Nintendo no aprueba los minijuegos de 1 y 2 €, ¿seguimos con precios abusivos?

A medida que los tiempos avanzan, la mentalidad de los consumidores evoluciona, y en la época de internet donde por suerte o desgracia impera el «todo gratis», es escandaloso mantener una política de precios elevados.

Un ejemplo claro lo tenemos en la industria discográfica, donde la adaptación al medio de internet por parte de las discográficas es casi nula, conservando los mismos precios en la venta de música por internet que en formato físico. Ésto conlleva que el consumidor busque alternativas, y la más fácil es la búsqueda en internet, y ésto hace que nazca la polémica Ley Sinde contra las webs de descargas.

¿No sería más fácil que la industria se adaptara a las nuevas tecnologías y ofrecer sus contenidos adaptados a una época en la que ya el formato físico no impera? Claro que sí, de hecho muchas compañías empiezan a probar con sistemas de descargas para su software/multimedia.

Lo mismo ocurre en la industria del videojuego, solo que en ésta parecen haberse dado cuenta antes. Han surgido muchos pequeños estudios de creación de videojuegos, que crean verdaderas obras de arte que luego son vendidas por un precio prácticamente simbólico de 1€ y 2€.

¿Y qué compensación tiene para el estudio ésto? Vamos a hacer cuentas. Si un juego, pongamos el ejemplo más famoso de Angry Birds, cuesta desarrollarlo 50000€ (por ejemplo), si lo vendemos a 1-2€ en las distintas plataformas y conseguimos una media de 1 millón de descargas por cada plataforma, tenemos en torno a un millón de euros de ganancias por plataforma.

Con éstas cifras, está claro que un estudio de juegos que hace bien su trabajo tiene la capacidad de producir más y más juegos, y sobre todo si no busca un beneficio excesivo. Ésta es la conclusión que de desprende de las palabras de Nintendo:

El presidente de Nintendo América, Reggie Fils-Aime, declaró que «uno de los más grandes riesgos de nuestra industria actualmente son esos juegos baratos de carácter desechable desde el punto de vista del consumidor«, aunque luego añadió en tono jocoso que «pienso realmente que algunos de esos juegos son muy caros a uno o dos dólares, pero eso es otra historia.»

Fils-Aime alabó a títulos como Angry Birds, «una gran experiencia pero que es sólo una comparada con miles de contenidos que, por sólo uno o dos dólares, pienso que realmente crean una mentalidad en el consumidor de que un juego debería costar sólo dos dólares.«

Entonces, ¿no quiere nintendo adaptarse a las nuevas mentalidades? ¿Nota que se le escapan de las manos un nuevo grupo de clientes potenciales que compran juegos básicos a bajo coste y no como los suyos?

De momento la mentalidad en la industria avanza mucho más lento que en el consumidor.

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