Knack. Análisis PS4

PlayStation 4 se presentó y, con ella, los títulos que la acompañarían en el lanzamiento. Uno de ellos era Knack, un prometedor juego que mezcla plataformas y hack and slash creado por Sony Japan Studio (Gravity Rush entre otros) en colaboración con el hombre de detrás de PlayStation 4 y PlayStation Vita, Mark Cerny.

Bajo esta impresionante carta de presentación nos llega el ya mencionado Knack. El mundo está en problemas y parece ser que nuestro pequeño (o gran) héroe es el único capaz de arreglarlo. Gracias al poder de unas misteriosas reliquias pasaremos de medir un metro a superar en altura algunos edificios y, entre otras cosas, aplastar tanques. Esto nos facilitará nuestra misión.

«Domina poderes fantásticos y descubre el único y emocionante mundo de Knack en esta aventura de proporciones colosales, llena de emoción y diversión»

¿Quién dijo aquello de que el tamaño no importa?

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Lo primero que vemos al empezar una partida es una cinemática en la que los orcos cambian en mitad de una batalla sus rudimentarias armas por tanques y armas muy avanzadas tecnológicamente. Esto hace que salten todas las alarmas y un grupo de ciéntificos se reuna para tratar el tema. En la reunión conoceremos a Viktor, un poderoso creador de unos robots que recuerdan a Robocop (lamentablemente recuerdan al nuevo, no al viejo) con los que planea hacer frente a nuestros verdes enemigos. Rápidamente nos damos cuenta de que no todo puede ser tan bonito.

Como en toda película americana y para darle más emoción a la cosa, con la decisión ya tomada, interviene el desconocido doctor para presentar su propuesta. Ahí entramos nosotros, Knack. A modo de tutorial y descubriendo los controles por nosotros mismos avanzaremos por un circuito que el mismo doctor nos ha creado para demostrar a la comisión de lo que somos capaces.

Una vez convencidos comienza nuestra aventura.

Viktor, el malo maloso

«Esto en PS3 no corre»

¡Mentira! ¿Cuántas veces leímos eso de que Knack nunca llegaría a PlayStation 3 por su calidad gráfica? Nos lo repitieron una y otra vez haciendo incluso que nos lo creyésemos.

Knack, en cuanto a calidad gráfica, es un título que se ha quedado a mitad de camino, entre las dos generaciones. Salvo honrosas excepciones (al final del juego) en la que podemos apreciar las cientos de reliquias que forman a nuestro héroe con un movimiento independiente el juego, en este apartado, no llama mucho la atención. El resto podríamos resumirlo en escenarios muy vistosos que simplemente llaman la atención.

El estilo caricaturesco que se le ha dado al juego y que donde más podemos apreciar es en los personajes es todo un acierto por parte del equipo ya que dan al título un buen toque familiar e informal.

Me da igual todo, yo solo quiero romper cosas

En cuanto a los controles, y temas de jugabilidad, nos amoldaremos a éstos muy rápido pues no son para nada difíciles. A lo largo de los distintos niveles y a medida que nos vayamos haciendo grandes iremos cogiéndole el gusto a eso de avanzar y terminar con nuestros enemigos (a veces incluso tanques) de un solo golpe hasta tal punto que, a veces, esa será nuestra única motivación.

Nuestro personaje podrá, en diferentes niveles, cambiar su composición (y tamaño) incluyendo partes de hielo, madera o cristal entre otros. Cada material nos ofrecerá distintas ventajas aunque, a diferencia de los controles al principio de la partida, la primera vez que nos interaccionemos con cada material nos explicarán, de una forma muy breve, sus ventajas.

Además, a lo largo de nuestra aventura, podremos ir recogiendo piedras solares. Cuando llenemos nuestro indicador tendremos a nuestra disposición ataques especiales que nos ayudarán bastante contra algunas oleadas de enemigos o jefes finales.

‘Ven y ayúdame que no consigo pasarme esta fase’

El juego, a pesar de ser para un solo jugador, tiene la opción de poder jugar con un amigo en cualquier momento de la partida, añadiéndose así un segundo robot, algo más pequeño que el primero pero igual de «mono». No voy a andarme con rodeos y voy a hablar claro: este modo sobra. La idea no puede estar mejor, aunque está poco pensada y muy mal ejecutada.

Así, el segundo robot podrá morir tantas veces como quiera disminuyendo infinitamente el nivel de dificultad del juego. Además, al incluir a éste, el nivel sigue siendo el mismo que si no estuviera. Si hace tiempo (mucho tiempo) hablábamos del multijugador online metido con calzador, ahora podemos estar ante un caso de multijugador offline con calzador.

Una vez terminemos la historia desbloqueamos dos nuevos modos de juego, además de la posibilidad de repetir el capítulo que queramos. Uno de ellos es el modo coliseo, hordas y hordas de enemigos nos atacarán teniendo solo unos segundos para recoger nuestra recompensa entre éstas. A diferencia del modo historia, el modo multijugador cooperativo aquí sí está bien implementado pudiendo haber sido incluso online.

El otro modo es el contrarreloj, como habéis podido imaginar, tendremos que superar distintos escenarios en un tiempo límite. Todo un desafío para los más hábiles.

Por último, sobre el juego en sí, me gustaría hablar de los objetos ocultos que tendremos que buscar y reunir para desbloquear mejoras. Solo nos falta unas luces de neón sobre la entrada a éstos indicándonos dónde están. Están tan poco escondidos que la mayoría los encontraremos sin tener que fijarnos mucho. La única posibilidad de rejugar al modo historia desaparece.

La importancia de un buen doblaje

Muchas veces, sobre todo cuando está bien llevado a cabo, pasamos por alto el doblaje de los juegos. Nada más pensar jugar a Knack con las voces desincronizadas se me ponen los pelos de punta. Además de ésto las voces encajan a la perfección con sus personajes no siendo raro cuando escuchemos a éstos hablar.

Sobre la banda sonora de nuestra aventura, no pasará a la historia pero cumple a la perfección su función. Ésta y los efectos de sonido (algunos saldrán del altavoz del mando) nos harán más ameno el arte de machacar botones.

Vooolaré…

Conclusión

Knack es un juego entretenido con el que pasaremos buenos ratos. Si jugamos con un amigo será muchísimo más fácil y, más que por terminar la historia, jugaremos para desbloquear el modo coliseo. Al tener tan visibles los objetos ocultos en cada nivel la posibilidad de rejugar al modo historia una vez completado se antoja complicada, aunque siempre habrá algún nivel que nos guste y queramos repetir.

Poco más hay que decir aquí que no se haya dicho ya, aunque sí me gustaría repetir que esa mejora gráfica que nos prometieron y el «una PlayStation 3 no puede con este juego» es mentira.

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