos e incluso drones, quienes tratarán de acabar con nosotros sin contemplaciones.

Seis patas para un banco

La jugabilidad que nos trae Dogchild está fundamentada en el curioso tándem que forman nuestros dos protagonistas. Ambos cuentan con habilidades muy distintas, sin embargo todas ellas se complementan para poder avanzar en nuestra misión solventando los peligros que nos acecharán. Para combinar ambas fuerzas únicamente tendremos que pulsar el panel táctil, intercambiando inmediatamente entre un personaje y otro.

En primer lugar hablaremos de Tarpak, quien posee habilidades parkour que nos recuerdan muchísimo a lo que podemos ver en Assassin’s Creed. Estas nos permiten llegar a sitios que parecían inaccesibles y están complementadas con secuencias de quicktime events en las que deberemos pulsar un botón determinado rápidamente.

Como única arma contaremos con la pelota con la que jugamos con Tarao, gracias a la cual podremos aturdir a nuestros enemigos durante unos segundos para posteriormente acabar de rematarlos con una técnica similar. Lo mejor de todo es que nuestro balón tiene la capacidad de rebotar en paredes para así acabar con varios enemigos a la vez, a través de la implementación de un «bullet time» que nos permitirá marcar al resto de contrincantes.

Respecto a Tarao, este nos trae la parte estratégica de la pareja, ya que su función principal es la de infiltrase, bien sea sin llamar la atención o bien distrayendo a los guardias para abrirle camino a su compañero Tarpak. Además entre sus funciones también está la de colarse por huecos estrechos, orinar para recordar el camino, o incluso usar el olfato para localizar pistas u objetos enterrados.

Todas estas habilidades serán necesarias para avanzar en un juego muy completo, capaz de mezclar resolución de puzles, con acción, exploración o incluso parkour. Eso sí, es uno de esos títulos en los que la dificultad se ha generado artificialmente, debido a la ausencia de pistas o de camino a seguir, y sobre todo con un control muy impreciso, y no con unos enemigos duros o rompecabezas complejos.

Un apartado gráfico low cost

A pesar de que este Dogchild haya ganado el concurso de PlayStation y haya sido apoyado económicamente, no podemos olvidarnos que estamos ante un título indie de bajo presupuesto, por lo que gráficamente tiene bastantes limitaciones, sobre todo al tratarse de un juego bastante pretencioso en lo que a diseño se refiere.

Nos encontramos ciertas ralentizaciones, paredes invisibles o pies y rodillas que atraviesan el cemento, elementos que deslucen un diseño por lo demás muy bonito y colorido con personajes y entornos cartoonescos.

El apartado sonoro rinde a un mejor nivel, con una BSO original y que adereza todos y cada uno de los divertidos momentos que nos ofrece Dogchild. Por lo demás, contamos con textos en español, por lo que en ningún momento tendremos problema para la comprensión de la historia.

Conclusiones de Dogchild

Sin querer tirar de orgullo patrio, hay que reconocer que los chicos de Animatoon Studios han hecho un trabajo notable con este Dogchild, y es que a pesar de sus limitaciones gráficas y de no tener una historia demasiado elaborada, hay que reconocer que las mecánicas son buenas y el juego resulta realmente entretenido.

Esta propuesta no es la panacea, pero desde luego nos ofrecerá unas cuantas horas de diversión sin mayores complicaciones, y su combinación de estilos hacen que queramos resolver el misterio junto a Tarpak y Tarao.

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