The Last Tinker: City of Colors. Análisis PS4

Hace pocas semanas que recibíamos el Kickstarter de Yooka-Laylee, el sucesor espiritual del gran Banjo-Kazooie que era capaz de volver a traer el género plataformero a la primera plana del mundo de los videojuegos. Aunque sin duda este será uno de los títulos más esperados de los próximos meses (así lo ha demostrado su grandísima campaña de financiación), actualmente también podemos encontrar algunas joyitas dentro del género, como es el caso de The Last Tinker: City of Colors, el título que analizamos hoy y que nos llega de la mano de LOOT Entertainment en colaboración con Mimimi Productions y con Avance Discos, que se encarga de la edición física en España, en exclusiva para PlayStation 4.

La monocromía asalta Colortown

Colortown es una ciudad en la que viven criaturas basadas en 3 colores, rojo, azul y verde divididos en diferentes distritos. A causa de un odio creciente entre los miembros de los colores la ciudad se divide cada vez más hasta el punto de no haber relación entre los distintos distritos. Nosotros encarnaremos a Koru, un mono que habita en dicha ciudad pero no pertenece a ninguno de los colores. Nuestro protagonista será engañado por el espíritu de la monocromía para que el gris domine sobre todos los colores. Para intentar solucionar el problema que ha causado, Koru recurrirá a sus poderes de tinker, una raza de criaturas que pueden controlar el poder de todos los colores. Con la ayuda de los espíritus, deberá salvar al mundo de la monocromía y recuperar la unión de los colores. La historia, algo infantil, acaba convirtiéndose en una especie de moraleja sobre la discriminación y el trabajo en equipo.

En lo jugable nos encontramos ante un título de plataformas 3D, al estilo de aquellos que maravillaron en la época de Nintendo 64. Pero realmente nos encontramos con un plataformeo de lo más simple, ni siquiera tendremos botón de salto,  por lo que saltaremos de manera automática corriendo hacia el borde al estilo de Zelda o Assassins Creed. Los escenarios son muy lineales, no tendremos casi ninguna libertad a la hora de avanzar, salvo en pequeñas ocasiones en las que encontraremos un camino alternativo.

A lo largo de nuestra aventura nos iremos encontrando enemigos y tendremos que acabar con ellos a base de golpes machacando el botón de atacar. El combate es del estilo de la saga Batman Arkham, pero muy simplificado. Se basa en pulsar el botón de golpear para crear secuencias de combos. También contaremos con un botón para realizar un movimiento de esquivar. Cuando nuestros enemigos nos ataquen mientras estamos golpeando a otro, un aviso aparecerá sobre sus cabezas. En la mayoría de los casos bastará con golpes simples, pero nos acabaremos encontrando enemigos con los que deberemos acabar de manera especial y para ello contaremos con habilidades basadas en los colores. Cada color nos dará un poder distinto: el rojo que únicamente golpeará a los enemigos, pero aumentando el daño; el azul los dejará deprimidos, por lo que estarán más indefensos mientras que el verde provocará que huyan de miedo.

En algunos momentos encontraremos unos pequeños puzles bastante sencillos en los que deberemos dirigir a una seta gigante a diferentes lugares para conseguir la forma de pasar un obstáculo. También nos encontraremos algún minijuego como una zona de sigilo donde deberemos pasar sin que nos descubran los guardias.

La dificultad del título no es demasiado elevada, aunque contamos con varias dificultades desde el modo para niños hasta el modo de muerte instantánea. Para encontrar algún mínimo reto deberemos irnos a las dificultades más altas en un primer momento. El título dura en torno a las 5 horas que pueden ser ampliadas, si buscamos los coleccionables que nos encontraremos a lo largo del juego.

Un mundo lleno de color

La Ciudad del Color, como ya su propio nombre indica, muestra una propuesta con un diseño realmente colorido y repleto de magia. Esa apuesta por entornos que parecen salidos de una clase de manualidades le sienta realmente bien, y es que aparte de darle un punto muy original, lo convierte en juego realmente bonito, muy del estilo «nintendero». Aunque bonito, estamos ante un título que llega muy justo a la presente generación, y es que el nivel de detalle que nos ofrece se queda a medias entre PS3 y PS4, al igual que la mayoría de las texturas. Eso sí, estamos ante 1080p, pero no contamos con 60fps, ni siquiera con una tasa estable. Una vez más volvemos a lidiar con el mismo caballo de batalla de todos los días. Respecto a los tiempos de carga, estos son mínimos y por lo tanto nada molestos, algo muy de agradecer, ya que no llegamos a saber lo molestos que son hasta que nos encontramos con casos como el de Bloodborne. A nivel sonoro es cumplidor, aunque siempre por debajo del nivel visual que ofrece. Estamos ante la clásica BSO con melodías contextuales capaces de aderezar dignamente el juego, pero ni mucho menos con músicas inolvidables. Por otro lado, el título llega totalmente traducido al castellano.

Conclusión de The Last Tinker: City of Colors

En The Last Tinker: City of Colors nos encontraremos un título de plataformas 3D con un magnifico diseño en el que ayudaremos a Koru a salvar la Ciudad de los Colores. Aunque pretende ocupar el hueco que dejaron grandes del género, como Banjo Kazooie o Jak & Daxter, no llega a ese nivel. Un plataformeo automático que resta mucha de la gracia del título y combates que no están del todo bien hechos son sus dos fallos principales. La sencillez en lo jugable y el colorido apartado gráfico hacen que The Last Tinker sea sin duda un título que se puede recomendar para un público infantil. Los amantes de esta casi desaparecida sección del género estarán de enhorabuena ya que, aunque con fallos,  encontrarnos un título de plataformas 3D hoy en día es una tarea ardua.

 

Lo Mejor

Lo Peor

 

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